¿Sale usted a trotar a primera hora de la mañana o va al gimnasio después del trabajo por por las noches? Su respuesta puede afectar los resultados que usted pueda lograr, según dos nuevos estudios.
Un equipo de investigadores en el primer estudio encontró que el desempeño general de ejercicio era alrededor de un 50 por ciento más eficiente hacia el final del día – o por las noches – en comparación con las horas de la mañana. En el segundo estudio, el efecto más beneficioso de los ejercicios – como fue medido por el metabolismo – es durante la última parte de las mañanas.
El resultado final podría ser: “Usted puede ser una persona mañanera, o puede ser una persona nocturna, y esas cosas se deben tomar en cuenta”, según to Paolo Sassone-Corsi, autor principal de uno de los estudios, quien está con el Center for Epigenetics and Metabolism de University of California, Irvine. Eso significa que los nuevos estudios parecen concluir que su ritmo circadiano, o su reloj interno, el cual es sinónimo con los patrones de sueño, es un factor en cómo su cuerpo responde al esfuerzo físico.
Los hallazgos son clave para ayudar a las personas a comenzar y a mantener una rutina exitosa de ejercicios. Sin embargo, los investigadores en ambos estudios, publicados este mes en la revista Cell Metabolism, usaron ratones para examinar el vínculo entre la hora del día y el desempeño en el ejercicio.
Los investigadores concedieron que traducir los hallazgos hacia los humanos era un reto ya que los ratones en un laboratorio tienen “relojes internos” distintos a los de las personas.
Sin embargo, un equipo de investigadores encontró que una proteína llamada “factor hipoxiainducible 1-alpha” (HIF-1 por sus siglas en inglés), está activado por el ejercicio de distintas formas, dependiendo de la hora del día. HIF-1 es un factor en la producción de niveles de oxígeno en los tejidos – y de energía en general en el cuerpo. El componente HIF-1 ahora es considerado una clave para determinar la mejor hora del día para hacer ejercicios para una persona dada, pero se requieren más estudios.
“Tiene sentido que HIF-1 sería algo importante en este caso, pero hasta ahora, no sabíamos que sus niveles fluctuaban basado en la hora del día”, dijo el Sr. Sassone-Corsi. “Este es un nuevo hallazgo”.
Mientras tanto, los médicos de atención primaria urgen a los pacientes a que determinen cuidadosamente la mejor hora del día para hacer ejercicios y la intensidad de los ejercicios. Ese proceso toma tiempo y compromiso, dice Deepa Sharma, D.O., doctora de medicina familiar con Baptist Health Primary Care.
“Es importante reconocer que usted no ha estado activo, y seguir adelante lentamente”, dice la Dra. Sharma. “Yo usualmente les digo a mis pacientes que si no se están moviendo, cualquier cosa que puedan hacer es mejor que nada – y de perdonarse a sí mismos. Por eso cuando usted se despierta, ilógico pensar que de repente va a poder hacer ejercicios por 60 minutos sin sentir dolores al día siguiente”.
Para la salud cardiovascular en general, la American Heart Association (AHA) recomienda por lo menos 30 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada, cinco días por semana, para un total de 150 minutos. Pero muchos estudios han encontrado que inclusive menos tiempo de actividad física también puede ser beneficioso.
“Dígase a sí mismo que inclusive si usted sí hizo ejercicios, digamos que sólo pudo hacer 10 minutos hoy, esos fueron 10 minutos más de lo que pudo hacer ayer”, explica la Dra. Sharma. “Y sepa que el ejercicio es una meta a largo plazo y que estos cambios toman tiempo – pero siga adelante y haga lo que pueda hacer”.