8 de April de 2020 por Adrienne Sylver
Las Pruebas del Cáncer Colorrectal: Más Opciones que Nunca
Existen hoy en día muchas más opciones que nunca para detectar el cáncer colorrectal, incluso algunas desde la comodidad del hogar. Pero para la mayoría de las personas que tienen 50 años o más—o más jóvenes pero con alto riesgo—la colonoscopia sigue siendo el procedimiento No. 1 más recomendado.
Sí, es invasiva y requiere de una preparación extensiva, pero es el método más efectivo disponible para detectar potenciales pólipos cancerígenos de manera temprana, o poder identificar posibles cambios cancerígenos—y removerlos rápidamente con mínimo o sin dolor alguno, dicen los profesionales de la medicina.
“Mucha gente sigue estando confundida sobre cuál prueba hacerse”, dice Hanif Williams M.D., un médico primario de Baptist Health Primary Care y jefe del Departamento de Medicina Familiar de Baptist Hospital, “pero sabemos que la colonoscopia sigue siendo el patrón-oro. Existen algunas inconveniencias y algunos riesgos, pero el procedimiento es más seguro que nunca, gracias a la tecnología más avanzada”.
Los tres kits básicos de pruebas disponibles para el cáncer colorrectal—el análisis de sangre oculto fecal (FOBT); la prueba inmunoquímica fecal (FIT), y la prueba fecal del ADN (ver más detalles abajo)—tienen que ser repetidas cada 1-3 años, dependiendo de la prueba seleccionada. El Dr. Williams advierte que si hay un resultado positivo en alguna de estas pruebas caseras, la recomendación inmediata sería una colonoscopia.
Las pruebas FOBT y FIT son aquellas que buscan encontrar sangre en el tracto gastrointestinal. Pero podrían encontrarse falsos positivos porque la sangre en el tracto gastrointestinal puede ser el resultado de condiciones benignas, como las hemorroides sangrantes. Además, algunas de estas pruebas requieren de restricciones en la dieta, pero nada tan extensivo como la “preparación intestinal” para una colonoscopia.
No existe una “prueba ideal” para ningún individuo. Cada prueba casera tiene sus ventajas y desventajas, dice el Dr. Williams. Urge a los pacientes que hablen con su médico primario sobre los pros y contras de cada prueba, y cuántas veces se deben realizar de acuerdo a la edad.
El U.S. Preventive Services Task Force recomienda que los adultos entre los 50 y los 75 años, deben ser examinados para el cáncer colorrectal. Usted podría hacerse una prueba del cáncer colorrectal antes de los 50 años, y posiblemente someterse a pruebas con más frecuencia, si está considerado de alto riesgo. Las siguientes condiciones pueden ubicarlo como alto riesgo:
- Historial personal de cáncer colorrectal o pólipos adenomatosos.
- Historial personal de enfermedad inflamatoria intestinal (colitis ulcerativa o enfermedad de Crohn).
- Historial familiar de cáncer colorrectal o pólipos.
Para todo el mundo, los mayores factores de riesgo para el cáncer colorrectal son el tener sobrepeso, fumar, beber mucho alcohol, dietas a base de carne roja o carnes procesadas, y falta de ejercicio.
“Antes de una colonoscopia, tengo una conversación con mis pacientes, advirtiéndoles sobre los factores de riesgo de poder desarrollar cáncer de Colon, especialmente la importancia del control de peso, el no fumar y el seguir una dieta adecuada”, dice el Dr. Williams. “Yo doy esta charla antes del procedimiento porque muchas personas tienden a regresar a sus malos hábitos si la prueba sale normal”.
El Dr. Williams enfatiza que, lamentablemente, alrededor de 1 a 3 personas en los Estados Unidos que deberían examinarse por cáncer colorrectal, nunca se han hecho la prueba.
“En la primera etapa, usualmente no se presentan síntomas”, dice el Dr. Williams. “Es importante someterse a la prueba, de una u otra forma. No espere a que sea sintomático. Los tumores crecen despacio. Pero si se detectan a tiempo, usted puede ser curado”.
A continuación, un resumen de las principales opciones de pruebas para el cáncer colorrectal:
Colonoscopia
Durante una colonoscopia, el médico observa la extensión total del colon y el recto con un colonoscopio — un tubo fino con luz, flexible, que tiene una pequeña cámara de video en la punta. Se introduce por el ano y luego al recto y colon. Algunos instrumentos pueden pasar a través del colonoscopio para hacer biopsias (muestras) o para remover cualquier área sospechosa como los pólipos, de ser necesario. La mayoría de los pacientes se encuentran anestesiados para que no sientan nada durante la colonoscopia. Algunos pacientes están semi despiertos a través de una “sedación consciente”—una combinación de drogas que lo relajan y bloquean el dolor. La tarde o noche antes de la colonoscopia, se requiere que el paciente ingiera un líquido que promueve una diarrea para limpiar todo el intestino. Las instrucciones exactas de la preparación para una colonoscopia, dependen del método que el médico prefiera, la hora de la colonoscopia y de alguna experiencia previa que usted haya tenido con la preparación del colon. La colonoscopia es recomendada hacerla cada 10 años si la original salió normal y no existe otro factor de riesgo.
Colonografía TC (Colonoscopia Virtual)
Esta prueba podría ser la mejor opción para aquellos que no pueden o no quieren pasar por una prueba invasiva como la colonoscopia. La opción virtual puede hacerse de manera rápida y no requiere de sedación. Pero aun cuando esta prueba no es invasiva, la misma preparación intestinal que se requiere para la colonoscopia, también es requerida para esta prueba. También, un pequeño tubo flexible es colocado en el recto para llenar el colon con aire. Otro posible factor en desventaja es que si se encuentran pólipos u otras zonas sospechosas, se requerirá de una colonoscopia para remover todo aquello encontrado en esta prueba y en consecuencia, se tendría que hacer otra cita y volver a pasar por la preparación intestinal antes de la colonoscopia.
Kits de Pruebas Caseras
A continuación las tres pruebas caseras más comunes para el cáncer colorrectal:
Prueba Fecal de Heces Ocultas o Prueba de Guayacol de Heces (gFOBT) Usan el químico guayacol para detectar sangre en las heces. Para esta prueba, que se debería realizar anualmente, usted recibe un kit de su médico primario. En su casa, use un palito o cepillo para obtener una pequeña muestra de heces. Debe llevar el kit de la prueba con la muestra al médico o laboratorio, donde las heces serán examinadas para detectar la presencia de sangre.
La Prueba Inmunoquímica Fecal (FIT) usa anticuerpos para detectar sangre en las heces fecales. Algunos encuentran esta prueba más fácil porque no requiere de uso de drogas o restricciones de dieta (las vitaminas y la comida no afectan el FIT), y la recolección de la muestra puede ser más sencilla. Esta prueba generalmente no detecta sangramiento de otras partes del tracto digestivo, como el estómago. También se debe realizar una vez al año.
La Prueba FIT-ADN (también conocida como prueba de ADN en las heces) combina el FIT con una prueba que detecta el ADN alterado en las heces. Para esta prueba, usted debe recolectar una muestra entera de heces y enviarla al laboratorio para ser evaluada de células cancerígenas. Se realiza una vez cada tres años.
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