Por los últimos cinco años, los oficiales de la Florida que supervisan los programas atléticos de las escuelas secundarias han requerido que los entrenadores estén educados acerca de las contusiones cerebrales. Ahora los mismos estudiantes atletas deben saber acerca de las señales, los factores de riesgo y el tratamiento adecuado para las contusiones.
Comenzando esta temporada de futbol, todos los atletas de escuela secundaria en la Florida deben completar un curso sobre contusiones cerebrales ofrecido por la National Federation of State High School Associations, antes de ser elegibles para jugar. El curso está disponible por internet [1]. Después que los estudiantes atletas terminan el curso, ellos y su padre o guardián legal deben firmar un formulario. El estudiante atleta también recibirá un certificado de finalización del curso que debe ser archivado con el entrenador.
“El curso para los jugadores es parecido al curso para los entrenadores con algunos cambios”, dijo Richard Hamilton, Ph.D. [2], Director Clínico del Brain Injury and Concussion Rehabilitation Programs [3] de Baptist Hospital. “Le da a los atletas jóvenes los conocimientos básicos, las señales y los síntomas de las contusiones cerebrales y también les enseña qué hacer y cómo manejarlas y detectarlas. También son instruidos acerca de la importancia de no volver a jugar hasta que la contusión se haya resuelto”.
Cómo la National Football League está manejando el impacto de las contusiones – y las lesiones cerebrales que suceden como consecuencia – a lo largo de la vida de un atleta continua siendo un tema noticioso a nivel nacional. Pero los jugadores más jóvenes de escuela secundaria e intermedia, y hasta los más pequeños en las ligas “pee-wee”, son más susceptibles a las contusiones.
El futbol es el deporte número 1 para los varones (seguido por el soccer para las niñas) que causa contusiones con más frecuencia. Hasta un 10 por ciento de los jugadores de futbol universitario sufren una contusión cada temporada a nivel nacional.
Los oficiales conducirán chequeos aleatorios
La Florida es uno de los primeros estados en el país en requerir un curso de contusiones cerebrales para sus estudiantes atletas de escuela secundaria. Además, la FHSAA está garantizando que conducirá chequeos aleatorios a través del año escolar. Si los entrenadores no pueden proporcionar una prueba de terminación del curso, estarán suspendidos hasta que todos los jugadores completen el curso. Los estudiantes atletas a niveles de escuela secundaria e intermedia, incluyendo los deportes sin contacto físico como golf, pista y campo y natación, también deben tomar el curso.
Debido a la publicidad generada por las contusiones cerebrales en la NFL – y la demanda impuesta por miles de futbolistas retirados de la NFL en contra de la liga – más padres de estudiantes atletas se están dando cuenta de la importancia de la educación y de la vigilancia entre los entrenadores y los jugadores.
“En comparación con cinco años atrás, el público y los padres de los atletas jóvenes tienen mucha más conciencia acerca de las contusiones y de la seriedad potencial de estas si no son identificadas y tratadas adecuadamente”, dijo el Dr. Hamilton. “Algunos padres inclusive están comprando cascos especiales de futbol que se espera que puedan proteger mejor a sus hijos de las contusiones – aunque aun no ha habido ningún estudio que haya demostrado que puedan prevenir las contusiones”.
Datos sobre las contusiones
Una contusión es causada por un golpe a la cabeza o al cuerpo, por una caída o por otra lesión que mueva o agite el cerebro dentro del cráneo. La lesión usualmente altera el funcionamiento del cerebro – por un período de tiempo relativamente corto en la mayoría de los casos. Excepto por las posibles cortadas o por los moretones en la cara, puede que no hayan señales visibles de una contusión.
No hay que desmayarse o perder el conocimiento para tener una contusión. Algunas personas sufrirán síntomas mixtos, tales como desmayos o pérdida de la memoria a corto plazo.
Los síntomas incluyen:
- Dolores de cabeza
- Mareos/nausea
- Problemas de equilibrio
- Problemas de deficiencia de atención
- Dificultad para dormir
- Sensibilidad a la luz o al ruido
- Cambios emocionales (tristeza, ansiedad)
- Dificultades con la memoria
- Fatiga