La cantidad de lesiones en las rodillas relacionadas con los deportes sostenidas por jóvenes atletas ha aumentado en cerca de un 400 por ciento durante los últimos 10 años, especialmente entre muchachas, dicen los investigadores. Un estudio [1]presentado en la reunión de la American Academy of Pediatrics también reveló que las jóvenes adolescentes tienen una mayor probabilidad – entre cuatro y seis – de sufrir una lesión del ligamento cruzado anterior (ACL por sus siglas en inglés) comparadas con jóvenes varones participando en deportes similares.
El cirujano ortopeda del Baptist Health Medical Group [2]Dr. Gautam Yagnik [3], ha observado esta tendencia en su práctica cerca del West Kendall Baptist Hospital [4]y dice que el balompié es el deporte de mayor riesgo, seguido por el baloncesto y voleibol.
Los investigadores sospechan que el aumento en lesiones de la rodilla podría ser el mayor número de muchachas que están participando en deportes competitivos, niveles de entrenamientos más altos y una concienciación mayor y detección de estas lesiones, que resulta en tratamientos más agresivos.
El Dr. Roger Saldana [5], cirujano ortopédico pediátrico de Baptist Children’s Hospital [6]dice que también el entrenamiento durante todo el año es culpable.
“En el pasado, los niños competían en un deporte durante una estación”, dice el Dr. Saldana. “Ahora, muchos de mis pacientes compiten durante todo el año en múltiples deporte y múltiples ligas, sin tiempo alguno de descanso. Este programa puede resultar en lesiones de abuso, y definitivamente aumenta el riesgo de una lesión traumática”.
Tipos de lesiones de la rodilla
El ACL está situado detrás de la rótula, sujeto al fémur, o hueso del muslo y a la tibia o rabadilla. El mismo estabiliza la coyuntura cuando la rodilla se tuerce y evita que la tibia se desplace hacia delante. La mayoría de los desgarros del ACL ocurre sin ningún contacto con otro jugador cuando el atleta toca el suelo después de saltar, cambia de dirección rápidamente o desacelera repentinamente.
Un menisco desgarrado, también conocido como cartílago desagarrado, es otra lesión aguda común de la rodilla entre jóvenes atletas adolescentes. El menisco es un disco gomoso situado en el borde interno y externo de la rodilla, que ayuda a proteger la rodilla. Puede desgarrarse cuando la atleta se tuerce, da vueltas, disminuye la velocidad o choca con otra jugadora.
El síndrome de dolor femoral o de la rótula [7], un dolor en la parte anterior de la rodilla, es la causa más común del dolor en la rodilla que el Dr. Saldana trata. Puede ser causado por abuso, lesión o una rótula que no está bien alineada, dice. El síndrome con frecuencia resulta de actividades como correr, saltar y agacharse, que causan presión o fricción en el cartílago detrás de la rótula.
De acuerdo con los Dres. Yagnik y Saldana, hay dos factores claves que colocan a las niñas a un riesgo más alto para lesiones en la rodilla – los factores de riesgo anatómicos y la mecánica.
Factores de riesgo anatómicos
Las jóvenes están hechas diferente que los varones, y la American Academy of Orthopaedic Surgeons [8]revela que estas diferencias pueden impactar la mecánica. Las caderas de las muchachas son más anchas después de la pubertad, lo cual a veces resulta en un ángulo “más alto en la rodilla” – una condición más conocida como ser samba, o chocar las rodillas. Comparadas con los hombres, las mujeres también tienen una muesca más estrecha donde la ACL se junta al fémur, y esto limita el espacio para el movimiento del ACL. Y los investigadores continúan investigando la relación entre los cambios hormonales de las jóvenes y el riesgo a lesionarse.
Mecánica de las lesiones
Las niñas se mueven diferentes a los varones. Los médicos estudiaron diferentes videos de atletas mujeres en movimiento y las lesiones del ACL e identificaron las siguientes mecánicas del cuerpo inapropiadas, publicadas en el American Journal of Sports Medicine [9]: Las niñas tienden a correr más erguidas, caer con sus rodillas dobladas hacia adentro, colocar peso en una sola pierna durante varios movimientos y doblar el torso alejándolo de su centro de masa.
Estas diferencias con frecuencia contribuyen a la lesión. Sin embargo, a diferencia de los factores de riesgo anatómicos que usualmente no pueden cambiarse; la buena noticia es que estos factores de riesgo neuromusculares pueden posiblemente modificarse con entrenamiento. “Una atleta mujer, apropiadamente entrenada, puede tener un control neuromuscular excepcional”, explica el Dr. Saldana.
Capacitación y educación
Los médicos recomiendan ejercicios de fortalecimiento neuromuscular que se enfocan en fortalecer las piernas y los músculos base y mejorar el equilibrio y las técnicas de descenso. Los ejercicios como las cuclillas, lunges, planchas, saltos repetidos y ejercicios de equilibrio son buenas selecciones.
El Dr. Yagnik, e también ejerce como médico de los equipos Miami Dolphins y Florida Panthers, ha trabajado con atletas, familias y entrenadores de escuelas secundarias para evitar lesiones y ofrece estas sugerencias:
• Comience con acondicionamiento específico entre seis y ocho semanas antes de jugar deportes de alta intensidad como balompié, baloncesto y volibol.
• Haga entrenamiento cruzado o participe en más de un deporte para mejorar su bienestar y evitar el abuso.
• Estírese apropiadamente antes de practicar o competir.
• Tómese una estación de vacaciones para darle al cuerpo un descanso.
Recuperación y pronóstico
La cirugía para reparar un ACL o desgarro en el menisco puede ser compleja y la recuperación lenta durante el momento en que los jóvenes están creciendo, dice el Dr. Saldana. “Ellos sufren dolor e incapacidad durante el tratamiento, que envuelve cirugía y 6 a 9 meses de rehabilitación intensiva”, dijo. “Queremos que estos atletas regresen a la fortaleza y nivel de condicionamiento que tenían antes de la lesión, antes de dejarles volver al deporte”.
Hay aún peores noticias para los jóvenes atletas que sufren una lesión traumática a la rodilla: Tienen un alto riesgo de volverse a lesionar o de una lesión nueva”, dice el Dr. Yagnik.
“Yo traté a un jugador de balompié de secundaria que tuvo cirugía por un desgarro del ACL y pasó un año de rehabilitación”, dijo. “Cuatro meses después de volver al juego competitivo, se desgarró el ACL en la otra rodilla”.
De acuerdo a un estudio [10]publicado en el American Journal of Sports Medicine, los adolescentes con lesiones del ACL tienen también un potencial de riesgo mayor de sufrir de dolor crónico y limitaciones en sus funciones por osteoartritis de la rodilla cuando son mayores. El estudio revela que más del 50 por ciento de las rodillas con lesiones de ACL desarrollarán osteoartritis en tan poco como 10 años.
“En cualquier nivel, es importante mantener a los jóvenes atletas saludables”, dijo el Dr. Yagnik. “El conocimiento, la educación y los programas para evitar lesiones relacionadas a los deportes pueden hacer mucho para reducir las lesiones traumáticas de la rodilla”.