La Esclerosis Múltiple: Avances en el tratamiento que mejoran la vida de paciente

Move Down to Article

Compartir


Escrito por


Publicado

30 de March de 2016


Artículos Relacionados    


This post is available in: Inglés

Hace sólo 10 años, la rutina diaria para personas con Esclerosis Múltiple (EM) a menudo incluía dolorosas inyecciones para tratar sus debilitantes síntomas, desde los problemas de la vista y el habla hasta la parálisis total.

Mientras que los síntomas pueden ser severos para algunos pacientes, la mayoría de las personas con EM hoy viven mejor y con más posibilidad de mantenerse activas. . La detección temprana, la disponibilidad de nuevos tratamientos terapéuticos y un enfoque multifacético para el tratamiento han cambiado la forma en la cual los pacientes manejan esta impredecible enfermedad que puede cambiarles la vida.

“Yo creo que los pacientes están viviendo mejor en general, con una mejor calidad de vida”, dijo Andrew Lerman, M.D., neurofisiólogo clínico con Baptist Health South Florida y miembro del Baptist Health Quality Network , quien atiende pacientes con EM. “Están siendo diagnosticados más temprano y están recibiendo intervención temprana para prevenir la acumulación de los efectos de la enfermedad. Si un paciente no recibe tratamiento, se cree que esa persona estará en mayor riesgo para más discapacidad”.

Los medicamentos disminuyen la progresión de la enfermedad

Han ocurrido grandes avances en el manejo y la administración de los medicamentos en los últimos siete años, incluyendo los medicamentos por vía oral.. Tres nuevos medicamentos orales para la EM han sido diseñados para frenar el progreso de la enfermedad y para aliviar los síntomas temprano. Estos nuevos descubrimientos fueron seguidos el pasado año por la prometedora investigación de un nuevo medicamento que parece poder reparar el daño a los nervios causado por la EM en los estudios clínicos.

La EM afecta al sistema nervioso central – el cerebro y la médula espinal – así como también los nervios ópticos, y puede impactar las funciones básicas incluyendo el equilibrio, la vista y el control del los músculos. Algunas personas se ven afectadas levemente y sus síntomas son controlados con los medicamentos, mientras que otras personas se ven severamente afectadas y pierden su capacidad de caminar y de desempeñar tareas básicas.

Los cuatro tipos de EM

No existe cura para la EM, y su causa continua siendo un misterio. Sin embargo, los investigadores creen que las personas con una composición genética en particular pueden tener un riesgo elevado, y que los factores ambientales pueden poner a las personas en mayor riesgo aun. Algunos pacientes pueden desarrollar la EM o pueden experimentar una recaída, después de una infección viral como el virus de Epstein-Barr o el VHH-6 (virus del herpes humano 6). Las mujeres tienen más probabilidades de desarrollar la EM que los hombres. Los cuatro tipos de EM son:

  • Remitente-recurrente: estos son ataques seguidos por períodos de remisión, en los cuales la enfermedad no empeora. La mayoría de los casos de EM son remitentes-recurrentes.
  • Progresiva-recidivante: estos ataques ocurren con o sin una recuperación o remisión total. La enfermedad se pone progresivamente peor.
  • Progresiva-primaria: los ataques se ponen progresivamente peores sin períodos de mejoría. La misma cantidad de hombres que de mujeres desarrollan la EM progresiva-primaria.
  • Progresiva-secundaria: este tipo de EM afecta a la mayoría de los pacientes con la enfermedad, a medida que esta avanza. Una vez los ataques son progresivos-recidivantes, las recaídas nunca se detienen por completo.

Según la National Multiple Sclerosis Society (NMSS), la mayoría de las personas desarrollan EM entre las edades de 20 y 40 años, pero los niños y las personas con  70 años también pueden desarrollar la enfermedad. Y porque no existe una prueba exclusiva para la EM, esta puede ser difícil de diagnosticar. Sin embargo, los métodos de diagnóstico han mejorado, dijo el Dr. Lerman, con una combinación de pruebas incluyendo las imágenes de resonancia magnética (MRI) de alta resolución, las punciones lumbares y otros tipos de pruebas neurofisiológicas.

Los síntomas de la EM

La EM ocurre cuando el sistema inmunológico del paciente ataca el material protector llamado mielina, el cual cubre las fibras nerviosas del sistema nervioso central. Sin la mielina, las fibras expuestas se dañan y dejan de funcionar. Un ataque leve puede producir síntomas que mejoran con el tiempo. Sin embargo, un ataque severo causa la formación de tejido cicatricial o placa y puede causar discapacidades permanentes. El término “esclerosis” se refiere a esta cicatrización de los nervios que previene que el cerebro se comunique correctamente con las demás partes del cuerpo. Este fallo en el envío de las señales correctas puede causar síntomas que incluyen:

  • Fatiga
  • Espasmos o debilidad muscular
  • Sensaciones de hormigueo o de entumecimiento
  • Trastornos del lenguaje
  • Dolor
  • Deficiencia en la función sexual
  • Problemas con la memoria y el enfoque
  • Depresión
  • Dificultad al caminar
  • Problemas de control de la vejiga y los intestinos
 El tratamiento de la EM es multidisciplinario

El tratamiento requiere un enfoque multidisciplinario que puede incluir medicamentos y terapia ocupacional, física y del habla, según la combinación de síntomas que pueda experimentar un paciente.

“Ahora que hay muchos más medicamentos disponibles, esto ha creado un nuevo enfoque de tratamiento por si solo”, dijo el Dr. Lerman. “Esto le ofrece a los médicos amplias opciones para emparejar mejor los perfiles de los medicamentos con las preferencias y las comorbilidades de los pacientes, pero también nos reta a ser competentes en el uso de todos”.

Tecfidera, la cual fue aprobada para el uso por la Administración de Drogas y Alimentos estadounidense en el 2013, Aubagio en el 2012 y Gilenya, la cual obtuvo aprobación en el 2010, fueron los primeros medicamentos por vía oral diseñados para tratar y prevenir los síntomas de la EM “remitente-recurrente”. Otros medicamentos tradicionales incluyendo Copaxone y Rebif, son administrados por medio de inyecciones subcutáneas y Tysabri es administrado como una infusión mensual por suero.

“Estos medicamentos no curan la EM, pero definitivamente modifican el curso de la enfermedad”, dijo el Dr. Lerman.

El tratamiento de la EM no solamente se enfoca en el manejo de los síntomas, pero también en tratar de prevenir un episodio que pueda ser devastador.

“En realidad se trata de prevenir ese único evento crítico, donde la placa se forma en una localización crítica dentro del sistema nervioso central y causa consecuencias perjudiciales y devastadoras para la médula espinal por ejemplo”, dijo el Dr. Lerman. “Por eso se trata de prevenir que ocurra uno de esos eventos”.

Una parte del manejo efectivo de la enfermedad es el ejercicio (dentro de los límites del paciente), una dieta saludable y el manejo del estrés y la depresión con el descanso y la terapia individual y de grupo.

“Nos hemos hecho más eficaces en la modificación de la enfermedad”, dijo el Dr. Lerman, “Y nuestras terapias se han vuelto más sofisticadas y más enfocadas en el tratamiento de los síntomas que impactan las vidas de los pacientes”.

Tags: