Existen varias pruebas que se utilizan para diagnosticar la enfermedad cardiaca, con el electrocardiograma o “EKG” sirviendo como la plataforma para otras opciones. Un EKG como se conoce comúnmente también es llamado ECG por muchos médicos.
Un EKG registra la actividad eléctrica de su corazón a través de pequeños parches con electrodos que son fijados a la piel del pecho, los brazos y las piernas. En el consultorio de su médico inicialmente se hace un EKG “de reposo” donde el paciente está acostado cómodamente. Si se requieren otros exámenes, el médico puede ordenar un EKG de ejercicio, que en más bien conocido como una prueba de esfuerzo o “stress test” en una cinta para caminar.
El EKG puede ayudar a su médico a chequear su ritmo cardiaco para detectar anormalidades (arritmias) o para determinar si usted tiene un flujo de sangre reducido al músculo de su corazón (isquemia) o inclusive para diagnosticar un ataque cardiaco.
Con el anuncio este mes por la empresa Apple de que su nuevo Apple Watch tendrá, esencialmente, una funcionalidad de EKG, se ha forjado un nuevo debate acerca de este tipo de prueba.
Los cardiólogos tienen la inquietud de que, con la amplia popularidad del dispositivo de Apple, las irregularidades del ritmo cardiaco serán sobre diagnosticadas o poco diagnosticadas, y algunas personas pueden pasar por alto una visita al médico después de usar el monitor cardiaco del reloj.
Los cardiólogos están urgiendo a los consumidores a usar cautela primordialmente porque no existen estudios clínicos para determinar la eficacia del Apple Watch para diagnosticar las irregularidades cardiacas. Una de esas condiciones es la fibrilación auricular, la cual puede ser una condición seria y un importante factor de riesgo para los infartos cerebrales.
“El Apple Watch no debe servir como un medio para detectar arritmias potencialmente serias o fatales”, afirmó Ian Del Conde. M.D. [1], Director del Programa de Medicina Vascular en Miami Cardiac & Vascular Institute [2]. “Las personas aún deben saber que primero tienen que ver a su médico, hacerse todas las pruebas apropiadas y luego usar el dispositivo apropiado”.
La administración de drogas y alimentos de los Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) ha estado tomando pasos para alentar más desarrollo y más innovación en el campo de la salud digital. La FDA dijo que trabajo muy de cerca con Apple cuando la empresa desarrollaba y probaba las aplicaciones para el monitoreo cardiaco del Apple Watch.
Apple anunció que recibió la aprobación por la FDA para que su Apple Watch fuera utilizado como un dispositivo médico. Sin embargo, no ha habido pruebas dentro de la comunidad médica para determinar si el reloj monitorea los ritmos cardiacos adecuadamente y consistentemente a través de un período de tiempo, y ningún grupo de coetáneos médicos ha respaldado el producto.
“Para obtener un mejor entendimiento del valor del Apple Watch en términos de monitorear las arritmias, se necesitan estudios para demostrar que es eficaz y que no exagera ni reduce las señales de las arritmias”, dice el Dr. Del Conde. “Usted no quiere ser el paciente cuya arritmia no se detecta por el reloj. Y tampoco quiere ser el paciente cuyo reloj le está diciendo que tiene una arritmia y sale rápidamente para la sala de emergencia sólo para enterarse de que ha sido una falsa alarma”.
El anuncio del Apple Watch de este mes llega solamente tres meses después que un panel de expertos médicos urgió a los médicos de atención primaria que no realizaran electrocardiogramas en pacientes con bajo riesgo para la enfermedad cardiaca. En junio la U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF), que se enfoca en medidas preventivas, pruebas de detección y medicina basada en la evidencia, concluyó que la prueba del EKG [3] ofrece muy pocos beneficios para los pacientes con bajo riesgo para la enfermedad cardiaca – y que posiblemente podría causar pruebas de seguimiento y tratamientos innecesarios y peligrosos.
Sin embargo, la USPSTF resalta que una persona debe consultar con su médico acerca de cualquier pregunta sobre el electrocardiograma o sobre los factores de riesgo para la enfermedad cardiaca, los cuales pueden incluir la presión alta, el alto colesterol, la diabetes o la prediabetes, el tabaquismo, estar en sobrepeso o ser obeso, o tener un historial médico de enfermedad cardiaca de comienzo temprano.