Elianna Grace de 4 años de edad, de Bradenton, Florida, se está recuperando luego de experimentar un casi “ahogamiento seco”, una rara condición que su madre pudo reconocer y por lo consiguiente pudo conseguirle atención médica.
Lacey Grace tuvo una corazonada acerca de la condición de su hija luego de que recordara un caso de ahogamiento seco que ocurrió el año pasado en Texas y que recibió atención nacional. Un niño de 4 años de Houston [1] había muerto días después de haber ingerido agua de piscina y de haber desarrollado síntomas que sus padres pensaron estaban relacionados con un virus estomacal.
El 14 de abril, la pequeña Elianna estaba con su familia en la piscina de su patio en Bradenton cuando accidentalmente tragó al agua de la piscina mientras jugaba. Se asustó un poco, pero parecía estar bien luego de varios minutos y volvió a jugar, recuerda su madre.
Dos días más tarde, la niña desarrolló una fiebre que no se le quitaba. Su madre, la Sra. Grace, le dijo al noticiero de la cadena ABC que ella temía que su hija estaba experimentando un ahogamiento seco como el niño de 4 años de Texas que murió el año pasado. Ella llevó a Elianna a un centro cercano de cuidados de urgencia.
El ritmo cardiaco de la niña se aceleró repentinamente mientras estaba siendo examinada por el médico en el centro de cuidados de urgencia, dijo la madre. Los niveles de oxígeno le bajaron y su piel se volvió morada. La doctora le dijo a Grace que llevara a su hija a la sala de emergencia más cercana lo antes posible.
En casos de ahogamientos secos – también conocidos como “ahogamientos secundarios” – los síntomas pueden ocurrir horas o días más tarde a medida que los pulmones se llenan de líquido. Ingerir el agua puede causar espasmos en la tráquea, causando que esta se cierre e impacte la respiración. Los pulmones responden al agua atrapada inflamándose. Por último, el líquido en los pulmones hace difícil que el cuerpo pueda absorber oxígeno.
“Pude ver la preocupación inmediata en la cara de la doctora, y esa fue la primera vez que me desplomé”, le dijo Grace al noticiero de ABC. “En ese momento no tenía idea de cómo iba a terminar. Tenía tanto, pero tanto miedo”.
Dos horas más tarde, Elianna fue transferida por ambulancia a Sarasota Memorial Hospital. Ahí fue tratada por neumonía de aspiración por causa de la ingestión del agua de piscina que ocurrió el 14 de abril, según una portavoz del hospital. Elianna fue dada de alta del hospital en la tarde del pasado domingo, exactamente una semana después de haber inhalado el agua de la piscina. La Sra. Grace dijo que su hija “estaba bien” y que estaba “mejorando cada día”, aunque aún no ha vuelto completamente a la normalidad.
“He visto mejoras drásticas en ella”, dijo la madre. “Si pudiéramos lograr que comiera mejor y que no estuviera tan letárgica, yo consideraría que hubiera vuelto a la normalidad”.
Los Centros Para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés), no tienen récords precisos de los incidentes de ahogamiento seco en el país. Desde el 2005 al 2014, los CDC estiman 3,536 casos fatales de ahogamiento no intencional (no relacionado con los botes) anualmente. Alrededor de 1 de cada 5 personas que mueren por causa de los ahogamientos secos son niños de 14 años o menores. Por cada niño que muere por ahogamiento, cinco más reciben atención de emergencia debido a lesiones de sumersión no fatales, indican los CDC.
Si un niño aspira mucha agua mientras nada o mientras juega en el agua, mucha de esta puede entrar en las vías respiratorias o en los pulmones, causando una tos persistente o dificultad para respirar, según Fernando Mendoza, M.D. [2], director médico del Baptist Children’s Hospital Emergency Center [3].
El Dr. Mendoza aconseja a los padres y a los cuidadores que vigilen a los niños cuidadosamente después de salir de la piscina. “Si su hijo está tosiendo o si tiene dificultad para respirar, llévelo a la sala de emergencia lo antes posible”, dice él. Tenga en mente que los síntomas pueden ocurrir varias horas y hasta varios días después de jugar en la piscina”.
Señales de advertencia de un ahogamiento seco
He aquí las señales que se deben buscar en un niño que pudieran servir de advertencia durante las horas que le siguen a un casi-ahogamiento inicial o a cualquier otro incidente en el agua:
- Una tos que comienza varias horas después de nadar o de una sumersión.
- Falta de aire.
- Dolor en el pecho.
- Vómitos.
- Irritabilidad.
- Letargo, somnolencia extrema o un bajón de energía