Durante décadas, los expertos de la salud nos han dicho que las grasas saturadas, esas que se encuentran en las carnes, la mantequilla y los quesos, causan las enfermedades cardiovasculares y la obesidad. Pero un análisis detallado por un equipo de científicos internacionales recientemente publicado en la revista Annals of Internal Medicine [1], no encontró evidencia alguna que comer grasas saturadas causa enfermedades del corazón.
El cardiólogo Jonathan Fialkow, M.D. [2], está de acuerdo. El Dr. Fialkow, quien sirve como director médico del departamento de Electrocardiograma, Laboratorio de Estrés y Rehabilitación Cardiaca en el Miami Cardiac & Vascular Institute [3] at Baptist Hospital [4]y co-director médico del centro del dolores en el pecho del mismo hospital, es un líder en el campo de la prevención de las enfermedades cardiovasculares a través de la dieta, el ejercicio y las opciones de estilo de vida.
“A pesar de lo que ha sido recomendado previamente, no hay prueba alguna de que restringir las grasas en la dieta reduce el riesgo de las enfermedades del corazón o aumenta la pérdida de peso”, dijo el Dr. Fialkow. “La grasa es un nutriente esencial y un componente importante de una dieta saludable. En realidad, no se puede sobrevivir sin ella. Es necesaria para la salud del corazón y del cerebro y es una gran fuente de combustible energético. Y cuando las personas limitan su consumo de grasa, tienden a aumentar más de peso”.
Eso sucede porque las personas intercambian las grasas en su dieta por carbohidratos, y eso no es un buen intercambio, comenta el Dr. Fialkow. No es noticia que los carbohidratos refinados como el pan blanco, las papitas fritas y las galletitas son malas para usted. Pero hasta lo que llaman los “carbohidratos buenos” como los granos, las frutas, la pasta y los vegetales con almidón tampoco son buenas alternativas.
El Dr. Fialkow explica la ciencia detrás de esto: Los carbohidratos son absorbidos como azúcares y aquellos que promueven la insulina son almacenados en las células de grasa del vientre. La grasa dietética por otra parte, no promueve la insulina y el almacenamiento. De hecho, se va a los músculos donde se quema. Cuando sus músculos están felices, usted no siente hambre.
“Los alimentos con poca grasa pero cargados de azúcar no lo dejarán saciado después de una comida”, dijo el Dr. Fialkow. “La grasa le hace sentirse lleno. Los carbohidratos causan hambre. En realidad los carbohidratos no se necesitan del todo – no son esenciales. Y las personas que tienen más grasa en su dieta tienen más energía”.
Así que si está tratando de bajar de peso, cortar la grasa y las calorías no es la solución. Es más complicado que eso. El Dr. Fialkow le recomienda a las personas a enfocarse en la calidad de sus alimentos.
“Si usted reduce su consumo de grasas y calorías y aumenta su actividad, usted bajará de peso. Pero esta estrategia no puede mantenerse porque usted siempre sentirá hambre”, dijo el Doctor. Una dieta más baja en grasa y más alta en carbohidratos no toma en cuenta cómo las calorías que usted consume afectan sus hormonas y su metabolismo y cómo su cuerpo utiliza estas fuentes de energía”.
En otras palabras, todas las calorías no son iguales. Las grasas en la dieta son necesarias y el incluirlas puede ayudarle a bajar de peso, comenta el Dr. Fialkow. Las buenas fuentes de grasas insaturadas incluyen nueces, semillas, aguacates, aceites vegetales, aceitunas, atún, salmón y macarela. Se pueden añadir grasas saturadas a la dieta comiendo huevos, queso, mantequilla y carnes – las opciones orgánicas y alimentadas con hierbas son las mejores según el Dr. Fialkow.
Es importante señalar que las grasas saturadas son diferentes a las grasas trans. Los nutricionistas están de acuerdo en que las grasas trans – grasas insaturadas producidas artificialmente que son comunes en algunos alimentos procesados y en las comidas rápidas – son malas para el corazón. La Food and Drug Administration está tomando pasos para eliminar todas las grasas trans producidas artificialmente.
Cuando se trata de grasas saturadas sin embargo, los médicos y los científicos están tomando nota de estos nuevos hallazgos, y muchos están de acuerdo de que han sido denigradas injustamente. La razón principal por la cual las grasas saturadas tienen tan mala reputación es por que estas aumentan el colesterol LDL – o el colesterol “malo”. Pero también aumentan el HDL, el colesterol “bueno”, comenta el Dr. Fialkow. Se debe aclarar que el LDL que aumenta por las grasas saturadas es un subtipo de partículas grandes y esponjosas que son generalmente inofensivas. Las partículas más pequeñas que tupen las arterias y que aumentan su riesgo para un ataque cardiaco o un derrame cerebral aumentan, no por las grasas saturadas sino por los alimentos azucarados y por el exceso de carbohidratos.
En resumidas cuentas: “Las grasas no son el enemigo cuando se trata de las enfermedades cardiovasculares y la obesidad”, dijo el Dr. Fialkow. “Es la dieta alta en carbohidratos o en azúcar la que debe ser el enfoque de las guías alimentarias”.