No cabe duda de que los restaurantes más populares de comida chatarra de los Estados Unidos tienen más opciones para los consumidores que hace 30 años. Sin embargo, un nuevo estudio de investigación ha encontrado que la comida chatarra en general es aún menos saludable de lo que era en los años 80, mayormente debido al concepto del “súper tamaño” que ha creado porciones más grandes y muchas más calorías.
Además, las opciones de postres en los restaurantes de comida chatarra también han aumentado en las décadas pasadas, una tendencia que puede haber alimentado la epidemia de obesidad junto con las ofrendas de comida frita, dicen los investigadores. El nuevo estudio está basado en un análisis de los menús de los 10 restaurantes de comida chatarra o comida rápida en los Estados Unidos en los años 1986, 1991 y 2016. Los descubrimientos fueron publicados en la revista médica Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics [1].
“Nuestro estudio ofrece algunas ideas de cómo la comida chatarra puede estar ayudando a alimentar el continuo problema de la obesidad y las condiciones relacionadas con esta en los Estados Unidos”, dijo la investigadora principal Megan A. McCrory, Ph.D., del Departamento de Ciencias de Salud de Sargent College en Boston University. “A pesar del amplio número de opciones ofrecidas en los restaurantes de comida chatarra, algunas las cuales son más saludables que otras, las calorías, el tamaño de las porciones y el contenido de sodio en general han empeorado (aumentado) con el tiempo y permanecen altos”.
Los restaurantes de comida chatarra aún están creciendo a nivel mundial. En los EE.UU., alrededor de un 37 por ciento de los adultos consumen comida chatarra en un día cualquiera, y la cifra es aún más alta – hasta un 45 por ciento – para los adultos entre las edades de 20 a 39 años.
Los investigadores examinaron los cambios que ocurrieron a través de un período de 30 años desde el 1986 hasta el 2016 en cuanto al tamaño de las porciones, la densidad calórica, el sodio, el hierro y el calcio de los artículos de los menús en las categorías de entradas principales, acompañantes y postres. Ellos encontraron que el número total de entradas, postres y acompañantes aumentaron por un 226 por ciento desde el 1986, o 22.9 artículos por año. Las calorías en las tres categorías también aumentaron significativamente con el aumento más grande en la categoría de los postres.
El sodio también aumentó sustancialmente en todas las categorías de los menús. El sodio es un mineral clave para mantener un balance normal de líquido en el cuerpo. Sin embargo, las personas con hipertensión o presión alta, deben restringir su consumo de sodio aún más que la cifra recomendada de 2,300 mg (milígramos) por día – a 1,500 mg de sodio al día.
Ha habido algunas tendencias positivas en el entorno de la comida chatarra. La mayoría de las cadenas de restaurantes ahora muestran las calorías de cada artículo en sus menús, dándole a los consumidores una información vital que no tenían hace 30 años o más. Y también se ha vista un aumento constante en las selecciones de ensaladas y de comidas a la parrilla – en vez de fritas. Las comidas fritas a menudo están cubiertas en masa o en harina antes de freírse. Además, cuando los alimentos son fritos en aceite, estos pierden agua y absorben grasa, lo cual aumenta aún más su contenido calórico.
‘Somos lo que comemos’
“La gente no se da cuenta que en realidad somos lo que comemos”, dice Natalie Castro, dietista principal de bienestar para el departamento de bienestar corporativo de Baptist Health South Florida. “Esos nutrientes que derivamos de los alimentos que escogemos tienen un impacto en nuestra presión sanguínea, nuestros niveles de glucosa en la sangre y en nuestro colesterol”.
Las malas elecciones alimenticios – tales como las comidas fritas o los postres altos en calorías – pueden desestabilizar la capacidad del cuerpo para regular estos niveles cruciales, lo que puede conducir a las grandes complicaciones tales como la diabetes y la enfermedad cardiaca.
Las frutas frescas y los vegetales frescos – algo que probablemente no se encuentra en la mayoría de los establecimientos de comida chatarra – ofrecen una plataforma excelente para una dieta más saludable, enfatiza Castro.
“Están cargados con esas vitaminas y esos minerales que queremos asegurarnos de estar ingiriendo, y son altas en antioxidantes”, dice ella, “Eso ayuda a reducir cualquier inflamación que podamos estar teniendo”.
Una dieta saludable también contiene una porción diaria de 25 gramos de fibra para las mujeres y 38 gramos de fibra para los hombres. Desafortunadamente, el estadounidense promedio no consume suficiente fibra. Abandonar el hábito de la comida chatarra es un gran reto para muchas personas, dice ella. Por eso Castro recomienda tomar pasos pequeños hacia una alimentación más saludable. Un ejemplo, dice ella es reemplazar las sodas y otras bebidas azucaradas con agua durante las comidas.
“El camino hacia el éxito comienza con pasos pequeños”, dice ella. “Los cambios pequeños equivalen eventualmente a los grandes resultados. Lo más importante es la consistencia”.