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La enfermedad de las válvulas cardiacas: Los avances mínimamente invasivos ayudan a salvar más vidas

El corazón, cuando opera normalmente, es un órgano extraordinariamente eficiente, con la ayuda vital de cuatro válvulas que dirigen la sangre hacia adentro y hacia fuera de cada una de sus cámaras. Cuando las válvulas están enfermas o cuando son estructuralmente deficientes, el resultado puede ser mortal.

La enfermedad de las válvulas cardiacas ocurre si una o más de las válvulas del corazón – la tricúspide, la pulmonar, la mitral y la aórtica – no abren completamente o permiten que la sangre regrese de vuelta hacia las cámaras. Las válvulas cardiacas pueden tener tres tipos básicos de problemas: la regurgitación, la estenosis (el estrechamiento), y la atresia (la falta de una apertura para que fluya la sangre).

El sábado, 22 de febrero se celebra el Día de la Concientización de las Válvulas Cardiacas. Esta designación, la cual ocurre durante el Mes de la Salud del Corazón, es significativa ya que muchas personas tienen defectos o enfermedades en las válvulas del corazón – pero no tienen síntomas – según dice Ramón Quesada, M.D., director médico de programas de Intervención Cardiaca Estructural e Intervención Coronaria Percutánea Compleja en Miami Cardiac & Vascular Institute.

El Dr. Quesada ha encabezado un trabajo pionero de procedimientos mínimamente invasivos para reparar o reemplazar las válvulas aórticas y mitrales en el Instituto.

Para algunas personas, la enfermedad de las válvulas cardiacas permanece estable durante toda la vida y nunca les causa problemas. Sin embargo, para otras, la enfermedad de las válvulas cardiacas va empeorando lentamente hasta que se desarrollan los síntomas. Si los síntomas no son tratados, la enfermedad de las válvulas cardiacas puede causar insuficiencia cardiaca, infarto cerebral, coágulos de sangre o la muerte debido a un paro cardiaco repentino.

‘Los síntomas pueden ser muy insidiosos’

“La concientización de la enfermedad de las válvulas cardiacas es muy importante”, dice el Dr. Quesada. “Cuando el paciente se presenta a tiempo, puede haber más opciones de tratamiento. Ha habido muchos avances en los últimos años, pero este aún sigue siendo un campo relativamente nuevo para el tratamiento de la enfermedad cardiovascular. Los síntomas pueden ser muy insidiosos y no tan obvios. Y aún existe una gran tasa de mortalidad entre ciertos pacientes con enfermedad de las válvulas cardiacas”.

En la actualidad, no existen medicamentos que puedan curar la enfermedad de las válvulas cardiacas. Sin embargo, las modificaciones al estilo de vida – incluyendo el comer más saludablemente y el hacer ejercicios regularmente – y los medicamentos pueden aliviar muchos de sus síntomas y sus complicaciones. Sin embargo, la enfermedad cardiaca severa puede causar serios problemas estructurales que afectan la capacidad del corazón para bombear sangre hacia adentro o hacia fuera de sus cámaras. Estos pacientes pueden requerir que sus válvulas cardiacas defectuosas tengan que ser reparadas o reemplazadas.

Una labor pionera con el TAVR y el MitraClip

Es entonces que los procedimientos avanzados y mínimamente invasivos entran en juego. El verano pasado, un equipo con Miami Cardiac & Vascular Institute, liderado por el Dr. Quesada, se convirtió en el primero en el estado de la Florida y el segundo en todo el sureste de los Estados Unidos en realizar un reemplazo de válvula aórtica en un paciente, utilizando un nuevo dispositivo, el Lotus Edge, el cual había sido aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos de los EE.UU. (FDA por sus siglas en inglés). Fue el primer “reemplazo de válvula aórtica transcatéter” o TAVR como es mejor conocido por sus siglas en inglés, utilizando el Lotus Edge. Sin el procedimiento de TAVR, muchos pacientes enfrentan demasiados riesgos y demasiados efectos secundarios por causa de las cirugías de corazón abierto.

El Dr. Quesada y su equipo en el Instituto también han desempeñado un papel principal en el tratamiento de pacientes con el prolapso de la válvula mitral, y otras anormalidades que no permiten que las cuatro válvulas del corazón se cierren adecuadamente. El año pasado, la FDA también aprobó el uso más amplio del procedimiento MitraClip, que es un enfoque mucho menos invasivo que la cirugía tradicional – y mucho más riesgosa – de corazón abierto, y que fue diseñada para pacientes que no son candidatos para la cirugía.

El dispositivo MitraClip es insertado a través del área de la ingle por vía de un catéter, y es llevado hasta el lado izquierdo del corazón. El MitraClip reduce la regurgitación moderada a severa de la válvula mitral (MR por sus siglas en inglés) – un goteo de sangre hacia atrás a través de la válvula mitral y hacia el atrio izquierdo del corazón, que puede causar síntomas de insuficiencia cardiaca, tales como falta de aire, fatiga e inflamación en las piernas.

“La insuficiencia de la válvula mitral (cuando la válvula mitral no cierra adecuadamente) puede progresar hasta el punto que el ventrículo se deteriora y, en el pasado, pensábamos que ese era el punto en el cual ya no podíamos hacer nada”, explica el Dr. Quesada. “Antes, la cirugía riesgosa era la única opción para la insuficiencia severa de la válvula mitral. Pero el MitraClip es un procedimiento intervencionista que puede mejorar los síntomas, la calidad de vida y la supervivencia”.

Vienen más resultados extraordinarios

El TAVR, que reemplaza la válvula aórtica, había sido una opción de último recurso para los pacientes en alto riesgo para la cirugía tradicional de corazón abierto. En los próximos meses, también se va a convertir en una opción superior para aquellos candidatos de reemplazo de válvula que son considerados de “bajo riesgo” para la cirugía de corazón abierto. La expansión de este procedimiento por la FDA, seguido por la publicación de grandes ensayos clínicos recientes encontraron que el TAVR – en comparación con la cirugía tradicional – es más eficaz para los pacientes más jóvenes y más saludables.

“La enfermedad de las válvulas cardiacas puede ser degenerativa y progresiva”, dice el Dr. Quesada. “Y se está convirtiendo en algo más común a medida que las personas viven más tiempo y sobreviven los ataques cardiacos. Este campo se ha evolucionado tremendamente y, en los próximos 10 años, va a producir resultados extraordinarios para muchos más pacientes”.