La terapia de protones trata el cáncer prostático con efectos secundarios mínimos

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Publicado

11 de September de 2019


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A muchos hombres de la mitad de su edad les costaría igualar la energía, el entusiasmo y la determinación que tiene Alberto González.

Luego de someterse a tratamiento para el cáncer de la próstata el pasado año, el Sr. González, que cumplió 80 años en agosto, está loco por volver a montar su bicicleta. De hecho, ya está pensando en hacer un recorrido en bicicleta por todo el estado para crear conciencia del cáncer prostático y a la vez recaudar fondos para Miami Cancer Institute en Baptist Health South Florida, donde recibió tratamiento.

El cáncer prostático del Sr. González fue detectado durante la primavera del 2018, durante un chequeo médico anual. Un nivel de PSA (antígeno prostático específico) y una puntuación de Gleason de 9, indicaron que estaba en alto riesgo para el cáncer. Un MRI confirmó la presencia de un tumor en su glándula prostática que estaba a punto de formar una metástasis en su colon.

Porque el Sr. González tenía un cáncer prostático avanzado, Marcio Fagundes, M.D. Director Médico de Oncología Radioterápica en Miami Cancer Institute, recomendó la terapia de protones, el tratamiento contra el cáncer más avanzado del mundo. La terapia de protones es un tipo de radiación que proyecta sus partículas precisamente donde son necesitadas, para destruir el tumor mientras se evitan los tejidos saludables que le rodean.

“La terapia de protones se usa ampliamente para tratar el cáncer prostático porque nos permite enfocarnos en el tumor sin causar daños al intestino o a la vejiga, y además con efectos secundarios mínimos, para que el paciente pueda continuar viviendo una vida normal”, dijo el Dr. Fagundes, quien tiene una experiencia extensiva en la terapia de protones. “Frecuentemente se utiliza para tratar solo la próstata y las vesículas seminales en las primeras etapas de la enfermedad, pero también en muy eficaz para pacientes como el Sr. González, que tienen una enfermedad más avanzada y tienen que tratarse los nódulos linfáticos también”.

El Sr. González se sometió a 39 sesiones de terapia de protones en Miami Cancer Institute – todos los días, de lunes a viernes – en menos de ocho semanas. Al mismo tiempo, recibió dosis diarias de Lupron, una terapia hormonal que bloquea la producción de testosterona del cuerpo, la cual puede alimentar el crecimiento del cáncer prostático. Su última dosis será en enero.

“Fue algo muy inesperado; me sentía muy bien”, dijo el Sr. González. “Justo un mes antes de mi diagnóstico, terminé la carrera ciclística ‘Bike MS: Breakaway to Key Largo’ (para recaudar fondos para la esclerosis múltiple), donde recorrí 100 millas en mi bicicleta. Para un hombre de 78 años eso me parece bastante bueno”,

El Sr. González está muy agradecido por el tratamiento que recibió en Miami Cancer Institute, el cual se convirtió en su segundo hogar mientras recibía sus tratamientos diarios.

“Lo que más me impresionó fue el personal – los médicos, los técnicos, los empleados”, dijo el Sr. González. “Me hicieron sentir muy a gusto – no me sentí como un estorbo ni como un número. Sentí mucho cariño”.

Lina, la esposa del Sr. González, lo acompaño a todas sus sesiones de terapia de protones en Miami Cancer Institute, y está igualmente conmovida con la atención y el cariño que tanto ella como su esposo recibieron.

“Después de haber terminado su tratamiento final, el siguiente lunes, era como si se nos hubiera perdido algo. Esto se convirtió en una parte tan importante de nuestras vidas que de verdad extrañamos venir”, dijo la Sra. González. “Esta fue nuestra vida, día tras día por casi dos meses y fue una experiencia maravillosa. Los dos le damos gracias a Dios porque todos nuestros pasos y todos nuestros médicos nos trajeron a este lugar”.

El Sr. González quiere que los demás hombres entiendan la importancia de las evaluaciones para el cáncer prostático, ya que la detección temprana casi siempre conduce a mejores resultados.

“No pierdan tiempo. Una vez estén en sus 40, chequéense el nivel de PSA todos los años – y dos veces al año mientras envejezcan”, dijo el Sr. González. “El cáncer no les va a dejar saber que está ahí hasta que no sea demasiado tarde. No esperen y no tengan miedo. Háganlo”.

¿Y si reciben un diagnóstico de cáncer prostático?

“Luchen”, dijo el Sr. González. “El cáncer se puede vencer”.

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