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Los suplementos de Omega-3 no son suplementos para los productos recetados

Nunca es buena idea sustituir los suplementos dietéticos sin receta por los consejos de un médico ni por los medicamentos que son recetados apropiadamente. Y esto definitivamente se aplica a los populares “aceites de pescado que contienen productos de ácidos grasos omega-3”, los cuales incluyen suplementos que han sido promovidos extensamente para ayudar a bajar los niveles de colesterol que ponen a las personas en mayor riesgo para la enfermedad cardiaca.

La mayoría de los suplementos de omega-3, y la mayoría de las fórmulas recetadas de omega-3, contienen EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido decosahenoico). Los productos que contienen tanto EPA como DHA pueden tener distintos impactos en el colesterol de lipoproteína de baja densidad (LDL-C) – que se conoce como el “colesterol malo”.

EL EPA y el DHA son los ácidos grasos primarios omega-3 que se creen que tienen beneficios cardiovasculares. Los suplementos dietéticos tienen niveles variantes de DHA y EPA, y muchas veces, altos niveles de otras grasas incluyendo grasas saturadas. Los medicamentos omega-3 recetados contienen puro omega-3. Algunos contienen combinaciones de EPA y DHA, y uno es inclusive un EPA puro el cual puede tener beneficios lípidos adicionales en comparación con la combinación de EPA-DHA.

Se cree que los niveles de EPA y DHA son beneficiosos para modificar eficazmente los niveles de lípidos (las cantidades de ácidos grasos y colesterol en la sangre) en personas con factores de riesgo para la enfermedad cardiaca, dice Jonathan Fialkow, M.D., [1] director médico del centro para dolor en el pecho, rehabilitación cardiaca y del laboratorio de estrés en el Miami Cardiac & Vascular Institute de Baptist Hospital [2]. El Dr. Fialkow también es un lipidólogo certificado. Los medicamentos de omega-3 también son recetados para reducir el riesgo para la pancreatitis, una condición grave que puede ocurrir con niveles de triglicéridos sumamente altos.

En un nuevo artículo [3] publicado en el American Journal of Cardiovascular Drugs, escrito por el Dr. Fialkow, él advierte en contra del uso de los suplementos dietéticos como sustituto para los medicamentos recetados. Los suplementes dietéticos omega-3 que contienen aceites de pescado han sido promovidos para ayudar a mejorar la salud del corazón o por sus propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a la gente a manejar la artritis y el dolor en las articulaciones. Pero no existen datos clínicos para apoyar estas afirmaciones.

 ‘No están aprobados ni diseñados con la intención de tratar enfermedades’
“Los ácidos grasos omega-3 son componentes esenciales de nuestras dietas. Sin embargo, los aceites de pescado en los suplementos dietéticos omega-3 contienen niveles más bajos de EPA y de DHA que los medicamentos recetados y no están aprobados ni diseñados con la intención de tratar enfermedades”, dice el Dr. Fialkow. Él añade que el pescado y los mariscos de agua fría tienden a tener altos niveles de grasas omega-3.

Los medicamentos omega-3 recetados están diseñados para tratar las anormalidades de los lípidos, tales como los triglicéridos elevados, los cuales pueden tener un gran impacto en las enfermedades del corazón. En la última década, varios productos de ácidos grasos omega-3 han sido aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos de los EE.UU. (FDA por sus siglas en inglés), basado en datos de ensayos de intervención clínica. Pero los suplementos de omega-3 que contienen aceites de pescado no están regulados por la FDA.

“Existen problemas e inquietudes acerca del contenido, la calidad y la pureza de los suplementos dietéticos de ácidos grasos omega-3”, dice el Dr. Fialkow. “Es importante reconocer que los suplementos dietéticos no siempre contienen lo que especifican sus etiquetas y su contenido de EPA y DHA puede variar de tanda a tanda”.

Los medicamentos de omega-3 recetados se comprueban eficaces
Los productos recetados de ácidos grasos omega-3 se han comprobado a ser seguros y eficaces para reducir los niveles elevados de triglicéridos y partículas dañinas de LDL, tales como las lipoproteínas ricas en triglicéridos. Los triglicéridos, que son el producto final de la digestión de las grasas y los carbohidratos en los alimentos, son medidos usando una prueba común llamada un panel lípido. Es el mismo análisis de sangre que chequea los niveles de colesterol “bueno” y “malo”.

El beneficio cardiovascular de reducir los triglicéridos no ha sido comprobado conclusivamente, según el Dr. Fialkow. “Pero la evidencia emergente de los estudios recientes sugiere que los triglicéridos y las lipoproteínas ricas en triglicéridos desempeñan un papel casual en la arterioesclerosis coronaria”, dice él. La arterioesclerosis se refiere a la acumulación de una placa cerosa en el interior de los vasos sanguíneos. Es un componente mayor de la enfermedad cardiaca y la causa principal de los ataques cardiacos, los derrames cerebrales y la muerte.

“Los estudios subsecuentes basados en la dieta sugieren que el aumento en el consumo de ácidos grasos omega-3 disminuyó la mortalidad cardiovascular en individuos de alto riesgo (pero no de bajo riesgo)”, escribió el Dr. Fialkow en su artículo.

Los National Institutes of Health [4] dicen que existe alguna evidencia de que los ácidos omega-3 que se encuentran en los mariscos y en los aceites de pescado pueden ayudar modestamente a aliviar los síntomas de la artritis reumática. Sin embargo, “para la mayoría de las demás condiciones para las cuales se han estudiado los omega-3, aun no se han alcanzado conclusiones definitivas o los estudios no han demostrado que los omega-3 son beneficiosos”, dicen los NIH.

Los suplementos varían ampliamente en dosificación e ingredientes
Un producto recetado pasa por rigurosos exámenes para determinar su seguridad y comprobar su beneficio médico. Los suplementos dietéticos no están regulados, no pueden hacer afirmaciones de salud, y en el caso de los aceites de pescado, a menudo no tienen la cantidad de ácidos grasos omega-3 que dice la etiqueta, dice Fialkow. Los suplementos también tienen un alto nivel de grasas poco saldables tales como grasas saturadas, y a menudo pueden estar oxidados en su manufactura, lo cual puede hacerlos dañinos.

El artículo del Dr. Fialkow resalta la importancia de consultar con un médico, y si es prescrito un medicamento de omega-3, no sustituirlo con un suplemento de aceite de pescado. Actualmente se están llevando a cabo estudios para determinar si los productos recetados omega-3 en efecto disminuyen los eventos cardiovasculares y la muerte.  Los reportes preliminares se esperan antes de fin de año.