Hay otro número importante que considerar al evaluar su salud: La edad de su corazón.
Si la “edad de su corazón” es igual o menor que su edad actual, sus factores de riesgo para las enfermedades del corazón están en el promedio o son menores que el promedio. Pero un 40 por ciento de los estadounidenses tienen una edad del corazón que es mayor que su edad actual por unos cinco años o más, según los Centros Para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC).
Este nuevo estudio es el primero en su clase, siguiendo a más de medio millón de adultos entre las edades de 30 y 74 años quienes tomaron parte en el relevante estudio llamado el Framingham Heart Study, un proyecto iniciado hace décadas, que ha ayudado a identificar los principales factores de riesgo para las enfermedades cardiovasculares.
Los resultados del estudio de la “edad del corazón” encontraron que, en general, la edad promedio para hombres y mujeres adultos de descendencia no-hispana era entre 7.8 y 5.4 años más que su edad cronológica, respectivamente.
Cuando fueron analizados por origen étnico, los afroamericanos tenían los corazones más viejos, seguidos por los hispanos. En promedio, los corazones de los afroamericanos, tanto hombres como mujeres, eran alrededor de 11 años más viejos que sus edades actuales. Los hombres hispanos tenían corazones alrededor de ocho años más viejos que sus edades biológicas, y las mujeres hispanas tenían corazones que eran 5.9 años más viejos.
Descifrar la ‘edad del corazón’ puede ser una herramienta útil
“Utilizando un simple número, descifrar la edad del corazón de una persona es una manera efectiva de alertarla a los factores de riesgo de las enfermedades cardiacas”, dijo Harry Aldrich, M.D., [1] director de la sección cardiovascular del Miami Cardiac & Vascular Institute [2] de South Miami Hospital. “La edad de su corazón integra su presión sanguínea, diabetes e IMC (índice de masa corporal), así como también los hábitos de estilo de vida tales como fumar. Algunas personas tienen que estar más conscientes de los factores de riesgo incluyendo el exceso de peso y la historia familiar”.
Los CDC y el National Heart, Lung, and Blood Institute, el cual ayudó a implementar el estudio Framingham original, esperan que la “edad del corazón”, que es fácil de descifrar, ayude a más personas a reconocer sus factores de riesgo para las enfermedades del corazón, motivando a estas a ver a sus médicos y a efectuar cambios cruciales en sus estilos de vida para así mejorar su salud.
“El uso de la edad del corazón podría simplificar la comunicación acerca de los riesgos y motivar a más personas a vivir estilos de vida más saludables y a cumplir mejor con intervenciones terapéuticas”, concluye el más reciente estudio publicado por los CDC.
En el 2008, el Framingham Heart Study introdujo el concepto de la edad del corazón utilizando una a simple calculador [3]a que pregunta el sexo de una persona, la edad actual, la presión sistólica (el número más alto) y el IMC (un número entre 18.5 y 24.9 es considerado normal). Un IMC alto, el cual se calcula usando el peso y la estatura, puede ser un indicador de alta gordura corporal, dicen los CDC. (El Miami Cardiac & Vascular Institute proporciona una evaluación mucho más extensiva por internet de la salud del corazón [4].
Factores de riesgo modificables
Muchos estudios han identificado un número de factores de riesgo cardiovasculares modificables, incluyendo la presión alta, fumar, el colesterol alto, la diabetes y estar en sobrepeso o tener obesidad. Los factores de riesgo no modificables incluyen un historial familiar de enfermedades del corazón y predisposiciones genéticas tales como los orígenes étnicos.
La calculadora Framingham de la edad del corazón también pregunta si una persona fuma y si tiene diabetes.
“Muchas personas que están en riesgo ya están conscientes de sus riesgos cardiovasculares, pero otras personas no quieren aceptar la realidad y tienen que ver estos números”, dijo el Dr. Aldrich. “Por ejemplo, algunas personas llegan preocupadas por su corazón, pero después de hacerles algunas preguntas me percato de que todavía fuman. A algunas de estas personas se les hace difícil lidiar con los cambios necesarios a su estilo de vida”.