25 de March de 2020 por John Fernandez
1 de 4 adultos viven con la ‘enfermedad hepática grasa’
Puede que usted no conozca mucho acerca de “la enfermedad hepática grasa no alcohólica” – o NAFLD por sus siglas en inglés – pero uno de cuatro adultos en los Estados Unidos tienen esta condición, la cual puede volverse seria y está vinculada con el sobrepeso y la obesidad.
NAFLD se refiere a una acumulación de grasa adicional en las células hepáticas que no es causada por el alcohol. Es normal que el hígado acumule alguna cantidad de grasa. Pero si más de un 5 a un 10 por ciento del peso del hígado es grasa, entonces es conocido como un hígado graso, según la American Liver Foundation.
El hígado, que es el segundo órgano más grande del cuerpo, procesa lo que usted come y bebe y lo convierte en energía y en nutrientes. El hígado también elimina las sustancias dañinas de la sangre.
‘La enfermedad hepática grasa’ y el manejo del peso
NAFLD está asociado mayormente con personas con sobrepeso u obesas, o con aquellas personas con diabetes, colesterol alto o triglicéridos altos. Pero inclusive la pérdida rápida de peso y los malos hábitos alimenticios pueden llevar a NAFLD. En los casos más serios, NAFLD puede causar que el hígado se inflame (esteatohepatitis), lo cual puede conducir a la cicatrización o a la cirrosis con el pasar del tiempo – y también puede causar cáncer del hígado o insuficiencia hepática.
Sin embargo muchas personas pueden vivir vidas normales con NAFLD siempre y cuando mejoren su dieta, hagan ejercicios y mantengan un peso saludable.
La condición puede ser diagnosticada preliminarmente a través de pruebas de sangre que muestran altos niveles de enzimas hepáticas. Pero usualmente se descartan otras enfermedades del hígado a través de exámenes adicionales. Un ultrasonido puede confirmar el diagnóstico de NAFLD.
Si el diagnóstico es NAFLD, su médico de atención primaria puede ponerlo en una dieta más saludable y en un régimen de ejercicios. Su médico también puede referirle a un especialista hepático. No hay un tratamiento médico directo para NAFLD, pero su médico puede recetarle medicamentos para controlar su colesterol y sus triglicéridos. Los diabéticos con NAFLD tienen que continuar controlando sus niveles de azúcar en la sangre.
“Un análisis de sangre inicial puede ayudar a su médico a diagnosticar NAFLD y a veces hay que hacer otras pruebas e indagar más profundamente en cuanto al historial médico del paciente para poder tomar una determinación final”, dijo Yeisel Barquin, M.D., una doctora de Baptist Health Medical Group con Baptist Health Primary Care. “Pero NAFLD puede ser muy manejable con unos cuantos cambios de estilo de vida. NAFLD puede ser prevenido adoptando una dieta más saludable y comenzando un régimen de ejercicios regulares, así como también controlando otras condiciones que pueden servir como factores de riesgo”.
Otras enfermedades y condiciones pueden aumentar su riesgo de desarrollar NAFLD, incluyendo el síndrome metabólico, el síndrome de ovario poliquístico, apnea del sueño, el hipotiroidismo y la glándula pituitaria hipoactiva, dice la Dra. Barquin.
A menudo, NAFL no tiene síntomas. Cuando estos ocurren, pueden incluir:
La American Liver Foundation dice que comer una dieta saludable y hacer ejercicios regularmente puede ayudar a prevenir el daño hepático o a darle marcha atrás en sus etapas tempranas. He aquí las recomendaciones de tratamiento de la Fundación:
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