La terapia agresiva mantiene los sueños atléticos en camino

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Publicado

13 de August de 2019


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El futuro de Max Diaz dependía de cuán bien – y cuán rápidamente – se recuperaría de una dislocación catastrófica del codo. Como campeón de lucha libre de escuela secundaria, estaba a punto de enfrentar el fin de su carrera atlética si no lograba volver a competir antes de graduarse.

Esta historia tiene un final feliz. Max está en camino a la universidad este mes con una beca completa como poseedor del título All American y le está sumamente agradecido al cirujano ortiopédico pediátrico Roger Saldana, M.D. de Miami Orthopedics & Sports Medicine Institute por el tratamiento que le permitió salvar su temporada senior y así mantener sus sueños atléticos en el camino programado.

“El Dr. Saldana cambió el curso del futuro de Max”, dijo Jessica Snyder, la madre de Max. “Mi hijo tuvo mucha suerte de tener tan buen cirujano y tantas personas buenas ayudándole con su recuperación”.

Max resultó lesionado durante una competencia de pre-temporada, la cual él esperaba que dictaría el tono de su importante año final (senior) en Miami Coral Park High School. Su competencia llegó a un repentino final cuando, durante una maniobra incorrecta, su oponente puso presión a la parte posterior de su codo, causando que este se torciera en la dirección incorrecta.

“Cuando me golpeó el codo, se me dislocó y me caí al suelo”, recuerda Max. El dolor no fue inmediato y se sintió confundido al principio. Su cerebro siguió enviando señales a su brazo para que se moviera, dice él, “pero el brazo no reaccionaba. Fue en ese momento que supe que la competencia había terminado”.

Su madre, quien estaba mirando la competencia desde su casa por internet, se puso frenética. “Vi cuando ocurrió”, recuerda ella, aun con lágrimas meses después. “Seguí mirando y me di cuenta que no se iba a levantar”. El codo de Max volvió a su lugar por si solo y fue llevado a una sala de emergencia en Iowa. Pero el panorama completo de la lesión so salió a relucir hasta que su hijo regresó del medio oeste con el brazo protegido con un cabestrillo, y luego consultó con el Dr. Saldana.

Una lesión devastadora 
Luego de un MRI, el Dr. Saldana determinó que el trauma de la dislocación le había desgarrado el ligamento principal que mantiene el codo en su lugar, le había afectado el nervio que conduce a la mano, le lastimó otros tejidos blandos y le causó una pequeña fractura. Aunque Max sanaría con el pasar del tiempo, la estabilidad de la articulación se vería afectada. El Dr. Saldana determinó que la única manera que Max podría volver a la lucha libre sería con una cirugía de reconstrucción del ligamento colateral ulnar y la recuperación podría tomar entre nueve meses y un año.

“Para Max, esa no era una buena opción porque quería que lo vieran competir los reclutadores de las universidades”, dijo el Dr. Saldana.

Max trató de mantener una actitud positiva. Como uno de cinco hijos en su familia, obtener una beca universitaria era la clave para su futuro. Y no estaba listo para abandonar su pasión por la lucha libre.

“Esto era todo para lo cual él había trabajado tan duro para lograr”, dice su madre. “Cuando le ocurrió la lesión yo pensé, esto termina aquí. Este no puede ser el fin de la historia”.

Haciendo la reparación
El Dr. Saldana operó a Max al principio de noviembre, reparando y reconectando su ligamento y sus tendones. El nervio que causa esa incomodidad intensa en el hueso del codo se le había estirado durante la dislocación, y tuvo que ser reposicionado. El Dr. Saldana también reforzó el codo implantándole una banda de polímero dentro de la articulación para apoyar su estabilidad, especialmente mientras Max sanaba. Le rehabilitación comenzó lo más pronto que fue posible con el fisioterapeuta Greg Kaplan, quien está basado en la localidad de Miami Orthopedics & Sports Medicine Institute de West Kendall Baptist Hospital.

“Fue una terapia intensiva. Pisamos el pedal hasta el metal”, dice Max. Su recuperación y su progreso fueron monitoreados muy de cerca por el Dr. Saldana. El programa fue cautelosamente agresivo, manteniendo la meta de devolver a Max a su deporte pero también de mantenerlo seguro.

No solamente volvió Max a la lucha libre tres meses después, pero también prosperó. Ganó el segundo lugar en su primera competencia después de su retorno, un torneo de tres condados por invitación, y luego ganó la designación All American. Su temporada senior fue el éxito que él había esperado. Pudo elegir entre varias becas universitarias, finalmente seleccionando a William Penn University en Iowa como la mejor opción cuando comience sus estudios universitarios este otoño.

Max se siente sumamente dichoso de haber puesto su futuro en las manos del Dr. Saldana, quien según él lo trató como persona y comprendió completamente todo lo que había en juego para él. Max se alegra que el Dr. Saldaña creyera el él tanto como él creyó en el Dr. Saldana. “Le tengo plena confianza, pero tengo que ir un paso más allá”. dice Max. “Él es verdaderamente increíble”.