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Las dietas cetogénicas: Altas en grasas, efectos secundarios e incertidumbres

Cuando se trata de dietas para bajar de peso rápidamente, la fórmula típica es comer menos carbohidratos y más proteína por un período de tiempo. Hoy en día, una de las dietas de moda más famosas es la dieta cetogénica o “keto”, la cual a veces también se aplica erróneamente a los planes tradicionales bajos en carbohidratos y altos en proteínas.

La dieta keto como se conoce en inglés, se refiere a la cetosis, un estado metabólico en el cual las grasas almacenadas se descomponen para producir energía. Esto ocurre cuando existe un acceso limitado a la glucosa (azúcar en la sangre), la fuente preferida de combustible para las células del cuerpo. Una dieta verdaderamente cetogénica, la cual es alta en alimentos grasos, debe ser médicamente supervisada y viene con serios riesgos potenciales para algunas personas incluyendo aquellas que tienen el colesterol alto, diabetes o pre-diabetes y otras condiciones subyacentes.

A diferencia de las dietas bajas en carbohidratos, un plan cetogénico se enfoca mayormente en las grasas, con algunas dietas cetogénicas contribuyendo entre un 75 por ciento y un 90 por ciento de las calorías diarias provenientes de las grasas. Los estudios han demostrado que las dietas cetogénicas pueden producir una pérdida de peso a corto plazo luego de que el cuerpo haya entrado en un estado de cetosis. Sin embargo, los efectos a largo plazo no han sido establecidos en estudios clínicos.

La “gripe keto”
Estas dietas pueden hacerle más daño que bien a algunas personas – inclusive después de la pérdida de peso inicial. Convertir la fuente principal de energía del cuerpo de glucosa a grasa puede crear efectos secundarios a corto plazo conocidos como la “gripe keto”. Estos incluyen nausea, dolor de estómago, mareos o confusión y diarrea o estreñimiento.

“La dieta cetogénica es bastante alta en grasa, tiene una cantidad moderada de proteína y una cantidad muy, pero muy baja de carbohidratos – usualmente no más de 40 gramos al día (o el equivalente de dos bananas)”, dice Lucette Talamas, dietista registrada con el departamento de Salud Comunitaria de Baptist Health South Florida. “Cuando se pone al cuerpo en esta dieta, está siendo depravado de su forma básica de combustible, que es la glucosa. El cuerpo es forzado a quemar su propia grasa y produce cetonas. Cada célula del cuerpo que usualmente utiliza la glucosa para crear energía, incluyendo las células de su cuerpo y las de sus músculos para actividades diarias comienzan a usar las cetonas. En teoría suena simple, pero existe un tiempo de transición que puede tomar días y semanas”.

Keto: Un tratamiento para las convulsiones
Después del período de transición, existen muchos desconocidos acerca de los efectos a largo plazo de la dieta cetogénica o keto. Lo que sí se sabe dentro de la comunidad médica es que la dieta cetogénica puede ayudar a tratar ciertos trastornos neurológicos, incluyendo algunos tipos de epilepsia. La dieta keto ha estado ayudando a controlar las convulsiones epilépticas entre los niños desde que fue desarrollada inicialmente en los años 1920.

“La atracción de la dieta cetogénica, cuando se trata de aplicaciones médicas, es que no es invasiva, no conlleva el uso de medicamentos, y bajo la supervisión correcta, puede ser segura”, afirmó Sergio Jaramillo, M.D., [1] neurólogo con Bapstist Health Neuroscience Center [2]. “La clase de efectos secundarios que la gente experimenta son mayormente durante la fase de adaptación. A medida que el cuerpo lucha por hacer ese cambio desde derivar su energía de la glucosa al contenido de grasa del cuerpo, la gente puede experimentar síntomas parecidos a los de la influenza o la gripe”.

Para niños que no tienen trastornos convulsivos, la dieta keto no es nada saludable. Para el niño promedio, alrededor de un 25 a un 40 por ciento de las calorías diarias provienen de la grasa. En la dieta cetogénica, alrededor de un 80 a un 90 por ciento de las calorías diarias provienen de la grasa. Los neurólogos usualmente recomiendan la dieta cetogénica para tratar a los niños cuyas convulsiones no han respondido a los distintos medicamentos anticonvulsivos. Los estudios han demostrado que más de la mitad de los niños que hacen la dieta cetogénica tienen una reducción en el número de convulsiones de por lo menos un 50 por ciento.

Efectos desconocidos a largo plazo
“La dieta keto no es una dieta basada en la evidencia para que la población general siga para lograr la pérdida de peso” afirmó Talamas. “Es una dieta medicamente necesaria para ciertas condiciones. Si usted está tratando de bajar de peso, esta es simplemente otra dieta de moda para la cual no tenemos mucha información investigativa a largo plazo. No la recomendamos como una dieta para bajar de peso ya que no sabemos los efectos nutricionales a largo plazo en el cuerpo, y muchas personas tienen problemas para adaptarse a esta”.

Para los adultos, las directrices dietéticas de los EE.UU. [3] recomiendan mantener el consumo de grasa en menos de un 10 por ciento de las calorías diarias. En general, los alimentos más altos en colesterol dietético, tales como las carnes grasosas y los productos lácteos altos en grasa, también son más altos en grasas saturadas.

En vez de depender de la azúcar (glucosa) que puede derivarse de fuentes saludables de carbohidratos – tales como granos enteros, legumbres, vegetales y frutas – las personas en la dieta cetogénica dependen de una forma de combustible que el hígado produce de la grasa almacenada. Una dieta cetogénica tiene numerosos riesgos, particularmente su dependencia en las grasas saturadas. Algunas grasas no saturadas saludables son permitidas en la dieta keto – como nueces (almendras, y nueces), semillas, aguacates y aceite de oliva. Sin embargo, las grasas saturadas que provienen de los aceites (de palma y de coco), la manteca, la mantequilla, la mantequilla de cacao y las proteínas animales como el tocino son recomendadas en grandes cantidades.

“Existe un beneficio claro al perder la masa corporal inicialmente con esta dieta. Sin embargo, hay muchas preguntas sin respuestas acerca de los efectos a largo plazo en el cerebro cuando se efectúa ese cambio”, dice el Dr. Jaramillo. “Además, hay ciertas poblaciones de pacientes, por ejemplo, los que sufren de enfermedades cardiovasculares, enfermedades autoinmunes, personas con osteoporosis y personas con ciertas deficiencias, que verdaderamente tienen que consultar con sus médicos antes de implementar este tipo de dieta”.