En estos tiempos, pensaríamos que la mayoría de las personas conocen los riesgos asociados con la presión alta, incluyendo la enfermedad cardiaca y los infartos cerebrales – las dos causas de muerte principales en el mundo.
Sin embargo, ese no necesariamente es el caso. Y es por eso que casi 11 millones de adultos estadounidenses tienen hipertensión, o presión alta, y no saben que la tienen ni están recibiendo tratamiento para controlarla, según los Centros Para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE.UU. (CDC por sus siglas en inglés).
El mes de mayo es el “Mes Nacional de la Presión Arterial”, una designación apoyada por la comunidad médica y por las organizaciones de salud pública para crear conciencia acerca de este “asesino silencioso”. Se le llama así ya que casi siempre la hipertensión no tiene síntomas obvios que indiquen que algo anda mal. El mes de mayo también es el Mes Nacional de la Concientización de los Infartos Cerebrales y la hipertensión es el factor de riesgo principal para los infartos cerebrales.
La presión alta se puede desarrollar lentamente con el tiempo y puede estar vinculada por más de una causa subyacente. Muchas personas tampoco saben que la condición puede ser manejada eficazmente a través de los cambios al estilo de vida, incluyendo la nutrición adecuada, el manejo del peso y el ejercicio regular.
“La gente está consciente de que la presión alta es algo importante en términos de prevenir ataques cardiacos e infartos cerebrales y para la salud general del corazón”, dice Ian Del Conde, M.D. [1], especialista cardiovascular en Miami Cardiac & Vascular Institute [2]. “Esto es especialmente cierto entre los adultos mayores de 50. Sin embargo, no hay suficientes personas que comprenden la importancia de conocer su presión sanguínea y de evitar la hipertensión. Yo no creo que hay un entendimiento completo del riesgo y de las implicaciones. Pero sí creo que la gente está cambiando de opinión poco a poco”.
La presión sanguínea es la fuerza que empuja contra las paredes de las arterias a medida que el corazón bombea sangre. La presión alta es cuando la fuerza contra las paredes de las arterias es demasiado alta.
Una definición más estricta de la presión alta
Un número significativo de adultos estadounidenses, se han convertido en candidatos para los medicamentos para la presión alta u otros tratamientos desde que fueron implementadas directrices más estrictas para la presión a finales del 2017. El estándar más estricto, que es el primer gran cambio en las directrices para la presión sanguínea en 14 años, redefinió una lectura de presión alta como 130/80, más baja que la lectura anterior de 140/90. Un creciente número de adultos menores de 45 años son ahora hipertensivos. Las nuevas directrices ya no incluyen la categoría de “pre hipertensión” la cual se consideraba con lecturas sistólicas entre 120 y 139 o variaciones diastólicas entre 80 y 89.
Durante el mes de mayo, el National Heart, Lung, and Blood Institute (NHLBI) está instando a los estadounidenses a que participen en el movimiento nacional #MoveWithHeart para ayudar a reducir sus riesgos para la presión alta.
Los estudios recientes han confirmado que un programa regular de ejercicios puede reducir la presión alta tan eficazmente como los medicamentos – aunque usted siempre debe consultar con su médico acerca del efecto de los ejercicios en su tratamiento. Los tipos de ejercicios en los estudios de investigación incluyen caminar, trotar, correr, montar bicicleta y nadar. El entrenamiento con pesas y otras formas de resistencia también fue parte de las investigaciones – así como también lo fue una combinación de ejercicios aeróbicos y de entrenamiento de resistencia.
“Aunque la gente puede saber de la importancia de tratar la presión alta, la mayoría de las personas aún les cuesta mucho trabajo cambiar su estilo de vida”, explica el Dr. Del Conde. “No consideran su salud como prioridad principal. Y hay muchas posibilidades para mejorar, específicamente cuando se trata de adoptar un estilo de vida saludable con la dieta adecuada y la cantidad de actividad adecuada – y también el peso adecuado”.
Los factores de riesgo principales para la presión alta
He aquí los factores de riesgo principales para la presión alta, según el National Heart, Lung and Blood Institute:
Edad: La presión sanguínea tiende a aumentar con la edad, a medida que los vasos sanguíneos se ponen más gruesos y más duros con el pasar del tiempo. Sin embargo, el riesgo para la presión alta está aumentando para las personas más jóvenes, posiblemente debido al aumento en el número de niños y adolescentes que viven con sobrepeso u obesidad.
Historial familiar y genética: La presión alta muchas veces es común en las familias. Mucho de lo que se sabe acerca de los sistemas corporales vinculados con la presión alta viene de los estudios genéticos.
Malos hábitos de estilo de vida: Estos hábitos incluyen la mala alimentación, tal como consumir demasiado sodio y tomar demasiado alcohol, y no estar físicamente activo.
Raza o etnicidad: En comparación con otros grupos étnicos, los afroamericanos tienden a tener una presión sanguínea más alta en promedio y tienden a tener la presión alta más temprano en la vida.
Sexo: Antes de los 55 años, los hombres tienen más probabilidades de desarrollar presión alta que las mujeres. Después de los 55 años, las mujeres tienen más probabilidades de desarrollar presión alta que los hombres.