8 de April de 2020 por Adrienne Sylver
La depresión aumenta dramáticamente entre los adolescentes
La depresión es una condición de salud que tiene un impacto negativo en el bienestar general, y la cifra de estadounidenses jóvenes que la experimentan está aumentando. La cifra de adolescentes diagnosticados con depresión entre el 2013 y el 2016 representa un 2.6 por ciento de todos los niños entre las edades de 12 a 17 años, según un estudio publicado hace dos semanas por Blue Cross Blue Shield.
El aumento de 63 por ciento en la tasa de depresión entre los adolescentes es el cambio más dramático notado durante el estudio de tres años de duración, de reclamos de seguro por más de 41 millones de estadounidenses.
“Los niños en estos tiempos, tienen mucho estrés de sobresalir en la escuela y en las actividades extraescolares, con la presión de sacar buenas calificaciones, obtener altas puntuaciones en los exámenes estandarizados y de ser atletas estrella, para así entrar en las mejores universidades o en los mejores programas”, afirmó Grace Jimenez, psicoterapeuta con el Care & Counseling de Baptist Health South Florida. “Toda esa actividad puede ser beneficiosa pero también aumenta los niveles de estrés y deja menos tiempo para el descanso que los niños necesitan para su salud y su bienestar. El resultado es que tenemos niños que sienten demasiada ansiedad o estrés y ahí es cuando comienza la depresión”.
La depresión es uno de los trastornos emocionales más comunes. Es el producto de la interacción entre una combinación de factores tales como los eventos estresantes, los cambios biológicos en el cerebro, la genética y a veces los medicamentos y los problemas de salud. Combinar los múltiples factores estresantes con estar conectado a un teléfono celular o un dispositivo móvil las 24 horas hace difícil que los niños de hoy tengan el tiempo de descanso que necesitan, dice Jimenez.
“El descanso deja que el cuerpo se recomponga y permite el crecimiento, tanto el físico como las conexiones en el cerebro”, dijo ella. “Si estamos en movimiento constante, preocupados por la escuela, las clases de baile y quien nos está siguiendo por los medios sociales, el cerebro no se desconecta. Cuando el cerebro no se desconecta, esto no permite que el cuerpo obtenga el descanso que necesita para el crecimiento cognitivo y físico”.
Los factores estresantes de los niños también afectan a los padres, según los expertos.
“Muchos padres sienten que si no están ayudando a sus hijos a participar en actividades todo el tiempo, no les están proporcionando lo necesario para triunfar en la vida”, dice Jimenez. “Pero tomando en consideración el trabajo, recoger a los niños de la escuela, llevarlos a sus actividades extraescolares y luego lidiar con las tareas escolares, los padres tampoco tienen descanso. Yo les digo que si no se cuidan ellos mismos, no les están enseñando a sus hijos a cuidarse porque si ellos no ven eso, no sabrán cómo hacerlo”.
Señales y síntomas de depresión en los niños
Como los cuidadores primarios, los padres están en la mejor posición para percatarse de las señales de depresión en los niños. Sin embargo, identificar los cambios de humor de los adolescentes puede ser algo difícil, ya que sus personalidades cambian a medida que crecen. Jimenez les dice a los padres que busquen cambios significativos en el comportamiento que afecten el humor del niño, mas notablemente cambios en:
- El peso – aumento o pérdida de peso
- Los patrones de sueño – dormir demasiado o no dormir lo suficiente.
- Los estudios – malas calificaciones o dificultad para concentrarse o para recordar.
- Los niveles de energía – cansancio o fatiga frecuente o pérdida de interés en las actividades que antes disfrutaban.
- Los sentimientos – tristeza, ira o pesimismo en alguien quien usualmente es feliz, amistoso y positivo.
“A veces pensamos que la depresión es sólo tristeza y aislamiento, pero la ira y la irritabilidad también son señales”, dijo ella. Cuando ocurren cambios generales que afectan su desempeño en la escuela y en el hogar, es hora de hacerle más preguntas al niño y de buscar ayuda”.
Mientras que un diagnóstico clínico de depresión depende de la presentación de varios síntomas en conjunto, los padres que se percaten de dos o tres señales – por un período de dos semanas o más – deben buscar tratamiento, añade Jimenez.
Cómo tratar la depresión en los niños
La creciente cantidad de investigación para definir las edades y las crecientes tasas de depresión entre los jóvenes, condujo a que la American Academy of Pediatrics (AAP) actualizara sus directrices de detección para la condición. Las nuevas directrices anunciadas al principio de este año indican que los pediatras y los médicos de atención primaria deben evaluar a los niños para la depresión cada año, comenzando a los 12 años de edad. Aún no existe suficiente evidencia para apoyar las evaluaciones universales en los niños más pequeños, dijo la AAP.
Mientras que más adolescentes con depresión pueden ser identificados, Jimenez les dice a los padres que no siempre tienen que esperar por el diagnóstico de un médico.
“Si usted está tratando de hablar con su hijo, pero no está recibiendo respuestas claras – o si la depresión se pone peor – usted debe buscar apoyo”, dice ella. “Clínicamente estamos hablando de cualquier cambio en el comportamiento que dure dos semanas o más”.
El apoyo puede ser por parte de un consejero en la escuela o de un psicoterapeuta en la comunidad. La psicoterapia, o terapia verbal, es el tratamiento estándar para la depresión. Esta involucra a un terapeuta hablando con el paciente para ayudar a identificar pensamientos y sentimientos que pueden estar afectando su comportamiento.
“Si pueden identificar la causa de la depresión, entonces la pueden manejar”, dice Jimenez. “Una vez el terapeuta pueda ayudar a un adolescente a manejar sus pensamientos y sentimientos, mejor podrá el adolescente hacerlo por sí mismo en el futuro”.
El tiempo de la terapia depende del niño y de la severidad del problema. Los terapeutas dicen que una buena regla es considerar la magnitud de la situación y cuánto tiempo han estado presentes los comportamientos y la depresión”.
“En general para problemas leves a moderados, los padres pueden esperar ver cambios positivos luego de 6 a 8 sesiones”, dice Jimenez. “Pero si un adolescente ha estado luchando contra la depresión por años, les toma más tiempo cambiar su manera de pensar para que sus sentimientos y comportamientos comiencen a cambiar”.
La terapia de arte también puede ser especialmente útil para tratar a los adolescentes. Las actividades como dibujar o colorear son calmantes y terapéuticas porque el cerebro está pensando en esa sola cosa y deja de pensar en el resto del mundo. Como resultado, ellos se calman, piensan más claramente y tienen mejores probabilidades de expresar sus sentimientos.
Los padres son el componente vital para ayudar a los niños deprimidos
Jimenez enfatiza que el tratamiento de la depresión en los niños se trata de lograr que ellos se expresen y hablen de lo que están sintiendo. Los padres pueden ayudar empleando la “terapia de juego”. Esto involucra hacer que el niño esté activo – llevarlos afuera, dar un paseo, jugar un juego de mesa o de video – cualquier cosa que ellos disfruten y que los ponga en movimiento”.
“Muchas veces los adultos piensan que poner a un niño activo significa llevarlos al gimnasio, correr o hacer alguna otra actividad organizada. Sin embargo, a veces es más fácil simplemente jugar”, dice Jimenez. “Siempre y cuando usted pueda estar divirtiéndose con ellos, ellos estarán igual de dispuestos a compartir con usted lo que están haciendo y lo que están pensando”.
Lograr que los niños estén activos puede ser difícil si el niño o la niña tiene una ansiedad o una depresión más severa, añade ella. Los padres deben seguir alentándolos y sugiriendo que ellos mismo escojan la actividad.
“Y especialmente para los padres es importante recordar que ‘no están solos’ en esta situación’”, dijo ella.
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