A pesar de los innovadores medicamentos que han cambiado el pronóstico para los pacientes con hepatitis C durante la pasada década, la cifra de muertes relacionadas con esta enfermedad permanece más altas que nunca, según los Centros Para el Control y la Prevención de Enfermedades [1] (CDC por sus siglas en inglés).
La hepatitis C, la cual es causada por un virus que infecta el hígado, es causa de muerte para más personas en los Estados Unidos (casi 19,659 en el 2014) que cualquier otra enfermedad infecciosa incluyendo el virus del VIH, la enfermedad de neumococo y la tuberculosis. Los oficiales de los CDC creen que los números son más altos debido a que muchas muertes no son reportadas.
Igual de inquietante es el hecho de que las personas con el mayor riesgo no tienen idea de que pueden haber estado expuestas. La generación de los “baby boomers”, los casi 75 millones de estadounidenses que nacieron entre el 1945 y el 1965, tienen el mayor riesgo. Las tecnologías que mejoraron la seguridad de las inyecciones de rutina y de las transfusiones de sangre no existieron por muchos años después de la Segunda Guerra Mundial. Sin tratamiento, muchos pacientes pueden desarrollar cáncer del hígado y otras enfermedades mortales. Sin embargo, la mayoría no experimentan síntomas.
“Los pacientes de hepatitis C crónica a menudo no tienen síntomas que les provoquen hacerse una prueba. A veces las enzimas del hígado pueden estar elevadas, pero a menudo pueden normalizarse y estas leves anormalidades pueden pasar desapercibidas”, dijo Melissa Franco, D.O., [2] doctora de medicina familiar con Baptist Health Primary Care [3].
¿Quién debe hacerse una prueba?
Para prevenir las muertes causadas por la hepatitis C y la transmisión de la enfermedad, los CDC recomiendan que todas las personas nacidas entre el 1945 y el 1965 se hagan la prueba por lo menos una vez en su vida adulta, dice la Dra. Franco. Desafortunadamente, ella dice que los pacientes a veces rechazan la prueba, mientras que algunos proveedores de atención de salud no están al tanto de las directrices.
“En realidad, esto debe formar parte del examen físico regular sin importar el riesgo”, dijo la Dra. Franco. “La gente debe tener en cuenta que pueden haber estado expuestas de alguna manera y que deben hacerse pruebas de detección como las del colesterol, la diabetes y otras condiciones”.
La hepatitis C se transmite por la exposición a la sangre que está infectada con el virus. El público percibe que la condición es mayormente transmitida por vía sexual o la asocia con el uso de drogas intravenosas, dice ella. Se estima que surgen unos 30,000 casos nuevos cada año, aunque los oficiales de los CDC también creen que no todos los casos son reportados.
“Yo creo que aun existe un estigma por hacerse estos tipos de pruebas”, dijo la Dra. Franco. “Los pacientes en realidad no las están pidiendo. Pueden pensar que no están en riesgo”.
Según la American Liver Foundation, alrededor de un 70 a un 80 por ciento de las personas con la infección no muestran síntomas. Los que si los tienen, experimentan síntomas parecidos a los de la influenza incluyendo fatiga, dolores musculares, fiebre, dolor en las articulaciones, dolor de estómago e ictericia. Los síntomas ocurren a menudo en las primeras dos a seis semanas después de la exposición. Sin embargo, la gente puede ser portadora de la enfermedad por 15 años o más antes de ser diagnosticada. La mayoría desarrollan la hepatitis C crónica.
Cuando la Dra. Franco comenzó a practicar medicina hace más de 10 años, un diagnóstico de hepatitis C era algo extremadamente temible.
“Muchas veces el tratamiento era peor que los síntomas”, dijo ella. “Los medicamentos tenían muchos efectos secundarios y muchos pacientes dejaban el tratamiento debido a los intolerables efectos. Algunos decidían no hacerse el tratamiento es ese tiempo, debido a su experiencia con los antiguos medicamentos”.
Los nuevos medicamentos tienen menos efectos secundarios
Comenzando en el 2013, fueron aprobados nuevos medicamentos que pueden ser usados una vez al día y que traen consigo menos efectos secundarios. Hoy en día, dijo ella, algunos medicamentos pueden curar a más de un 90 por ciento de los pacientes en dos a tres meses. Los pacientes que permanecen libres de la enfermedad por seis meses son considerados como curados.
“Los nuevos medicamentos son increíbles”, dijo ella. “Yo he tenido unos cuantos pacientes que han completado su tratamiento. Una mujer corrió un maratón mientras estaba en tratamiento”.
Los investigadores ahora están trabajando en una vacuna para la hepatitis C. Las vacunas para la hepatitis B, que son administradas a los recién nacidos desde el 1991, casi han erradicado esa enfermedad.
Mientras tanto, la Dra. Franco dice que las pruebas para la hepatitis C, particularmente entre los “baby boomers”, pueden salvar vidas que antes se perdían sin necesidad, y reducir las estadísticas.
“Tenemos opciones para tratarla”, dijo ella. “Es algo sumamente esperanzador”.