7 de April de 2020 por John Fernandez
El ejercicio y la tercera edad: Mitos comunes
Uno de los mitos principales en el campo de la salud geriátrica es que los adultos mayores, en sus años de retiro no pueden beneficiarse del ejercicio regular. Para aclarar el asunto: Este mito ha sido desmentido.
Los ejercicios aeróbicos y de fortaleza, o alguna forma de actividad física regular, puede mejorar la calidad de vida para los adultos a cualquier edad. Y si usted está en sus 60, 70, 80 o más, y su médico se lo permite, existen muchos beneficios, tales como prevenir o manejar las condiciones crónicas incluyendo la diabetes, la hipertensión e inclusive los dolores causados por la artritis.
“Algunos de mis pacientes que son mayores u obesos tienen menos probabilidades de comenzar a hacer ejercicios”, dijo Rozan Razzouk, M.D. , doctora de medicina familiar con Baptist Health Primary Care in South Miami. “Eso es mayormente debido a que se han acostumbrado a vivir una vida sedentaria”.
Pero añade que nunca es demasiado tarde para comenzar a hacer ejercicios (otro mito desmentido), añade ella.
“El ejercicio regular puede ayudar a frenar el descenso cognitivo a medida que envejecemos”, dijo la Dra. Razzouk. “La actividad física puede ayudar a fortalecer la mente, así como también a minimizar o prevenir las enfermedades crónicas tales como la diabetes, la artritis, la presión alta y la enfermedad cardiaca en general”.
He aquí los mitos principales relacionados con el ejercicio y las personas de tercera edad:
Mito: El ejercicio no es seguro para mi porque puedo caerme fracturarme la cadera.
Aunque esto puede ser una posibilidad, existen precauciones que pueden tomar los adultos mayores, especialmente en la forma de ejercicios para mejorar el equilibrio y la flexibilidad. Muchos están dispuestos a comenzar un programa de ejercicios pero otros tienen miedo de caerse o de lastimarse”, dijo la Dra. Razzouk. “Es por eso que recomendamos ejercicios de equilibrio y flexibilidad para asegurar que las personas tengan la capacidad y la confianza en sus habilidades”.
Mito: Tengo dolor en las articulaciones y artritis, por eso no debo hacer ejercicios.
Porque usted tenga una condición crónica como la artritis, no significa que no deba hacer ejercicios. En muchos casos, es todo lo contrario. El ejercicio puede ayudar a minimizar los efectos o los factores de riesgo asociados con la diabetes, la enfermedad cardiaca y hasta el cáncer. Los estudios también han demostrado que hacer ejercicios ayuda con los dolores de artritis. Aunque se debe evitar el ejercicio durante los ataques de condiciones artríticas, dice la Dra. Razzouk.
Mito: El ejercicio solamente beneficia al cuerpo
Como ya dijo la Dra. Razzouk, el ejercicio puede combatir el descenso cognitivo que es común con el envejecimiento. Muchas personas no tienen idea de que la actividad física también puede ayudar a combatir la depresión. Las investigaciones han demostrado que el ejercicio fortalece las conexiones en el cerebro y reduce el impacto del estrés.
Mito: Es demasiado tarde para que el ejercicio pueda hacer una diferencia en mi vida. Este es uno de los conceptos erróneos más comunes. Siempre y cuando usted pueda, el ejercicio puede mejorar tanto el cuerpo como la mente, y prevenir que se desarrollen o empeoren las condiciones crónicas. Los estudios han demostrado que las personas que viven en los asilos de ancianos y que están en sus 90, pueden beneficiarse de hacer algún tipo de ejercicio para aumentar la fortaleza en los músculos. Las caminatas casuales diarias o montar en bicicleta también pueden beneficiar a los adultos mayores.
Directrices para los adultos de 65 años y más
Si usted tiene 65 años o más, está en buena forma en general y no tiene condiciones de salud que lo limiten, puede seguir estas directrices, según los Centros Para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés):
- Dos horas y 30 minutos (150 minutes) de actividad aeróbica de intensidad moderada (por ejemplo: caminar de prisa) cada semana y:
- Actividades para fortalecer los músculos en dos o más días de la semana, que trabajen todos los grupos musculares principales (piernas, caderas, espalda, abdomen, hombros y brazos).
“Siempre es importante que las personas mayores se hagan sus chequeos médicos regulares, y si tienen alguna duda, que consulten con su médico acerca de comenzar un programa de ejercicios”, dijo la Dra. Razzouk. “Con la asistencia de un médico, ellos pueden determinar cuánto pueden tolerar”.
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