Con la publicación a principios de año del Canadian National Breast Screening Study que sugirió que las mujeres comiencen a hacerse los mamogramas anuales a los 50 años de edad, los ginecólogos y especialistas en salud del seno están siendo cuestionados por sus pacientes sobre cuándo es el momento adecuado para comenzar a hacerse mamogramas regularmente.
El estudio, publicado en febrero, concluye diciendo que las tasas de muerte para mujeres, entre los 40 y 49 que tenían un riesgo normal de cáncer de seno y se hicieron una evaluación de mamografía una vez cada cinco años, seguida de exámenes físicos regulares, fueron casi iguales que las tasas de muerte de aquellas que se hicieron la detección de la mamografía anualmente. Basado en los resultados que observaron r después de seguir a las mujeres durante 25 años, dijeron que la incidencia de sobre diagnosticar el cáncer de seno fue 22 por ciento – una cantidad que pensaron era demasiado alta.
Este estudio siguió [1] a una investigación más temprana, publicada en The Annals of Internal Medicine en noviembre 2009, que se enfocaba en si el sobre diagnóstico y sobre tratamiento de cáncer de seno durante la vida de una mujer se reduce cuando se hacen los mamogramas cada dos años en lugar de anualmente. Ese estudio concluyó que una mamografía cada dos años reducía esas incidencias. Esta recomendación causó controversia, ya que los grupos que defienden la detección de cáncer de seno y las organizaciones médicas han difundido que el diagnóstico temprano y la intervención han sido medidas que han salvado vidas en el tratamiento del cáncer de seno.
“El American Congress of Obstetricians and Gynecologists , la American Cancer Society, la American College of Radiology y otras reputadas organizaciones, incluyendo Baptist Health, recomienda que las mujeres con un riesgo promedio de cáncer de seno comiencen a hacerse los mamogramas anuales a los 40 años”, dijo la Dra. María Pilar Martínez [2], radióloga y directora médica de imágenes del seno para el Baptist Health Breast Center. “Aquellas con historia familiar o personal de cáncer de seno podrían necesitar comenzar las detecciones más temprano”.
La Dra. Martínez aconseja a las pacientes que las decisiones sobre cuándo comenzar a hacerse mamografías regulares debe tomarse solamente después de consultar con su médico personal que conocerá la historia de salud de la paciente y los factores de riesgo.
También advirtió a las mujeres que no se preocupen sobre la oportunidad de sobre diagnosticar o los resultados de falsos positivos en las mamografías.
“En general, a cerca del 10 por ciento de las pacientes se les llama para que vuelvan por un área cuestionable en el mamograma de detección”, dijo. “La mayoría necesitará solamente unas pocas imágenes más y/o un ultrasonido para aclarar y demostrar que todo está bien. A algunas se les pedirá que regresen en seis meses para un mamograma o ultrasonido de seguimiento”.
La Dra. Martínez añade que sólo 1 a 2 por ciento de las pacientes necesitarán una biopsia con aguja, mínimamente invasiva, para determinar si el área sospechosa es cancerosa. Para algunas personas, la biopsia revelará una masa benigna. Para otras, sin embargo, la biopsia revelará cáncer que, si se diagnostica temprano, puede ayudar a salvarle la vida.
Ella dice que la meta con el cáncer de seno, al igual que con otros cánceres, es la detección temprana así que descuidar sus detecciones regulares no es buena idea.
“La mamografía puede detectar cáncer temprano antes de que sea clínicamente palpable, con mejores oportunidades de un tratamiento menos invasivo”, dijo.