Millones de estadounidenses toman suplementos de aceite de pescado con el fin de beneficiarse de los ácidos grasos omega-3 que estos contienen. Incluso la American Heart Association (AHA) – por ahora – recomienda estos suplementos para personas con antecedentes de enfermedad cardiaca.
Sin embargo, un repaso mayor de ensayos aleatorios ha determinado que los suplementos de aceite de pescado que contienen ácidos grasos omega-3 son ineficaces para la prevención de la enfermedad cardiaca. El análisis, publicado en la revista JAMA Cardiology [1], recogió datos de 10 ensayos aleatorios enfocándose en personas que habían tenido una enfermedad cardiovascular o que estaban en alto riesgo para la enfermedad cardiaca.
Los investigadores concluyeron que no pudieron encontrar un vínculo entre el consumo regular de los suplementos y un riesgo más bajo de muerte por causa de la enfermedad cardiaca, o de ataque cardiacos no fatales o de otros eventos cardiovasculares mayores. Además, los suplementos no beneficiaron a las personas con antecedentes anteriores de enfermedad de las arterias coronarias, los diabéticos, las personas con altos niveles lípidos, o las personas que usan estatinas para combatir el alto colesterol. Estos hallazgos se aplican tanto a los hombres como a las mujeres que tomaron parte en los ensayos repasados.
El impacto en la salud del corazón ‘no ha sido comprobado’
“El repaso publicado de ensayos existentes demuestra que no existe prueba de que los suplementos de aceite de pescado, lo cuales parcialmente contienen ácidos grasos omega-3, han sido comprobados a impactar estadísticamente la enfermedad cardiovascular”, afirmó Jonathan Fialkow, M.D. [2], director médico del centro de dolores de pecho, rehabilitación cardiaca y laboratorio de esfuerzo de Miami Cardiac & Vascular Institute [3] en Baptist Hospital.
El Dr. Fialkow dijo que los nuevos hallazgos sugieren que porque estos suplementos a menudo no son de “puro omega-3”, el beneficio del omega-3 “puede ser negado por el consumo de otras grasas en los suplementos”.
Una dieta alta en omega-3 “aún se considera saludable, aunque es difícil de comprobar”, dijo el Dr. Fialkow. Mientras tanto, los medicamentos recetados que son puro omega-3 “pueden impactar positivamente los perfiles lípidos, aunque no existe prueba de que estos impactan positivamente la enfermedad cardiovascular”, añadió él.
Al menos dos ensayos aleatorios mayores, enfocándose en el uso de medicamentos recetados de omega-3 y la enfermedad cardiovascular están en progreso. Cuando sean completados, estos estudios deben determinar de una vez por todas si existe prueba del beneficio, dijo él.
La edad promedio de los participantes del estudio: 64 años
Hubo 77,917 personas en los ensayos que fueron examinados en el estudio más reciente publicado la semana pasada – un 61 por ciento de estas personas eran hombres. La edad promedio de los participantes era 64 años. Los estudios duraron, en promedio, 4.4 años, y la dosis de omega-3 varió entre 226 y 1,800 milígramos al día. Los autores del estudio dijeron que los suplementos de aceite de pescado redujeron el riesgo de muerte por un 7 por ciento en estos participantes, y el riesgo de tener un ataque cardiaco no fatal se redujo por un 3 por ciento. Estos porcentajes no son lo suficientemente altos como para ser considerados significativos, según el estudio.
Mientras que la American Heart Association recomienda los suplementos para personas con enfermedad de las arterias coronarias quienes pueden no consumir suficientes ácidos grasos omega-3 de los alimentos en sus dietas regulares, los investigadores del estudio “no encontraron apoyo alguno” de esas directrices.
“Los resultados de este análisis de estudios mayores no proporcionan apoyo para las recomendaciones actuales de usar suplementos de aceite de pescado para prevenir los ataques cardiacos y los infartos cerebrales”, dijo el investigador principal Robert Clarke, M.D., profesor de epidemiología y medicina de la población en la University of Oxford en el Reino Unido.
Los suplementos no son un sustituto para los medicamentos recetados
En un artículo publicado en el 2016 en la revista American Journal of Cardiovascular Drugs, por el Dr. Fialkow, él advierte en contra del uso de suplementos dietéticos como sustitutos para los medicamentos recetados. Los aceites de pescado que contienen omega-3 son ampliamente promovidos para la salud del corazón por sus características antiinflamatorias que pueden ayudar a las personas a manejar la artritis y los dolores en las articulaciones. Sin embargo, no existen datos clínicos que apoyen estas afirmaciones.
La mayoría de los suplementos dietéticos de omega-3, y la mayoría de las fórmulas de omega-3 por receta, contienen ácido eicosapentaenoico [4] (EPA por sus siglas en inglés) y ácido docosahexaenoico [5] (DHA por sus siglas en inglés). Los productos que contienen tanto EPA como DHA tienen impactos distintos en el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL-C) – mejor conocido como el “colesterol malo”.
“Los ácidos grasos omega-3 son partes esenciales de nuestras dietas. Sin embargo, los suplementos dietéticos que contienen omega-3 contienen niveles más bajos de EPA y DHA que los productos recetados que no han sido aprobados para tratar enfermedades”, dice el Dr. Fialkow, que también es un lipidólogo certificado, y se especializa en el control del alto colesterol y otros trastornos lípidos incluyendo el síndrome metabólico y la hipertrigliceridemia, que se ve más a menudo en la pre-diabetes y la diabetes. Él añade que el pescado de agua fría y los mariscos tienden a tener altos niveles de grasas omega-3.
Durante la pasada década, varios productos recetados de ácidos grasos omega-3 han sido aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos de los EE.UU. (FDA por sus siglas en inglés) para el tratamiento de la hipertrigliceridemia, una condición en la cual los niveles de triglicéridos están elevados, basado en datos de ensayos de intervención clínica. Pero los suplementos de aceite de pescado que contienen omega-3, no están regulados por la FDA