Más y más personas mayores de 40 años deben ser evaluadas para recibir estatinas para reducir el colesterol, sin importar si han tenido un historial de enfermedad cardiovascular, según un panel independiente de expertos estadounidenses encomendado por el gobierno.
Las nuevas directrices por parte de la U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF), publicados en la revista JAMA, sugieren que la siguiente categoría de estadounidenses sean recetados estatinas: Personas entre 40 y 75 años que tengan uno o más factores de riesgo – tales como el colesterol alto, la presión alta, diabetes o tabaquismo – y que tengan un riesgo de un 10 por ciento o mayor de sufrir un ataque cardiaco o un infarto cerebral en los próximos 10 años.
La USPSTF hace recomendaciones a la comunidad médica regularmente. Sin embargo el amplio uso de las estatinas ha generado bastantes debates.
Existe un consenso entre los médicos de que las personas con un riesgo sustancial para la enfermedad cardiaca se benefician de las estatinas, pero hay bastantes desacuerdos acerca de aquellas personas con menos riesgo, muchas de las cuales pueden beneficiarse de los cambios de estilo de vida para lograr un peso saludable y reducir sus factores de riesgo sin los medicamentos que pueden producir efectos secundarios.
Las estatinas, que se han comprobado reducen la enfermedad cardiovascular y la mortalidad en aquellas personas con alto riesgo, están entre los medicamentos de mayor venta en los Estados Unidos. Los médicos evalúan el riesgo de un paciente de tener un ataque cardiaco o un infarto cerebral basado en una calculación que utiliza la edad del paciente, sus lecturas de la presión y el colesterol, el historial médico de la familia y los hábitos de estilo de vida tales como el tabaquismo y otros números.
“Los resultados de nuestros análisis apoyan el enfoque en la prevención, así como también la expansión de las evaluaciones y la asesoría para los riesgos cardiovasculares que se pueden modificar, que son los factores de estilo de vida que las personas pueden controlar a través de vivir una vida más saludable”, dijo Khurram Nasir, M.D. [1], Director Médico del Center for Healthcare Advancement & Outcomes de Baptist Health South Florida. “Estos esfuerzos desempeñan un papel crítico para contener los costos de atención de salud y para mejorar la salud del paciente”.
Mientras que el uso de las estatinas ha aumentado significantemente en los pasados 12 años, su uso no ha aumentado de la misma manera entre los grupos de alto riesgo, según un estudio separado, publicado el pasado lunes en la revista JAMA Cardiology [2]. El estudio que duró 12 años, de adultos mayores de 40 años también evaluó el uso de las drogas estatinas de marca versus las genéricas y la relación que tuvo el costo de los medicamentos con el uso de los pacientes.
El estudio encontró que entre los adultos estadounidenses de 40 años o mayores, el uso de las drogas estatinas aumentó por casi un 80 por ciento, de 21.8 millones de personas (17.9 por ciento) del 2002 al 2003 (134 millones de recetas) a 39.2 millones de personas (27.8 por ciento) del 2012 al 2013 (221 millones de recetas).
¿Y las personas con riesgos más bajos?
En su nuevo informe esta semana, la USPSTF dice que las personas con un riesgo relativamente más bajo, 7.5 por ciento a 10 por ciento, también pueden beneficiarse. La USPSTF “recomienda que los médicos ofrezcan selectivamente las estatinas de dosificación baja a moderada” a aquellos pacientes con un riesgo para una ataque cardiaco o un infarto cerebral en los próximos 10 años, de menos de un 10 por ciento. Sin embargo, los expertos están de acuerdo de que es estos individuos, existe más incertidumbre con relación al uso de las estatinas.
“Aunque el uso de las estatinas puede ser beneficioso para la prevención primaria de eventos relacionados con la enfermedad cardiovascular en algunos adultos con un riesgo de 10 años de menos de un 10 por ciento, la probabilidad del beneficio es menor, debido a una probabilidad menor de desarrollar la enfermedad y la incertidumbre con la predicción de riesgos individuales”, dice la USPSTF.
Un mayor enfoque en los factores de estilo de vida
Las más recientes recomendaciones apoyan la posición del American College of Cardiology y la American Heart Association, ambos de los cuales modificaron sus consejos en el 2013 de sugerir que los médicos se enfocaran en el nivel de la densidad de lipoproteína de un paciente (LDL) o “colesterol malo”, a buscar un panorama más completo del riesgo, basado en factores tales como el peso y la presión sanguínea, junto con los factores de estilo de vida que incluyen la nutrición y el ejercicio.
“Las personas que no tienen síntomas ni historial de enfermedad cardiovascular también pueden estar en riesgo de sufrir un ataque cardiaco o un infarto cerebral”, explicó Kirsten Bibbins-Domingo, quien encabezó el grupo operativo.
El grupo operativo denegó una recomendación acerca de comenzar el uso de estatinas en adultos de 76 años o mayores, diciendo que la evidencia actual no es suficiente para evaluar el equilibrio entre los beneficios y los daños”.
La USPSTF dice que los clínicos pueden optar por ofrecer una dosis baja a moderada de una droga estatina a ciertos adultos sin un historial de enfermedad cardiovascular, cuando se llene todo el siguiente criterio:
1) Tienen entre 40 y 75 años de edad;
2) Tienen 1 o más factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular (por ejemplo: colesterol alto, diabetes, hipertensión, tabaquismo);
3) Tienen un riesgo calculado de 10 años de sufrir un evento cardiovascular de un 7.5 por ciento a un 10 por ciento.