Salvando a Sarah

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Publicado

4 de June de 2013


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Mariners Hospital se enorgullece en el cuidado de los miembros de su comunidad. Y el pequeño hospital comunitario en Tavernier, parte de los Cayos de la Florida, no se asusta cuando el vecino en necesidad de atención médica es un delfín.

Los entrenadores que cuidan a Sarah, delfín nariz de botella del Atlántico de 29 años de edad, que vive en la isla de Dolphin Care en Key Largo, comenzaron a notar que al delfín le estaba costando trabajo respirar. Su salud en deterioro les tenía a los entrenadores y los veterinarios en busca de respuestas para ayudar al mamífero que proporciona terapia para niños con necesidades especiales que visitan el centro.

Contaron con uno de sus amigos vecinos,  Mariners Hospital,  para ayudarles a descubrir la causa. Se usó la tomografía computarizada (CT por sus siglas en inglés) por lo general reservada para pacientes humanos.

“Cuando recibimos una llamada de los veterinarios, sabíamos que teníamos que ayudar”, comentó Fran Glick, directora administrativa del departamento de diagnóstico por imagen en Mariners. “Nosotros cuidamos a nuestros vecinos, sin importar la especie”.

Después de semanas de planificación y coordinación de los detalles de su traslado desde la isla de Dolphin Care a Mariners, un equipo de entrenadores y veterinarios trajeron a Sarah al hospital, izaron la paciente de 9 metros de largo, 370 libras en una camilla y la rodaron a la sala donde se aloja del hospital.

Una vez en la sala, los técnicos de CT colaboraron con los veterinarios y entrenadores para posicionar el delfín en el escáner CT para obtener las imágenes necesarias para determinar lo que le estaba causando problemas de respiración.

“Nos tomamos el tiempo extra para estar seguros de capturar todas las imágenes que los veterinarios necesitaban y unos más”, explicó Glick. “Debido a que Sarah tenía que permanecer alerta, aunque con sedación, también tuvimos que tener mucho cuidado de no asustar o herirla inadvertidamente”.

La prueba, que normalmente dura 10 minutos para un ser humano, dijo Glick, tardó 45 minutos con el delfín. Las copias en DVD de todas las imágenes tomadas durante la sesión de CT se distribuyeron a los veterinarios de todo el país para ayudar encontrar el mejor tratamiento para el trastorno que se diagnosticó – un estrechamiento de las vías aéreas.

El mes pasado, Island Dolphin Care invitó a algunos del equipo de Mariners a sus instalaciones para presenciar el procedimiento a que Sarah se sometió para abrir la vía aérea. Similar a la angioplastia que se utiliza en un ser humano que sufre de estrechamiento de los vasos sanguíneos, un dispositivo que semeja un globo se insertó en el espiráculo de Sarah para abrir las vías que conducen a los pulmones.

Los veterinarios dicen que la respiración de Sarah ha mejorado.

En cuanto al equipo de Mariners, la tomografía computarizada de Sarah marcó el inicio del desarrollo de un proceso estandarizado para el examen de los delfines. Ellos ya están familiarizados con otros animales marinos como lobos marinos y tortugas marinas.

“Es una experiencia gratificante para nosotros”, expresó Pat Sauerman, la tecnóloga de CT que ayudó con el estudio de Sarah. “Me gustaría hacer esto todo el tiempo”.