Mi nueva conciencia

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Publicado

10 de October de 2014


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Cuando pienso en el mes de octubre, pienso en mi aniversario de bodas, el cumpleaños de mi hijo y los cumpleaños de mi padre, mi cuñada y de una querida amiga de la universidad. Pienso en comprar disfraces de Halloween para mis hijos. Me acuerdo de mi niñez en Vermont donde el mes de octubre era la cumbre del otoño, cuando las hojas de los árboles parecen estar encendidas con el fuego de los colores de la temporada.

Octubre también  es un mes de conciencia sobre el cáncer de seno y de campañas de recaudación de fondos las cuales, ahora que soy sobreviviente del cáncer de seno, me impactan muy de cerca.

Cuando pienso en la conciencia sobre el cáncer de seno, me doy cuenta de que antes de mi diagnóstico, no tenía la menor idea de que me podía suceder a mí a los 37 años.

Según las estadísticas del Instituto Nacional del Cáncer y de la Sociedad Americana del Cáncer, aproximadamente 26,275 mujeres menores de 45 años son diagnosticadas con cáncer de seno cada año y en comparación con las mujeres mayores, estas se enfrentan con formas más agresivas de la enfermedad.

Mi entendimiento de que las mujeres más jóvenes pueden desarrollar y de hecho desarrollan cáncer de seno fue enfatizada cuando dos de mis buenas amigas, que estuvieron a mi lado a través de mi propio sufrimiento, fueron diagnosticadas un año después que yo. Soy activa en una comunidad de padres que escriben blogs, y cuando comencé a compartir mi experiencia, empezaron a aparecer mensajes en mi correo electrónico. La gente me escribía para contarme de otra mamá de niños pequeños que estaba en tratamiento y pidiéndome consejos sobre cómo apoyarla.

Otra historia común que salió a relucir de mi propia experiencia – y en la de otras mujeres más jóvenes que conozco, y con las que he conversado o leído acerca de ellas – es que las mujeres más jóvenes esperan para examinarse cuando tienen un bulto en el seno porque piensan que son demasiado jóvenes para al cáncer de seno. Ninguno de los dos médicos bien intencionados a los cuales le hablé de los bultos en mi seno estaban preocupados por estos, pero afortunadamente uno de ellos me mandó a hacer una mamografía y yo me la hice. Siempre me preguntaré (como se preguntan la mayoría de las sobrevivientes del cáncer de seno) si mi cáncer volverá a surgir. Pero el hecho de que lo encontré a tiempo significa que es posible que nunca más tenga que lidiar con eso de nuevo. Hubiera sido otra historia completamente si se hubiera regado a otras partes de mi cuerpo. También podría haber sido otra historia si no hubiera tenido acceso a un medicamento relativamente nuevo que se enfoca en el tipo de cáncer agresivo que yo tenía.

Las buenas noticias son que en esta era de medios sociales, podemos contar nuestras anécdotas a un público más amplio, y que armados con una nueva conciencia podemos abogar y donar con más sabiduría. Este mes de octubre le exhorto a todos que apoyen a sus familiares y amigos que están recaudando fondos para causas asociadas con el cáncer de seno y que también busquen organizaciones que se enfoquen en un área de la enfermedad que les impacte de cerca de ustedes. ¿Está usted preocupado por los posibles vínculos ambientales a la enfermedad? ¿Por el apoyo a las mujeres de bajos recursos que se enfrentan con retos financieros y de logística para recibir tratamiento? ¿Por los tratamientos de investigación que se enfocan en las formas agresivas de la enfermedad y que ayudan a las mujeres con cáncer de seno en Etapa IV a vivir más tiempo? Una búsqueda en el internet le llevará a las organizaciones que apoyan sus inquietudes y usted puede ver sus trayectorias en www.charitynavigator.com.

No me verán vestida de rosa este mes de octubre, ya que soy una chica de colores más neutrales, pero si estaré contando mi historia. Las historias son poderosas y espero que usted cuente la suya también.

Sobre Mary
Mary Darling Montero es psicoterapeuta y mamá de dos pequeñitos. Se crió en Vermont y ha vivido en Boston, España y Los Ángeles. Actualmente vive en South Miami y es paciente de Baptist Hospital (la fotografía fue tomada por su hijo de 3 años).


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