Está de más decir que el tiempo es un factor sumamente crítico para los pacientes de infartos cerebrales en cuanto se trata de llegar a la sala de emergencia. El equipo de profesionales de atención de salud de Baptist Hospital, colaborando estrechamente con los médicos y con el personal de enfermería del Baptist Health Neuroscience Center, deben reunir los datos rápidamente para determinar si un paciente se realiza imágenes de diagnóstico, recibe medicamentos para disolver los coágulos o se somete a una cirugía para salvarle la vida.
Además tienen que preparar al paciente y tratarlo dentro de un período de tiempo muy apretado que no puede exceder las 24 horas después del comienzo de los síntomas del infarto cerebral.
Los integrantes del personal de enfermería, que es el primer punto de contacto entre el paciente y los neurólogos de guardia, son miembros de B.E.S.T. (Baptist Emergency Stroke Team). Este equipo de emergencia para infartos cerebrales ha brindado una atención tan eficaz a sus pacientes, que se están planeando más equipos de B.E.S.T. para otros hospitales de Baptist Health.
Andrew Waisbrot, R.N., administrador de atención al paciente de Baptist Health Neuroscience Center [1], y la enfermera Jessica Kolostov, R.N., son dos miembros del equipo de B.E.S.T. que siempre están de guardia durante el día en Baptist Hospital cuando los pacientes de infartos cerebrales llegan al hospital por ambulancia, o llevados a la sala de emergencia por sus familiares o amigos.
Reuniendo información vital
“Reunimos tanta información como sea posible del paciente o de los paramédicos, si el paciente no puede darnos información”, explica el Sr. Waisbrot. “También llevamos al paciente a realizarse un escán por CT para así poder obtener la información más actualizada para que el neurólogo pueda tomar la decisión de darle al paciente el medicamento anti coágulos tPA de inmediato”.
El frenesí que a menudo acompaña a la intervención después de un infarto cerebral puede ser abrumante para el paciente y para los miembros de su familia.
“Todo esto ocurre dentro de un período de alrededor de cinco minutos”, dice él. “Es todo muy veloz y a veces puede ser aterrador para los pacientes el ver lo rápido que nos movemos, pero el punto de actuar tan rápido es de salvar al cerebro”.
Los infartos cerebrales son la quinta causa de muerte para los adultos en los Estados Unidos y la causa principal de discapacidad según la American Stroke Association. Los infartos cerebrales más comunes son “isquémicos”, los cuales ocurren como resultado de una obstrucción dentro de un vaso sanguíneo que suple sangre al cerebro.
Muchas personas conocen los síntomas de los infartos cerebrales, tales como la cara caída, la debilidad en el brazo o la dificultad para hablar. Pero a menudo, los infartos cerebrales ocurren sin testigos, haciendo el trabajo de los equipos de B.E.S.T. mucho más desafiante.
El intervalo de tratamiento de 24 horas
“Puede ser que alguien esté sufriendo un infarto cerebral y que no haya nadie cerca para verlo”, dice Kolostov. “Eso es algo muy importante para nosotros ya que el medicamento tPA que administramos es tan urgente. La meta es administrarlo entre cuatro y cuatro horas y media después del comienzo de los síntomas. Para que este funcione con eficacia, debemos conocer esa información. Muchas veces nos guiamos por la última vez que alguien vio al paciente normal o bien”.
Si los pacientes llegan dentro de las primeras 4 horas y media después del comienzo de los síntomas, pueden ser tratados con el medicamento tPA, una solución que disuelve los coágulos y que se utiliza para tratar los infartos cerebrales isquémicos – el tipo más común de infarto cerebral. El coágulo puede causar serias complicaciones tales como inflamación del cerebro, y puede llevar a una discapacidad seria y hasta a la muerte.
Si llegan hasta 24 horas después del comienzo de los síntomas, los pacientes que ya no pueden recibir el tPa, se pueden someter a una “trombectomía mecánica”, durante la cual los médicos remueven los coágulos usando un dispositivo ensartado a través de un vaso sanguíneo.
Bajo circunstancias más ideales, los paramédicos “nos dan una puntuación preliminar llamada F.A.S.T. que ayuda a determinar la severidad del infarto cerebral y luego nos permite activar al personal adecuado para tratar ese infarto cerebral”, dice Kolostov. “Entonces una vez que llegue el paciente, nos encontramos con el paciente en la sala de trauma y determinamos si está estable para llevarlo directamente a hacerse un escán por CT”.
El Comprehensive Stroke Center
Hace más de cuatro años, Baptist Hospital fue designado por la Joint Commission (la Comisión Conjunta) la cual acredita a las organizaciones de atención de salud de los Estados Unidos, como un “Comprehensive Stroke Center”. Esta designación significa que una instalación tiene todos los recursos necesarios – incluyendo la capacidad para imágenes de diagnóstico avanzadas y neurólogos, neurocirujanos y radiólogos intervencionistas – para tratar los casos más complejos de infartos cerebrales.
Tanto Waisbrot como Kolostov dicen que el trabajo de B.E.S.T. puede ser un gran reto. Pero la mayoría del tiempo es muy gratificante ver como ese proceso tan rápido y preciso tiene resultados tan exitosos dentro de ese período de tiempo tan crítico de 24 horas.
“Es una enorme gratificación – después de ver al paciente llegar y lo afectados que están por el infarto cerebral – el verlos mejorar con el tratamiento que podemos proporcionarles aquí y ver lo rápidamente que se mejoran”, dice Kolostov. “Y cuando vemos esa mejoría, la familia está tan agradecida. Eso es lo que nos hace sentirnos tan satisfechos”.