Un equipo de Miami Cardiac & Vascular Institute es el primero en el estado, y el primero en la zona Atlántica Sudeste en realizar un procedimiento LIVE (la sigla en inglés para Less Invasive Ventricular Enhancement o Reforma Ventricular Mínimamente Invasiva en español), un procedimiento mínimamente invasivo que “reforma” el corazón reduciendo el tamaño del ventrículo izquierdo (como ha sido ilustrado arriba), permitiendo que un paciente enfermo de gravedad pueda alcanzar una función normal.
Un hombre de 71 años que sufría de insuficiencia cardiaca congestiva, se sometió exitosamente a un procedimiento LIVE como parte de un ensayo clínico a nivel nacional que ha sido facilitado por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA por sus siglas en inglés). Miami Cardiac & Vascular Institute es uno de alrededor de 20 centros a través del país en reclutar pacientes para el ensayo. El paciente se encuentra bien y fue dado de alta después del procedimiento de dos horas. Se han realizado 17 procedimientos a nivel nacional como parte del ensayo.
Si no hubiera sido por el procedimiento LIVE, conocido con más exactitud como “reducción del ventrículo izquierdo”, el pronóstico del paciente no hubiera sido favorable. Las alternativas para estos pacientes con insuficiencia cardiaca avanzada son o un trasplante de corazón o dispositivo de asistencia ventricular izquierda (LVAD por sus siglas en inglés), una bomba que es implantada en el pecho del paciente para ayudar al corazón debilitado a bombear sangre. El equipo de LIVE del Instituto está encabezado por Ramón Quesada, M.D., director médico de programas de Intervención Cardiaca Estructural e Intervención Coronaria Percutánea Compleja, y Niberto Moreno, M.D., jefe emérito de cirugía cardiotorácica.
La reducción del ventrículo izquierdo es para pacientes con un historial de ataques cardiacos que dejan atrás un tejido cicatrizal bien definido, como fue el caso del paciente del Instituto, cuyo corazón estaba bombeando sangre a una fracción de eyección (EF por sus siglas en inglés) de menos de un 20 por ciento. El EF se refiere al porcentaje de sangre que es bombeado desde el corazón durante cada latido. Un corazón saludable tiene un EF de entre un 50 y un 75 por ciento.
Durante el procedimiento, el ventrículo izquierdo del paciente fue reducido en tamaño por más de un tercio, resultando en un EF que subió hasta un 35 por ciento – y ahora sigue mejorando, según el Dr. Quesada.
“Este procedimiento aísla el área del tejido cicatrizal y básicamente crea una nueva y saludable cavidad ventricular que se contrae normalmente”, explica el Dr. Quesada. “La única manera que teníamos para lograr eso en el pasado era realizando una cirugía de corazón abierto, la cual puede ser verdaderamente catastrófica.
En nuestro paciente, pudimos reducir el tamaño del ventrículo izquierdo por un 35 por ciento. A este paciente le va muy bien. Los resultados son verdaderamente espectaculares”.
La clave para la reducción ventricular izquierda es aislar el tejido cicatrizal que resulta después de un ataque cardiaco, para que la porción saludable del corazón pueda funcionar más eficientemente, dice el Dr. Quesada. Este sistema usa “micro-anclas” (ver la ilustración) que son implantadas y diseñadas para “remodelar (o reformar) el corazón hasta lograr una forma y un tamaño más normal y así reducir el estrés en la pared”, dice BioVentrix, empresa que ofrece la nueva opción de tratamiento.
El paciente de Miami Cardiac & Vascular Institute sufría de insuficiencia cardiaca, lo cual significa que el corazón no bombea como debe hacerlo. El cuerpo depende de la acción de bombeo del corazón para hacer llegar oxígeno y sangre rica en nutrientes a las células del cuerpo. Los síntomas comunes de la insuficiencia cardiaca son falta de aire, fatiga y debilidad.
El Instituto está reclutando activamente más pacientes para el procedimiento de reducción del ventrículo izquierdo. Los candidatos deben someterse a pruebas extensivas para asegurar que este sea el tratamiento correcto para su condición. El ensayo se conoce como ALIVE que es la sigla para American Less Invasive Ventricular Enhancement.
“Este procedimiento lo cambia todo” dice el Dr. Quesada. “Ahora podemos dar una nueva opción a los pacientes que de otro modo estuvieran condenados a la insuficiencia cardiaca crónica”.