Yadira Erriguible de 66 años, recuerda haber perdido repentinamente algo que la mayoría de las personas dan por hecho. “Perdí mi sentido del gusto y del olfato”, dice ella. “Eso fue en noviembre del 2017. Mis amigos insistieron que fuera a ver a un otorrinolaringólogo (un médico de garganta, nariz y oído) ya que eso no era normal para mi edad”.
Varias visitas médicas y pruebas de imágenes más tarde, Erriguible se enteró que tenía tres aneurismas cerebrales sin ruptura. Los aneurismas son bultos en las paredes de los vasos sanguíneos que a menudo no producen síntomas, pero pueden actuar como bombas de tiempo y pueden causar serios problemas y hasta la muerte a los pacientes si se revientan, dijo el médico de Erriguible, el neurorradiólogo intervencionista Italo Linfante, M.D. [1] En su caso, el único otro síntoma era un dolor de cabeza ocasional.
Cuando los aneurismas cerebrales tienen que ser reparados, los expertos del Baptist Health Neuroscience Center [2] y el Miami Cardiac & Vascular Institute [3] trabajan en conjunto para repararlos de manera mínimamente invasiva, sin tener que abrir el cráneo. Ellos hacen esto con la ayuda de un dispositivo relativamente nuevo que es parecido a un stent, el desviador de flujo.
Para el primer procedimiento de Erriguible, para eliminar el aneurisma más grande que tenía, el Dr. Linfante usó una bobina de platino que se utiliza a menudo, para inducir la coagulación (embolización) del aneurisma y así poder prevenir que la sangre continúe incrementando el bulto del aneurisma. Los otros dos aneurismas serían monitoreados a través del tiempo.
En una visita de seguimiento este pasado mes de diciembre, el Dr. Linfante “encontró que dos de los aneurismas más pequeños habían crecido y que mi arteria estaba muy débil”, dice Erriguible. “Él decidió usar un nuevo procedimiento para fortalecer la arteria y esto eventualmente eliminaría los aneurismas”.
El nuevo procedimiento involucró el uso de la última generación de “desviadores de flujo” – una especie de stent que fue recientemente aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos de los EE.UU. (FDA por sus siglas en inglés) para tratar los aneurismas sin ruptura “grandes y gigantes de cuello ancho”, dijo el Dr. Linfante, quien es el director médico de Neurorradiología y Cirugía Endovascular en el Instituto. Por primera vez, los pacientes con aneurismas protuberantes de alto riesgo pueden ser tratados con este nuevo desviador de flujo, dijo él.
“Una vez que es implantado este dispositivo, la arteria es reconstruida desde adentro”, explica el Dr. Linfante. “Es un avance importante en el tratamiento de los aneurismas. Hemos estado usando una generación anterior de este ‘desviador de flujo por años y somos los primeros en la Florida en utilizar este desviador de flujo de nueva generación que acaba de ser aprobado”.
Los desviadores de flujo están hechos con una maya más densa que los tubos tradicionales que se utilizan para reestablecer el flujo de sangre a las arterias estrechas o débiles. Estos forman parte de una nueva estrategia, distinta a los métodos más tradicionales de utilizar stents o bobinas, que son procedimientos enfocados directamente en el aneurisma por sí solo.
“Un aneurisma se forma cuando se desarrolla un punto débil en un vaso sanguíneo y este comienza a inflarse – básicamente como un bulto o un balón que se forma”, dijo el neurorradiólogo intervencionista Guilherme Dabus, M.D. [4], quien asistió al Dr. Linfante. “Con el tiempo, el aneurisma puede seguir creciendo, como en el caso de Yadira, y a veces simplemente se revienta. Cuando los aneurismas se revientan, el riesgo de morir o de sufrir una discapacidad severa es muy alto. Es muy importante que estos pacientes busquen atención médica de inmediato”.
Si se detecta un aneurisma, pero este no tiene ruptura, hay otras opciones: o el tratamiento o la observación. Los procedimientos mínimamente invasivos, que usualmente involucran las bobinas o los stents de maya, se usan para promover la coagulación y para cerrar el aneurisma con una alta tasa de éxito de más de un 90 por ciento. Los dispositivos son colocados por medio de un catéter que pasa por un vaso sanguíneo desde el área de la ingle hasta el cerebro.
Los pacientes con aneurismas “gigantes” enfrentaban una cirugía de riesgo extremadamente alto antes de la llegada del desviador de flujo, dice el Dr. Linfante.
“La arteria completa está distendida y completamente dilatada”, explica el Dr. Linfante. “La cirugía es algo virtualmente imposible ya que habría que reconstruir la arteria entera. La manera en la cual esto fue realizado anteriormente era cerrando la arteria completa y haciendo un baipás. Por supuesto, esta cirugía está asociada con una alta tasa de mortalidad. Sin embargo, los desviadores de flujo son perfectos para este tipo de aneurisma”.
La mayoría de los aneurismas se desarrollan después de los 40 años, pero son más comunes entre las personas de 35 a 60 años. La mayoría de los pacientes tienen la suerte de que sus aneurismas sean encontrados incidentalmente a través de un escán por CT o por medio de un MRI, luego de padecer de otros posibles síntomas, primordialmente los dolores de cabeza severos.
“Cada día me voy sintiendo mejor”, dice Erriguible. Me siento muy agradecida. Siento que ahora puedo vivir una mejor vida. Espero tener una vida feliz”.