Los fibromas uterinos son tumores benignos que crecen en la pared del útero y a menudo afectan a las mujeres durante sus años fértiles.
Los fibromas pueden ser más pequeños que una semilla o tan grandes como una toronja. No son mortales, pero sí pueden venir acompañados de serios problemas incluyendo los abortos espontáneos.
Síntomas de los fibromas uterinos
Aunque muchas mujeres no experimentan síntomas, muchas otras desarrollan condiciones que pueden interrumpir su vida cotidiana. Estos pueden incluir:
- Periodos menstruales abundantes, prolongados o irregulares
- Dolores menstruales severos
- Distensión abdominal
- Inflamación del abdomen
- Dolor o presión en las caderas, la pelvis o las piernas
- Micciones frecuentes
- Estreñimiento
- Anemia
- Complicaciones de fertilidad y del embarazo
“Mi consejo para las mujeres que sufren de fibromas uterinos es que busquen ayuda y que se enteren de todas las opciones”, dice el radiólogo intervencionista Adam Geronemus, M.D. [1], director médico asociado del Centro de Fibromas del Center for Women and Infants de South Miami Hospital [2]. “Cada paciente del Centro de Fibromas recibe una consulta personalizada a sus necesidades específicas. Hay múltiples especialistas en la misma sala y al mismo tiempo dándole a la paciente todas las opciones de tratamiento posibles”.
Los tratamientos para los fibromas han avanzado significativamente desde los días en que a las mujeres se les decía rutinariamente que la histerectomía era su única opción. Ahora las opciones varían entre tratamientos con hormonas hasta la embolización de los fibromas uterinos, la ablación endometrial, la miomectomía laparoscópica o robótica y la histerectomía laparoscópica o robótica.
“Una de las cosas más importantes cuando hablamos con las mujeres jóvenes en edad fértil es su deseo para una futura fertilidad”, dice el Dr. Geronemus. “Hay lo que llamamos procedimientos que preservan la fertilidad que no reducen la tasa de futura fertilidad a cero de inmediato”.
El ginecólogo de Katherine Garzon la refirió al Centro de Fibromas en el 2017. “Yo tenía muchos fibromas y algunos de ellos eran bastante grandes”, dice ella. “Quería tratármelos, pero mi preocupación principal era mi fertilidad después”.
Según el Dr. Geronemus, la Sra. Garzon era una buena candidata para la embolización de los fibromas uterinos (UFE por sus siglas en inglés). En este procedimiento mínimamente invasivo, un radiólogo intervencionista ensarta un tubo delgado llamado un catéter dentro de la arteria uterina e inyecta pequeñas partículas en los vasos sanguíneos que suplen sangre a los fibromas. Una vez el flujo de sangre es interrumpido, los fibromas se encojen con el tiempo y mueren.
“Los fibromas se encojen a distintos niveles en las distintas pacientes. Los de ella se encogieron muy rápidamente. Ella tuvo una reducción en el volumen de sus fibromas de un 50% a los seis meses después del procedimiento”, reporta el Dr. Geronemus.
Un año después del procedimiento, la Sra. Garzon se enteró que estaba embarazada y en octubre del 2018, ella y su esposo le dieron la bienvenida a un varoncito saludable.
El Dr. Geronemus que la UFE es uno de los procedimientos más gratificantes que realiza. “Ya sean los periodos intensos que causan tanto dolor y sangramiento que las pacientes no pueden salir de la casa, o que causan anemia que las hace sentir cansadas – si podemos romper cualquiera de esos ciclos y devolverles a las personas su vida normal, eso es especial y muy gratificante”.