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El ejercicio puede reducir sus costos de salud por $2,500 al año

Hacer ejercicios regularmente a niveles moderados – el mínimo recomendado por la American Heart Association – puede significar ahorros de $2,500 al año en costos de atención de la salud, según un nuevo estudio.

Los ahorros en los gastos de atención de salud pueden aplicarse tanto a alguien que ha sido diagnosticado con enfermedad cardiaca como a alguien que no tenga factores de riesgo algunos, según el estudio, cuyo autor principal es Khurram Nasir [1], M.D. () Director Médico del Center for Healthcare Advancement & Outcomes de Baptist Health South Florida. Baptist Health financió el estudio.

Los participantes en el estudio, quienes ya tenían enfermedad cardiovascular – específicamente enfermedad de las arterias coronarias, derrame cerebral, ataque cardiaco, arritmias o enfermedad de las arterias periféricas – tenían costos de atención de salud más altos en general en comparación con aquellos que no tenían estos trastornos de salud. Pero los pacientes de este grupo que hacían ejercicios regularmente a los niveles recomendados, tenían costos de atención de salud que eran alrededor de $2,500 más bajos que aquellos que no llenaban las directrices de hacer ejercicios.

Para mejorar la salud cardiovascular en general, la American Heart Association [2] recomienda por lo menos 150 minutos de ejercicio moderado por semana, o 75 minutos por semana de un ejercicio vigoroso, o una combinación de actividad moderada y vigorosa.

Los beneficios se extienden más allá de lo monetario

Por supuesto que los beneficios de hacer ejercicios regularmente para aquellos individuos con enfermedad cardiaca, o al menos un factor de riesgo, se extienden más allá de las recompensas monetarias.

“Inclusive entre un grupo establecido de personas con alto riesgo como aquellos que han sido diagnosticados con enfermedad cardiaca o derrame cerebral, aquellos que participaron en actividades regulares de ejercicios, reportaron un riesgo mucho más bajo de ser hospitalizados, de visitar la sala de emergencia, y de usar medicamentos recetados”, dice el Dr. Nasir. “El mensaje al paciente es claro: No existe mejor medicina para reducir el riesgo para las enfermedades y los gastos de atención de salud que optimizar la actividad física”.

Hasta los participantes sin enfermedad cardiaca alguna, que hacían ejercicios regularmente – pero que tenían como máximo un factor de riesgo cardiovascular – tenían costos de atención de salud que eran en promedio alrededor de $500 más bajos que los de las personas que no hacían ejercicios.

El nuevo estudio analizó los datos de una muestra de una encuesta nacional de más de 26,000 estadounidenses de 18 años o mayores. Las personas que eran bajas de peso, que estaban embarazadas o que no podían caminar hasta 10 pies fueron excluidas. Alrededor de la mitad de los participantes que no tenían enfermedad cardiovascular y casi un tercio de los que sí la tenían, reportaron llenar las directrices de ejercicio para actividad entre moderada y vigorosa.

Los participantes del estudio fueron hechos esta pregunta

Los individuos en el estudio fueron clasificados como físicamente activos basado en sus respuestas a esta pregunta: “¿Pasa usted media hora o más de actividad física entre moderada a vigorosa, por lo menos cinco días a la semana?”

El estudio utilizó las definiciones ampliamente aceptadas para la actividad física moderada y vigorosa: La actividad física moderada causa “sólo una sudoración ligera o un aumento ligero a moderado en la respiración o en el ritmo cardiaco y puede incluir actividades tales como caminar rápido, rastrillar hojas, podar el césped, o limpiar a profundidad”. La actividad vigorosa causa “una sudoración abundante o grandes aumentos en la respiración o en el ritmo cardiaco y puede incluir actividades tales como correr, caminar a la carrera, nadar, clases de aeróbicos o montar rápidamente en bicicleta”.

Los gastos de atención de salud considerados por los investigadores incluyeron los gastos de bolsillo relacionados con las hospitalizaciones, los medicamentos recetados, las visitas ambulatorias (visitas ambulatorias al hospital y visitas al consultorio del médico), visitas a la sala de emergencia y otros gastos (incluyendo visitas médicas, atención de la vista, atención de salud a domicilio o otros artículos médicos). Entre las personas con enfermedad cardiovascular, los gastos más altos tenían que ver son las hospitalizaciones, seguido por los medicamentos recetados y las visitas ambulatorias.

“Estos estimados robustos de posibles ahorros de atención de salud apoyan las metas estratégicas de la American Heart Association para optimizar los niveles de atención física como una forma de impactar favorablemente la creciente carga económica de las enfermedades cardiovasculares y sus costos asociados”, concluyó el estudio.