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Desmitificando mitos médicos comunes

¿Recuerda oírle decir a su mamá que esperara una hora antes de ir a nadar? ¿Aun sigue este consejo?

Hablando de agua, ¿toma suficiente? ¿Ve a muchos compañeros de trabajo que caminan con botellas de agua en la mano y le hacen saber que están haciendo un régimen especial que requiere que tomen más agua?

Estos son solo dos ejemplos de “verdades” que usted puede haber oído basadas en esos antiguos mitos relacionados con la salud. (Las verdades sobre nadar después de las comidas y las dietas con agua se revelan en la sección mitos/verdades debajo).

“Es importante que usted consulte con su médico antes de aceptar cualquier creencia relacionada con la salud como cierta, especialmente si esta envuelve tratamientos auto recetados”, dice Rosendo Collazo, M.D., [1] internista con el Baptist Health Medical Group en Baptist Hospital.

Los mitos comunes de la salud pueden permanecer en las familias y culturas durante generaciones. La mayoría de los médicos primarios y los especializados en práctica familiar están muy familiarizados con muchas de estas rumoreadas condiciones, causas o tratamientos.

Aquí tiene cinco mitos que el Dr. Collazo escucha con frecuencia, así que los estamos explorando con un poco más de profundidad y desmitificando supuestas creencias de salud:

Mito: Comer maní mientras está embarazada puede causar alergias al niño.

A este mito no le falta base, ya que parece que hay algún tipo de trasmisión materna de la alergia al maní cuando la madre es alérgica al mismo.

Aunque hay varios estudios que apoyan el lazo entre el consumo de la madre de maní y un aumento de riesgo para alergia al maní por parte del bebé, también hay otros muchos estudios que han encontrado que no hay tal. Basado en los resultados de la mayoría de los estudios, la creencia actual predominante es que la ingestión de maní durante el embarazo no aumenta el riesgo de una alergia del niño al maní.

La realidad es que si usted tiene alergia al maní y está embarazada, debe consultar a su médico. Si usted no padece tal alergia, no hay evidencia que sugiera que su hijo la adquirirá por sus hábitos alimenticios personales.

Mito: Toser puede ayudar a evitar un ataque cardiaco.

Incorrecto dice la American Heart Association.

El rumor pudo haber estado influenciado por la técnica de toser conocida como “tos RCP” que los médicos han estado utilizando en los hospitales  para tratar latidos cardiacos irregulares en pacientes monitoreados durante procedimientos de cateterismo cardiaco. En estos casos, si un paciente que está alerta desarrolla un latido cardiaco irregular, podría posiblemente mantener la circulación de sangre al cerebro y permanecer consciente durante unos cuantos segundos si tose vigorosamente – mientras el médico le atiende.

Según la American Heart Association, la RCP tradicional no se utiliza para tratar víctimas de ataques cardiacos que están conscientes – sino solamente si el ataque cardiaco es seguido por un arresto cardiaco.

Mito: La hepatitis B es una enfermedad rara, así que no tengo muchas probabilidades de contagiarme.

Mito: ¿Beber agua le ayuda a perder peso?

Beber agua también ayuda a mantener el equilibrio apropiado del cuerpo. Y es esencial para reemplazar las grandes cantidades de agua perdidas cada día.

Pero beber más agua no es una fórmula de dieta mágica.

Mito: Tengo que esperar una hora después de comer antes de ir a nadar.

Sin embargo, hay límites. Se recomienda mucho que espere al menos entre dos y tres horas después de una comida normal antes de comenzar a hacer ejercicios para permitir que la comida corra su curso a través del estómago. Pero esto depende totalmente del individuo y cuánto ha comido.

El Dr. Collazo dice que aunque los mitos médicos son relativamente inofensivos si se observan, otros como los mencionados arriba y muchos mitos relacionados con dietas pudieran no serlo, por lo que es mejor preguntar a su médico para estar seguro.