Mientras que mantener un peso saludable, hacer ejercicios y comer muchos vegetales y frutas frescas está vinculado con estar “saludable”, estas y otras opciones de estilo de vida también pueden reducir el riesgo de una persona de desarrollar cáncer de seno. Y con más investigaciones publicadas para respaldar los motivos, los médicos que se especializan en tratar condiciones del seno, incluyendo el cáncer, tienen más datos basados en la evidencia que compartir con sus pacientes.
“Uno de los factores de riesgo principales para el cáncer de seno es la edad, y eso es algo que no podemos cambiar”, afirmó Jane Mendez, M.D. [1], jefa de cirugía del seno en Miami Cancer Institute [2]. “Pero hay una multitud de factores de riesgo los cuales sí podemos cambiar”.
El consumo de alcohol y el cáncer de seno
Uno de los estudios científicos más recientes acerca de las opciones de estilo de vida que contribuyen al cáncer de seno, que fue publicado el año pasado, encontró que inclusive el consumo ligero de alcohol – el equivalente a una copa por día para las mujeres y dos copas por día para los hombres – puede aumentar el riesgo de cáncer de seno de una persona.
El estudio, publicado en la edición de junio de 2016 de la revista Alcoholism: Clinical and Experimental Research [3], encontró que un estimado de 144,000 casos de cáncer de seno y 38,000 muertes por cáncer de seno a nivel mundial pueden ser atribuidos al alcohol, con un 19 por ciento de los casos y 17.5 de las muertes ocurriendo en mujeres que eran consideradas consumidoras ligeras de alcohol según las directrices actuales. Otras investigaciones estiman que un 6 por ciento de todas las muertes causadas por cáncer a nivel mundial pueden ser atribuidas al consumo del alcohol.
El índice de masa corporal (IMC) y el cáncer de seno
Varios estudios también validan el papel que desempeña el peso de una persona en el crecimiento de las células cancerosas.
“Existe una relación entre la cantidad de tejido graso en el cuerpo, los niveles de estrógeno y el cáncer de seno”, dijo la Dra. Mendez. “Muchos tipos de cáncer de seno son sensibles al estrógeno lo cual significa que mientras más alto sea el IMC, más altos serán los niveles de estrógeno, y mayor la probabilidad de desarrollar cáncer de seno en el futuro. Estar pendiente de su peso y estar en un nivel moderado no solamente es bueno para prevenir el cáncer de seno, pero también para mantener niveles saludables de la presión sanguínea y del colesterol”.
En el 2007, la obesidad contribuyó a alrededor de un 4 por ciento de los nuevos casos de cáncer en los hombres y a un 7 por ciento de los nuevos casos de cáncer en las mujeres, según un estudio usando datos del National Cancer Institute (NCI) y de Surveillance, Epidemiology, and End Results (SEER). Usando estos datos para proyectar futuras incidencias, los investigadores encontraron que si el estadounidense de peso promedio bajara unas 2.2 libras, se podrían prevenir unos 100,000 nuevos casos de cáncer para el año 2030.
Los factores de riesgo controlables para el cáncer de seno
La Dra. Mendez y sus colegas en Miami Cancer Institute aconsejan a los pacientes que se enfoquen en otros factores importantes de estilo de vida que también se han comprobado que contribuyen a un aumento en el riesgo para desarrollar cáncer de seno.
“Una de las cosas más importantes que podemos hacer cuando se trata del cáncer de seno es conocer nuestros propios cuerpos y nuestros factores de riesgo individuales para así poder ser más proactivos”, dijo la Dra. Mendez.
Entonces, pongamos atención a las cosas que sí podemos controlar. Otros factores de riesgo incluyen:
Hacer ejercicios regularmente – Un estudio publicado en el 2015 encontró que los ejercicios moderados de manera regular ayudaron a reducir el riesgo de desarrollar 13 tipos de cáncer [4], incluyendo el cáncer de seno. La American Cancer Society recomienda que loa adultos hagan por lo menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada o 75 minutos de actividad vigorosa (o una combinación de estos) cada semana para reducir el riesgo para el cáncer de seno de una persona. La Dra. Mendez dice que el exceso de células de grasa puede producir un estado crónico de inflamación en nuestros cuerpos, lo que es otro factor que contribuye al desarrollo del cáncer. El ejercicio ayuda a reducir esas células de grasa.
Hacer ejercicio no necesariamente incluye ir al gimnasio, dice la Dra. Mendez. Lo importante es aumentar el ritmo cardiaco. Eso es lo importante. La Dra. Mendez insta a sus pacientes que hagan tanto ejercicio como sea posible, haciendo cosas como subir las escaleras en vez de montarse en el elevador o caminar unas cuadras en vez de manejar, dependiendo del nivel de capacidad de una persona.
Deje de fumar. La mayoría de las personas piensan que el fumar causa cáncer de pulmón, pero pueden no darse cuenta que el tabaco ha sido vinculado con más de 20 otros tipos de cáncer además del cáncer de seno. Según los Centros Para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE.UU. (CDC por sus siglas en inglés). Las toxinas que contiene el humo de los cigarrillos y el tabaco han demostrado que pueden alterar la composición de las células, reduciendo la capacidad del cuerpo para prevenir el crecimiento de la enfermedad.