Cuando una arteria coronaria, la cual suple sangre repleta de oxígeno al músculo del corazón está completamente o casi completamente obstruida, se conoce como una obstrucción crónica total o CTO por sus siglas en inglés.
Charles Jones de 72 años, conoce bien los problemas cardiacos, y en especial de los CTOs. Había sobrevivido una operación de triple baipás en el 2008 y había vivido una vida saludable en general desde entonces. Eso es hasta que comenzó a desarrollar dolores en el pecho a fines del año pasado y casi no podía dar más de unos cuantos pasos sin asistencia.
“La primera vez que sentí el dolor estaba caminando por el aeropuerto y por poco me desmayo. Era un dolor intolerable”, recuerda él. Mientras estuvo ingresado en South Miami Hospital, los médicos le dieron la noticia de que otra vez tenía una obstrucción significante en sus arterias, y que le tendrían que hacer un cateterismo cardiaco para señalar las áreas que necesitarían stents. Cuando el corazón sufre de isquemia, usted típicamente sentirá dolor o incomodidad en el pecho. Angina de pecho es el término médico para esta sensación, la cual es el síntoma más común de la enfermedad de las arterias coronarias (CAD por sus siglas en inglés).
En el caso del Sr. Jones, había también comorbilidades (la presencia simultánea de dos o más enfermedades crónicas) que requerían atención especial antes de poder someterse a los procedimientos de stents para resolver su CTO o arteria obstruida. Su condición crónica secundaria era la enfermedad renal. Eso fue en enero, cuando le dijeron que necesitaría una intervención para reabrirle una de las arterias que fueron reparadas durante su operación de bypass en el 2008.
Problemas renales
Jones fue tratado con un aumento en su terapia médica, pero aun sufría de angina. Pasaron cuatro meses antes de que Ramon Lloret, M.D., [1] cardiólogo intervencionista con Miami Cardiac & Vascular Institute [2] en Baptist Hospital, parte de Baptist Health South Florida, procedió con el cateterismo cardiaco y con el procedimiento de angioplastia. “Durante un cateterismo cardiaco, se inserta un tubo delgado y hueco llamado un catéter, dentro de un vaso sanguíneo principal que conduce al corazón. El catéter es insertado más comúnmente por una arteria o una vena en la ingle o en el brazo.
El problema renal del Sr. Jones hacía más riesgoso que el Dr. Lloret le realizara una parte integral del cateterismo cardiaco, la inyección de un tinte químico. El tinte de contraste es visible a través de los rayos X luego de ser inyectado por medio del catéter. Las imágenes de rayos X muestran el tinte a medida que fluye a través de las arterias del corazón, dándole a los médicos la mejor indicación de la ubicación de las obstrucciones. Sin embargo, los tintes de contraste pueden reducir el flujo de sangre a los riñones y conducir a la insuficiencia renal, especialmente en pacientes con enfermedades crónicas renales y diabetes.
“Tenemos que hacer lo que sea mejor para nuestros pacientes”, dice el Dr. Lloret. “Es común que los pacientes con enfermedades cardiacas también tengan condiciones renales. Es algo que enfrentamos. Cuando llegó el momento, tomamos precauciones, tales como establecer el remplazo de líquidos por vía intravenosa por 12 horas antes del procedimiento, y limitar el uso del tinte de contraste usando el ultrasonido intracoronario, el cual no requiere tinte. Nos fue muy bien”.
‘Yo quería tener una buena calidad de vida’
Durante un procedimiento de stents para abrir las arterias obstruidas, un catéter (un tubo delgado y flexible) se inserta por la arteria femoral (ingle) o la arteria radial (brazo) y a través de los vasos sanguíneos hasta alcanzar el sitio de la obstrucción.
“El Dr. Lloret dijo que era bastante riesgoso”, recuerda el Sr. Jones. “Yo le dije que quería tener una buena calidad de vida, en vez de vivir una vida en la cual no podía hacer nada. Hasta sentarme me daba dolor en el pecho”,
Mientras que el catéter se inserta casi siempre a través de un lado de la ingle hasta alcanzar una vena o una arteria, el Dr. Lloret tuvo que entrar por ambos lados de la ingle en el caso del Sr. Jones para abrir la arteria principal izquierda que conduce a la arteria circunfleja. Esta tenía más de 20mm de largo de obstrucción. Al pasar cables y balones tanto anterógrada como retrógradamente, él pudo cruzar el largo bloqueo un 100% en la arteria coronaria nativa del Sr. Jones en vez de tener que depender de un injerto de vena el cual puede permanecer abierto por muy poco tiempo.
“Le doy mucho mérito al Dr. Lloret y a su equipo”, dice el Sr. Jones. Ellos se tomaron su tiempo y determinaron lo que había que hacer”.
El Dr. Lloret dice que el Sr. Jones enfrentó más complicaciones que otros candidatos para el procedimiento, pero el tratamiento de CTOs es un campo especializado que requiere un entendimiento de todos los posibles retos con un estudio profundo de las imágenes del cateterismo y con capacidades avanzadas con el catéter.
“Tratamos estos casos de alto riesgo con muy buenos resultados, utilizando las herramientas adecuadas y nuestra experiencia”, dice el Dr. Lloret. “Hay que trabajar en equipo para tratar los CTOs, desde los médicos hasta los enfermeros y los técnicos. Charles está muy bien ahora y no ha vuelto a tener angina. Le reducimos algunos de sus medicamentos y está bastante activo. Él nada regularmente y se siente muy bien”.
El Sr. Jones dijo que los médicos y los enfermeros lo pusieron a caminar después de su procedimiento. El procedimiento completo duró de 9 a.m. a 4:30 p.m.
“Me demoré un tiempo en recuperarme, pero ya me siento bien”, dijo Jones de su vida después su angioplastia el pasado mes de abril con el Dr. Lloret. “Mientras entramos en edad, nos toma más tiempo recuperarnos, pero estoy bien ahora. No tengo ningún tipo de dolor. Eso es lo principal. Estoy en una etapa de mi vida en la cual quiero viajar y hacer otras cosas. Ahora puedo”