13 de February de 2020 por John Fernandez
Cómo las mamografías 3D ayudan a detectar el cáncer de seno
La mamografía tridimensional (o 3D) sigue siendo una de las mejores herramientas disponibles para la detección del cáncer de seno, inclusive a medida que los investigadores continúan buscando nuevos usos de tecnología para detectar la enfermedad, tal como un estudio reciente acerca de la detección asistida por computadora (CAD por sus siglas en inglés) para realzar las pruebas de cáncer de seno.
La mamografía en 3D o tomosíntesis digital, utiliza bajas dosis de radiación para tomar fotografías del tejido del seno que son “rebanadas” en múltiples vistas. La aplicación informática transforma las vistas en ángulos en tercera dimensión del tejido del seno. La densidad del tejido determina la cantidad de rebanadas. Mientras más denso el tejido, más rebanadas o vistas genera la computadora, proporcionando a los radiólogos y a los técnicos con vistas más clara del – y a través – tejido.
“La mamografía 3D nos da una imagen más clara del tejido del seno, especialmente en pacientes con senos densos”, afirmó Darlene Da Costa, M.D., radióloga en Bethesda Women’s Health Center en Boynton Beach, que es parte de Baptist Health South Florida. “Las imágenes mamográficas más claras también ayudan a reducir la ansiedad del paciente porque podemos reducir la cantidad de pacientes que tenemos que pedir que vuelvan al consultorio para tomarles vistas adicionales o para hacerles exámenes suplementarios”.
Los beneficios de las mamografías 3D
Los estudios han demostrado que las mamografías digitales son significativamente mejores que las mamografías convencionales para detectar el cáncer de seno en mujeres menores de 50 años, en mujeres premenopáusicas y perimenopáusicas, y en mujeres con senos densos. La tasa de supervivencia para personas con cáncer de seno que es detectado temprano, en una etapa localizada, es de un 98 por ciento, según la National Breast Cancer Foundation.
Las capacidades de magnificación del sistema 3D y sus filtros avanzados también hacen más fácil que los técnicos mamográficos puedan ver las imágenes a medida que son tomadas.
De acuerdo con las recomendaciones por la American Cancer Society, los expertos en Bethesda Health Women’s Center instan a las mujeres a que se hagan autoexámenes mensuales de los senos y que se sometan a mamografías anuales de detección comenzando a los 40 años hasta la edad de 80 a 85 años. También recomiendan mamografías más temprano para aquellas personas con un familiar inmediato con cáncer de seno a la edad de 45 años o más joven, o con otros factores de riesgo. Además, es importante hacerse un examen clínico de los senos cada año por un médico, enfermero practicante o por otro profesional de atención de salud entrenado en esa técnica.
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