E cáncer de tiroides es mucho más común en las mujeres que en los hombres y está considerado el cáncer de mayor crecimiento entre todas las mujeres, según el Instituto Nacional de Cáncer.
No se sabe por qué más mujeres son afectadas. Sin embargo esta estadística tiene un lado positivo ya que también se ha visto un gran aumento en el diagnóstico de todos tipos de cáncer de tiroides como resultado de los ultrasonidos y de las biopsias de aguja fina durante las últimas tres décadas. La mayoría de estos casos están relacionados con pequeños tumores de cáncer de tiroides papilares – que son los más comunes y pueden ser tratados
A pesar de las altas tasas de diagnóstico, puede que muchas mujeres no reconozcan los síntomas ya que las señales de advertencia están relacionadas con otras condiciones o no están presentes del todo.
Este año, más de 60,000 estadounidenses, entre ellos más de 45,000 mujeres, serán diagnosticados con cáncer de tiroides, el cual típicamente ataca a las personas menores de 55 años. Aproximadamente el 2 por ciento de estos casos atacan a los niños y adolescentes, según la Sociedad Americana del Cáncer.
“Algunos síntomas del cáncer de tiroides son obvios mientras otros no lo son”, dijo George Tershakovec [1], M.D., cirujano general del Baptist Health Medical Group. “Si su cuello luce hinchado o si nota algún bulto, protuberancia o lesión en el cuello, usted puede tener una condición benigna o menos probablemente cáncer de tiroides”.
“La mayoría de las lesiones de las tiroides son benignas. Sin embargo, no se debe ignorar los bultos en el cuello ya que deben ser evaluados por un médico”, dijo el Dr. Tershakovec.
Un bulto en el cuello
El cáncer de tiroides generalmente no causa síntomas al principio. Pero hay señales de advertencia claves que hay que buscar tal como un bulto que se puede palpar en el cuello, ronquera u otros cambios en la voz, dificultad al tragar, dolor de cuello o de garganta, y ganglios linfáticos inflamados en el cuello.
“Un bulto en el cuello puede señalar un tipo de cáncer de tiroides”, dijo el Dr. Tershakovec. “Un examen físico completo debe incluir un examen del cuello por parte del médico. Si se encuentra un bulto, puede ordenarse una prueba de ultrasonido para evaluar la masa más completamente. El mejor tratamiento puede depender del tipo[HSM2] [2] de cáncer y de cuán avanzado esté. No importa lo que esté causando el bulto en el cuello, la detección y el tratamiento tempranos son lo mejor”.
Muchos tipos de cáncer de tiroides son tratables y curables.
La glándula tiroides
La glándula tiroides está situada en la parte delantera inferior del cuello con forma de mariposa que se encuentra delante de la tráquea. Las hormonas que esta produce regulan el metabolismo del cuerpo.
Cuando su tiroides no funciona correctamente – ya sea produciendo demasiadas hormonas (hipertiroidismo) o muy pocas (hipotiroidismo) – esto puede afectar muchos aspectos de la salud y en particular el peso, depresión y los niveles de energía.
El hipotiroidismo o la producción insuficiente de hormonas, también está en aumento y es mucho más común en las mujeres.
Las Mujeres y el hipotiroidismo
No hay ninguna relación directa entre el hipotiroidismo y el cáncer de tiroides, pero ambos pueden implicar un agrandamiento de la tiroides. Y eso puede convertirse en un bocio (véase abajo), nódulos tiroideos o protuberancias. Aproximadamente el 10 por ciento de estos nódulos resultan ser cancerosos.
“El cansancio y el aumento de peso son síntomas comunes del hipotiroidismo”, dijo la doctora de medicina interna Maryanne Samuel [3], D.O., del Baptist Health Medical Group.
El hipotiroidismo es de cinco a ocho veces más común en las mujeres que en los hombres, y la condición puede ser tratada con medicamentos, afirmó la Dra. Samuel.
“Solo porque usted se siente cansada, no quiere decir que tiene hipotiroidismo,” dijo la Dra. Samuel. “Ciertamente puede ser una indicación. Usted también puede tener cambios intestinales, estreñimiento y aumento de peso. Tenemos que mirar el panorama completo. Yo no me conformo con un solo síntoma. El cuadro completo nos conduce a un diagnóstico”.
La Dra. Samuel dice que si los medicamentos no ayudan a aliviar los síntomas, ella probablemente referiría al paciente a un endocrinólogo. (A menudo las mujeres ven a su médico de familia o de cuidados primarios antes de ser referidos a un endocrinólogo.)
Con el hipotiroidismo o el hipertiroidismo, la tiroides también puede agrandarse de tal forma que usted podrá palparla o verla. Cuando esto ocurre, se le llama un bocio.
Algunos bocios son difusos, lo que significa que toda la glándula tiroides se agranda. En otros casos, los bocios son nodulares, lo que significa que la tiroides tiene bultos. En la mayoría de los casos, los bultos o protuberancias en la glándula tiroides, conocidos como nódulos tiroideos, son benignos. De hecho, los nódulos tiroideos son cancerosos en menos del 10 por ciento de los casos.
Los tratamientos más comunes para el cáncer de tiroides incluyen cirugía, terapia radioactiva (incluyendo la terapia de yodo radioactivo), quimioterapia, terapia con hormonas de tiroides y terapia dirigida.
Factores de riesgo para el cáncer de tiroides
Según el Instituto Nacional de Cáncer, estos son los factores de riesgo ampliamente aceptados para el cáncer de tiroides:
Sexo y edad: Por razones confusas, los cánceres de tiroides (como casi todas las enfermedades de la tiroides) ocurren aproximadamente tres veces más a menudo en las mujeres que en los hombres. Pueden ocurrir a cualquier edad pero el riesgo culmina más temprano para las mujeres (quienes casi siempre están en sus 40s o 50s cuando son diagnosticadas) que para los hombres (quienes casi siempre están en sus 60s o 70s)
Una dieta baja en yodo: Los cánceres de tiroides foliculares son más comunes en países donde las dietas son bajas en yodo. En los Estados Unidos, la mayoría de las personas consumen suficiente yodo.
Radiación: La exposición a la radiación es un riesgo comprobado par el cáncer de tiroides. Las fuentes incluyen ciertos tratamientos médicos y consecuencias de la radiación debido a accidentes en plantas de energía. El haber tenido radiación en la cabeza o en el cuello durante la niñez es un factor de riesgo para el cáncer de tiroides Pero el riesgo depende de cuánta radiación se haya recibido.
Antecedentes familiares: Algunas condiciones hereditarias han sido vinculadas con ciertos tipos de cáncer de tiroides. La mayoría de las personas que desarrollan cáncer de tiroides no tienen una condición hereditaria ni un antecedente familiar de la enfermedad. Sin embargo, uno de cada tres carcinomas medulares de la tiroides (MTCs por sus siglas en inglés) es resultado de la herencia de un gen anormal.