El verano pasado, Jonathan Muniz estaba inscribiéndose en un programa acelerado de secundaria cuando se encorvó buscando aire. “No podía respirar”, recuerda el estudiante de 16 años residente de Coconut Creek.
Elizabeth Muniz llevó inmediatamente a su hijo al pediatra, quien lo mandó directo al hospital. “[El médico] Apenas podía escuchar respiración en el pulmón derecho”, dice la madre del muchacho.
Después de varias pruebas diagnósticas en el Broward General Medical Center, Jonathan fue llevado al Miami Children’s Hospital conectado a un tubo de respiración. El diagnóstico: una gran masa cancerosa en el pulmón derecho que había colapsado. “Se me fue el corazón al suelo”, dice su madre. “Es sólo un niño. Los niños no tienen cáncer de pulmón. Estaba asustadísima”.
El raro tumor carcinoide, muy inusual en niños, tenía que ser extirpado para salvarle la vida a Jonathan, pero estaba localizado en una zona muy complicada que por lo general requiere de una gran incisión quirúrgica para extraerlo.
Los médicos recomendaron un procedimiento robótico de mínima invasión para reducir complicaciones, dolor y largo tiempo de convalecencia, que es lo típico en cirugías torácicas abiertas. Sin embargo, ninguno de los cirujanos del Miami Children’s contaba con la experiencia y la pericia para realizar tal procedimiento.
“Dijeron que era una operación peligrosa de alta tecnología y que iban a tratar de encontrar al mejor cirujano”, relata Muniz. “Nos dijeron que tendríamos que viajar fuera del estado. Yo les dije que iríamos a donde tuviéramos que ir”.
Al final, sólo tuvieron que trasladarse unas cuantas millas, al Center for Robotic Surgery de South Miami Hospital, para encontrar a un pionero internacional en cirugía de pecho asistida por robot. La familia Muniz fue referida al Dr. Mark Dylewski, director de cirugía robótica torácica de Baptist Health, luego de que un médico del Miami Children’s buscara el consejo de un especialista neoyorquino que, a su vez, había sido entrenado por el Dr. Dylewski. “Los médicos estaban muy emocionados. Decían: ‘Este es el cirujano que escribe libros sobre este tipo de operaciones’”, recuerda Muniz.
En pocos días, Jonathan fue transferido a South Miami Hospital, donde el Dr. Dylewski realizó la que se considera la primera cirugía robótica completa de cáncer pulmonar de su tipo en el mundo. El adolescente de Broward fue su paciente más joven tanto de cáncer de pulmón como en recibir la operación asistida por robot. “Es un reto hacerlo de la manera tradicional y mucho más con un robot”, explica el Dr. Dylewski.
El 19 de junio, el galeno extirpó exitosamente el “enorme” tumor de Jonathan —que había comprometido el lóbulo superior y el bronquio principal— utilizando incisiones de ocho milímetros para crear un puerto donde sostener los brazos robóticos. Para ejecutar la operación, el Dr. Dylewski se sentó frente a una consola para observar una vista interna amplificada del pecho y utilizó las manos para controlar los brazos mecánicos. “Pudimos salvar dos tercios de su pulmón derecho”, comenta el Dr. Dylewski. “Si se le hubiera extirpado todo el pulmón no hubiera podido correr o practicar deportes”.
Jonathan despertó pudiendo respirar por primera vez sin ayuda en más de una semana. Ya no estaba conectado a tubos. “No lo podría creer”, cuenta su madre. “No tomó medicinas para el dolor ni nada. Era increíble”.
El alumno de secundaria básica no necesita seguir un tratamiento, y hay un 95 por ciento de posibilidades de que el cáncer haya desaparecido por completo. “Es extremadamente raro pero curable”, asegura el Dr. Dylewski.
En pocas semanas, ya Jonathan volvía a tocar el saxofón. “Me siento bien”, afirma. Y la experiencia en el hospital tampoco fue tan mala: “Estuve dormido casi todo el tiempo”.