Nunca había ocurrido antes en el estado de la Florida, y solo ha ocurrido unas cuantas veces más desde entonces. El 16 de septiembre de 1981, los primeros cuatrillizos sobrevivientes nacieron en South Miami Hospital.
Patty Adams, que tenía sólo 26 años en ese tiempo, había estado tomando la droga de fertilidad Pergonal cuando el primero de abril, recibió la noticia de que estaba embarazada. Debido a que tenía un alto riesgo de abortar, ni ella ni su esposo, Kent, le dijeron nada a sus familiares y amigos hasta que ella había alcanzado los tres meses de gestación. Ahí fue cuando se enteró que llevaba cuatro bebés en su vientre.
La Sra. Adams, que era corredora aficionada en ese tiempo, fue puesta en todo tipo de restricciones por su médico, Donald Hanft, un adorado obstetra y ginecólogo que fue nombrado “Médico del Año” en South Miami Hospital y que había traído al mundo a miles de bebés durante su larga carrera.
“Cuando nos enteramos que teníamos cuatrillizos, el Dr. Hanft me dijo que no podía hacer nada más que caminar”, recuerda la Sra. Adams. “Le pregunté si podía montar mi bicicleta y me dijo, ‘No, porque te puedes caer. Tienes que quedarte quieta y pensar que eres como una incubadora para esos bebés’. Yo era muy atlética y la idea de no poder moverme se me hacía muy difícil”.
En una abundancia de precaución, el Dr. Hanft le ordenó reposo en cama cuando la Sra. Adams alcanzó las 26 semanas de gestación y la ingresó en South Miami Hospital. Era importante darles a esos bebés tanto tiempo de gestación como fuera posible antes de su nacimiento.
“Me quedé dentro de mi cuarto en el hospital por dos meses. Mi privilegio era levantarme para ir al baño cuando tenía que hacerlo” recuerda la Sra. Adams. Me entretenía mirando televisión y leyendo. Kent siempre estaba viajando y yo no tenía familia aquí en Miami así que me sentía muy aislada. Pero sí pude llegar a conocer muy bien a las enfermeras”.
Según Diane Greco, R.N., enfermera de las unidades de parto y posparto de South Miami Hospital por casi 42 años, todos en el hospital estaban sumamente emocionados por la llegada de los cuatrillizos Adams.
“No es muy a menudo que nos toca ser parte de un nacimiento múltiple”, dijo la Sra. Greco. “Todos en el personal lo sabían y querían ser parte del equipo. Yo era una enfermera novata en ese entonces y ese fue un tiempo muy emocionante para todos nosotros”.
En ese tiempo, dice la Sra. Graco, solamente nacían alrededor de 100 bebés al mes en South Miami Hospital, que ahora es uno de los hospitales de maternidad principales del Sur de la Florida. “Hoy en día tenemos cerca de 350 nacimientos cada mes”.
Cuando la Sra. Adams estaba en su 36ta semana de gestación, el personal de enfermería no podía encontrarle el latido del corazón al “Bebé D” durante un chequeo de rutina. Entonces todo comenzó a moverse muy rápidamente a medida que los equipos médicos la preparaban para una intervención por Cesárea – la única manera de poder traer al mundo a los cuatro bebés de forma segura.
El Sr. Adams, que ahora es piloto retirado de Delta Air Lines, voló desde Chicago y llegó a la sala de maternidad justo a tiempo, aún vestido con su uniforme de piloto. Técnicamente no le permitían entrar en la sala de parto (eran las reglas del hospital en ese tiempo) pero finalmente recibió permiso luego de que la Sra. Adams tuviera palabras con el administrador del hospital justo antes del alumbramiento.
“Mi esposo SÍ va a entrar en la sala y SÍ va a ver nacer a nuestros bebés”, le dijo ella de manera nada incierta. “Si no, me voy y voy a tener a mis bebés en otro lugar”.
En la concurrida sala de parto, cada bebé tenía su propio equipo de médicos y personal de enfermería y el tiempo era importante. Encabezados por el Dr. Hanft, con la asistencia de los colegas obstetras Julio Somoano, M.D. y Manuel Suarez-Mendizábal, M.D., y el pediatra Alvin Freund, M.D., los cuatro equipos trabajaron con ensayada precisión.
Luego de meses de anticipación, los cuatrillizos Adams – Clayton (5 lbs., 5 oz.), Brooke (4 lbs.), Paul (5 lbs., ¼ oz.) y Lindsay (3 lbs., 15 oz.) – habían llegado. Asombrosamente, todos los bebés nacieron en exactamente 9 minutos. Lindsay fue la última en salir y casi no se salva, según la Sra. Adams.
“El Dr. Somoano me contó después que la cabecita de Lindsay se quedó atascada debajo de mis costillas” recuerda la Sra. Adams. Si no me hubieran abierto tan alto como lo hicieron, nunca hubieran podido haber visto eso y en el proceso de sacar a Lindsay, podían haberle lastimado el cuello muy fácilmente, lo que pudo haberle causado daño cerebral o hasta mortinato. Afortunadamente salió todo muy bien y ella estaba increíblemente saludable”.
Los medios de comunicación estaban muy interesados en los cuatrillizos y en toda la familia Adams – Kent, Patty y los cuatro bebés – eventualmente se presentaron juntos por primera vez ante una emocionada multitud de reporteros, fotógrafos y personal del hospital. Su historia salió en las noticias por todo el país.
La noche antes de ser dados de alta, la Sra. Adams y su esposo disfrutaron de una elegante cena en el ahora difunto “Stork Club” en el comedor privado de South Miami Hospital donde los nuevos padres podían disfrutar de su última cena juntos en paz antes de marcharse a casa a una nueva rutina de noches sin dormir, alimentaciones constantes, e infinitos cambios de pañales.
Al día siguiente, el Adams “Quad Squad”, como les llamaban, fueron llevados por chofer a su hogar en los Redlands, alrededor de 25 millas al sur de Miami, en un van del hospital equipado con cuatro asientos de seguridad para bebés donados por South Miami Hospital.
Con el horario de vuelo tan ocupado del Sr. Adams, él casi no estuvo en su casa durante ese primer mes. Su madre y su suegra le ofrecieron a la Sra. Adams la ayuda tan crucial que necesitaba durante ese tiempo, y luego los Adams tuvieron una joven de Inglaterra que vino a quedarse con ellos por seis meses para ayudarles a cuidar de los bebés.
“Las demandas físicas y emocionales que vivimos como padres eran constantes”, dice la Sra. Adams. “Estábamos alimentando a los bebés cada dos horas y tomaba una hora prepararnos para la próxima ronda, así que no podíamos dormir mucho”.
“A pesar del caos que acompaña el nacimiento de cuatrillizos, la Sra. Adams no sólo sobrevivió, pero también triunfó”.
“Si hay alguien que nació para tener cuatro bebés, esa es Patty Adams”, dijo la Sra. Greco, la enfermera de South Miami Hospital. “No solo es una persona sumamente amistosa y cálida, pero también es una mujer intensamente fuerte y determinada”.
Para cuando los cuatrillizos cumplieron ocho meses, con los viajes constantes de su esposo, la Sra. Adams estaba criándolos prácticamente ella sola. Para mantenerlos entretenidos – y para no volverse loca ella misma – los sacaba a pasear en su cochecito para cuatro o los montaba en su van Volkswagen todos los días para llevarlos a Crandon Park, MetroZoo o Monkey Jungle, donde rápidamente se convirtieron en atracciones tan interesantes como los mismos animales.
Para su primer cumpleaños, South Miami Hospital les hizo una fiesta a los cuatrillizos Adams y le obsequió a cada uno un caballito de ruedas para montar. Cuando tenían dos años, la Sra. Adams los llevó a visitar al endocrinólogo que le había dicho que de ninguna manera iba a tener cuatrillizos. Entró a su consultorio y le dijo, “¡Mire lo que no tuvimos!”
Después que los cuatrillizos cumplieron cinco años, el Sr. Adams fue transferido a la base de Delta en Dallas y la familia se mudó a Copper Canyon, Texas, donde aún viven hoy en día. Tres de sus hijos viven a 15 minutos de la casa de sus padres, y el cuarto vive unas horas hacia el norte en Oklahoma City, Oklahoma. Uno de los varones, Clayton, siguió los pasos de su padre y hoy es piloto de American Airlines. Todos los cuatro hoy tienen sus propios hijos y la Sra. Adams está felizmente retirada y ocupada con sus quehaceres de abuela de ocho nietos (y pronto serán nueve) – un papel para el cual está sumamente calificada.
“La gente cree que estoy loca, pero tener cuatrillizos fue lo más maravilloso que me pudo haber ocurrido y ha sido la bendición más grande de nuestras vidas”, dice la Sra. Adams. “Claro que estuve extremadamente ocupada, pero es mejor que tener cuatro partos y cuatro bebés por separado. Cuando todos salen de los pañales TODOS sales de los pañales. De lo único que me lamento es que el tiempo pasó demasiado rápido. No puedo creer que ya tienen 38 años”.