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Los avances en la angioplastia pueden prevenir los ataques cardiacos

Richard Skor (en la foto) se siente muy bien, y casi nunca se pierde sus sesiones matutinas de ejercicio en la piscina de su patio. El contador público retirado, que es delgado y está en forma a sus 74 años, comenzó a caminar por el agua desde hace años para mantenerse activo.

Durante una visita de rutina a su médico de atención primaria recientemente, el Sr. Skor casualmente le mencionó que a veces había sentido rigidez muscular en el pecho y en la espalda, pero que se le había pasado después que había visitado al quiropráctico. Como precaución, su doctora, Keila Hoover, M.D [1]., médico de salud familiar con Baptist Health Quality Network [2], recomendó una prueba de esfuerzo (stress test) nuclear. Esta prueba de imágenes de diagnóstico, la cual usa un marcador radio-nuclear para medir el flujo de sangre, trajo noticias inesperadas: tres de las cuatro arterias que suplen sangre al corazón del Sr. Skor estaban seriamente bloqueadas.

“Me tomó completamente por sorpresa”, dice el Sr. Skor. “Mi presión sanguínea siempre ha estado bien. Mis electrocardiogramas siempre resultaban normales. No tenía otras señales ni síntomas”.

La angioplastia coronaria ‘sigue evolucionando’

El Sr. Skor se siente muy agradecido de que los bloqueos fueron detectados antes de que pudieran causarle un evento cardiaco. Según la American Heart Association [3] muchas de las 785,000 personas cada año en los Estados Unidos quienes han sufrido su primer ataque cardiaco, no han tenido señales de advertencia. “Mi primer episodio hubiera sido mi último”, dice él. “Podría haber muerto”.

Para abrir los bloqueos, el Sr. Skor se sometió a tres procedimientos de invasión mínima, realizados por Ramon Lloret, M.D. [4], cardiólogo intervencionista en el Miami Cardiac & Vascular Institute [5] de Baptist Health. Utilizando alambres y catéteres ensartados a través de pequeñas incisiones en el brazo y en las piernas del Sr. Skor, el Dr. Lloret pudo restaurar un flujo sanguíneo saludable al corazón del Sr. Skor sin tener que abrirle el pecho.

El procedimiento, que es conocido como la angioplastia coronaria, no es nada nuevo, especialmente en el Miami Cardiac & Vascular Institute [5], el cual ha estado en la vanguardia de los procedimientos de invasión mínima para la atención cardiaca desde sus comienzos. De suma importancia sin embargo, están los avances en las capacidades quirúrgicas, las técnicas, y el equipo que pudo beneficiar al Sr. Skor, quien tenía un bloqueo de un 100 por ciento en una de sus arterias y tuvo que realizarse un procedimiento híbrido.

“Es un procedimiento complicado y sofisticado, que continua evolucionando”, dice el Dr. Lloret. “El equipo se ha vuelto más especializado. Ahora tenemos micro catéteres especialmente diseñados, mejores alambres y dispositivos que se pueden posicionar con más precisión en la pared del vaso coronario”.

Aunque la recuperación de la cirugía de invasión mínima es más fácil, no es para todos los pacientes. En algunos casos, la cirugía de derivación cardiaca (bypass) podría ser una mejor opción. Por ejemplo, la cirugía de bypass puede ser utilizada para tratar a pacientes con una enfermedad coronaria severa con el estrechamiento de la arteria coronaria principal izquierda, aquellos con mala función de la cámara baja izquierda del corazón (el ventrículo izquierdo), o diabetes.

En el caso del Sr. Skor, “Él tuvo muy buenos resultados, y pudo evitar la cirugía de corazón abierto”, dice el Dr. Lloret. “Pudo evitar el trauma físico de tener que abrirse el pecho y de tener que someterse a la máquina cardiopulmonar. Además, hubiera tenido una herida en su pierna donde se le hubiera removido una vena para el bypass, así como también una recuperación de cinco a siete días en el hospital y la cicatriz que le hubiera quedado en el pecho”.

Una rápida recuperación

El primer procedimiento percutáneo del Sr. Skor con el Dr. Lloret, fue una angiografía coronaria para determinar más específicamente la localización y el grado de sus bloqueos. Un catéter fue insertado a través de una vena de su brazo para inyectar un tinte dentro de su flujo sanguíneo, produciendo rayos X para ayudar a guiar al Dr. Lloret.

Varias semanas después, ese procedimiento fue seguido por una angioplastia () de ambas arterias en el lado derecho del corazón del Sr. Skor, las cuales estaban entre un 80 y un 90 por ciento obstruidas. El Dr. Lloret pasó un catéter delgado y flexible con un balón en su punta hasta las arterias afectadas. Una vez en su lugar, el balón fue inflado para comprimir la placa que causaba el bloqueo, contra la pared de la arteria, restaurando el flujo sanguíneo por la arteria. Entonces un stent fue insertado para mantener sus arterias abiertas.

Más sofisticado aún fue el procedimiento que se le realizó seis semanas más tarde para resolver en bloqueo completo que tenía el Sr. Skor en la arteria descendente anterior izquierda, una condición conocida como una oclusión crónica total o CTO por sus siglas en inglés. Para asegurar el éxito de dicho procedimiento, el Dr. Lloret atacó el bloqueo inyectando contraste desde ambas direcciones – el enfoque tradicional en el cual normalmente fluye la sangre, también conocido como anterógrado, así como también en dirección opuesta, ensartando un segundo catéter en reversa o retrógrado, para llegar al bloqueo a través de un canal de arterias colaterales.

“Es más complejo y más difícil de realizar. Hay muy pocos cardiólogos intervencionistas que están haciendo este procedimiento”, dijo el Dr. Lloret. “Es un trabajo muy duro pero a su vez muy gratificante para los pacientes, específicamente si logran la revascularización de su corazón y pueden evitar la cirugía de bypass”.

El Sr. Skor dice que sólo estuvo levemente sedado y que no tuvo incomodidad ni dolor alguno durante ninguno de los procedimientos. “Es asombroso”, dice él. “Ingresas en el hospital, te quedas una noche para ser observado y regresas a casa el próximo día”.

Él se recuperó casi de inmediato. Varias noches más tarde, él y su esposa salieron a cenar. Dos meses después, viajaron a Europa a visitar a su hijo y a sus nietos quienes viven en Londres. El Sr. Skor participó en las actividades prescritas con supervisión del programa de rehabilitación cardiaca del Miami Cardiac & Vascular Institute, para asegurar que su recuperación estuviera marchando como se esperaba, y regresó a sus ejercicios en la piscina en cuando le dieron la luz verde para hacerlo.

“Me siento muy bien”, dice él, y añade que no se había dado cuenta de que estaba fallando por causa de los bloqueos, los cuales típicamente se acumulan con el tiempo. “Tengo mucha más energía ahora porque tengo un mejor flujo de sangre”.

La última frontera en la cardiología intervencionista

Aunque los procedimientos de invasión mínima por catéter son utilizados más y más a menudo en el campo de la atención cardiaca, la combinación de un enfoque anterógrado-retrógrado, también conocido como un procedimiento híbrido, es el nuevo método para manejar las oclusiones crónicas totales (CTOs por sus siglas en inglés). El Dr. Lloret dice que las CTOs son una de las últimas fronteras en la cardiología intervencionista”.

Susan, la esposa del Sr. Skor desde hace 44 años, se siente feliz de que todo ha vuelto a la normalidad. Cuando se enteró del grado de los bloqueos de su esposo, estaba en shock. Pero ahora puede dar un suspiro de alivio cuando su esposo se mete en la piscina cada día.

“Francamente, al principio estaba muy asustada”, dice ella. “Pero cuando comencé a hablar con la gente, me di cuenta de que muchas de mis amistades han pasado por casos similares con sus esposos y con sus padres”.

Ella le está muy agradecida al Dr. Lloret por su competencia y por su voluntad de resolver el problema con un enfoque de mínima invasión. “Es asombroso que pudieron hacer ese tipo de procedimiento considerando el grado de los bloqueos que tenía”, dice la Sra. Skor. “Casi todas las demás personas que conozco, que tenían ese tipo de bloqueos tuvieron que hacerse la cirugía de corazón abierto”.

 (Foto por Donna Victor)