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Miles de pacientes de cáncer de seno pueden pasar por alto la quimioterapia Alrededor

Cada año alrededor de 60,000 mujeres en los Estados Unidos con ciertos tipos de cáncer de seno en sus primeras etapas podrían beneficiarse de tratamientos menos invasivos que la quimioterapia, según las nuevas investigaciones que fueron presentadas esta semana en la reunión de la American Society of Clinical Oncology (ASCO) en Chicago.

La quimioterapia es un tratamiento primario establecido, asociado con un aumento en la supervivencia entre mujeres con varios tipos de tumores cancerosos del seno. En vez, las pacientes diagnosticadas con tumores del seno de menos de cinco centímetros, que no se han propagado a los nódulos linfáticos, pueden beneficiarse de un medicamento que ayuda a prevenir que el cuerpo produzca estrógeno, según el estudio, el cual fue publicado en la revista New England Journal of Medicine (NEJM).

El tamoxifeno y otros medicamentos que bloquean las hormonas que pueden promover el cáncer, están entre los medicamentos utilizados en lo que llaman tratamiento endocrino. Este tratamiento se aplica al tipo más común de cáncer de seno, conocido como el de receptores de hormonas positivas o HER2 negativas. Este tipo de cáncer representa alrededor de la mitad de todos los casos de cáncer de seno en los Estados Unidos, según estadísticas del National Cancer Institute.

El estudio, llamado TAILORx (Trial Assigning Individualized Options for Treatment), siguió a más de 10,000 mujeres con cáncer de seno por alrededor de 10 años. Los tumores extirpados de dichas mujeres durante las cirugías para el cáncer de seno fueron examinados con un tipo especial de prueba genética que ayuda a determinar la tasa de recurrencia de cáncer.

Este estudio ilustra el uso de una prueba personalizada que le permite a los médicos poder omitir la quimioterapia en pacientes de cáncer de seno que tienen bajo riesgo de recurrencia, como es determinado por una puntuación de recurrencia de 21 genes”, afirmó Sara Garrido, M.D., especialista en oncología médica en Miami Cancer Institute. “Este es un descubrimiento muy importante que puede tener una aplicación amplia en nuestra práctica diaria. El cáncer de seno, como otros tipos de cáncer, es una enfermedad altamente compleja y personalizada y el diagnóstico y el tratamiento varían entre las personas. Instamos a las pacientes a que consulten con sus médicos acerca del tratamiento más adecuado para ellas”.

Liderado por el National Cancer Institute (NCI) y realizado en colaboración con otras agencias federales de los EE. UU. y Canadá, los resultados de la investigación clínica significan que muchas pacientes de cáncer de seno pueden evitar los efectos desagradables de la quimioterapia tales como la pérdida del cabello, la náusea y otros riesgos potenciales más serios como los daños al corazón y a los nervios, dijeron los investigadores.

Mientras que el estudio es motivo de buenas noticias para muchas mujeres, los investigadores alertan del mejor tratamiento para algunas pacientes de cáncer de seno más jóvenes. Algunas mujeres de 50 años o menos aún pueden beneficiarse de la quimioterapia, aunque sus pruebas genéticas indiquen lo contrario, según el estudio. Las mujeres más jóvenes diagnosticadas con cánceres de seno más avanzados e invasivos a menudo tienen mayores probabilidades de recurrencia, como han demostrado las investigaciones.

“Algunas mujeres jóvenes con cáncer de seno tienen más probabilidades de albergar genes que las predisponen a diagnósticos futuros de cáncer”, afirmó Starr Mautner, M.D., cirujana de seno en Miami Cancer Institute. “Con los resultados de las pruebas genéticas avanzadas y el asesoramiento genético adecuado, estas mujeres pueden estar más informadas acerca de sus factores de riesgo y pueden optar por las opciones de tratamiento personalizadas que sean más indicadas para ellas”.

Cuando el cáncer de seno se encuentra temprano y en una etapa localizada, la tasa de supervivencia es de casi un 100 por ciento, según la National Breast Cancer Foundation.

Mientras que el diagnóstico temprano es clave para la supervivencia y para reducir el riesgo de una recurrencia, muchos médicos animan a sus pacientes a que conversen con ellos acerca de los tipos de pruebas para el cáncer de seno y los tratamientos disponibles, tal como las mamografías.

“La edad, el perfil étnico y los antecedentes personales y familiares de cáncer son factores importantes que se incluyen en la ecuación para determinar cuán a menudo una mujer debe hacerse una mamografía de detección”, dijo Jane Méndez, M.D., jefa de cirugía del seno en Miami Cancer Institute.

Aunque el cáncer de seno sigue siendo el cáncer más común entre las mujeres alrededor del mundo, la tasa de mujeres en los EE. UU. que han muerto por la enfermedad ha caído por un 39 por ciento en las últimas dos décadas, según la American Cancer Society.

Además de las pruebas médicas, la concientización acerca de los hábitos de estilo de vida también desempeña un papel importante en la reducción del riesgo para el cáncer de seno. El ejercicio regular, una dieta saludable, un índice de masa corporal (IMC) moderado, un consumo mínimo de alcohol y el no fumar están entre los factores de riesgo controlables más importantes recomendados por los médicos.

“Una de las cosas más importantes que podemos hacer cuando se trata del cáncer de seno es conocer nuestros cuerpos y nuestros factores de riesgo individuales para así ser proactivas”, dijo la Dra. Méndez.