Por mucho tiempo, la causa del “síndrome de fatiga crónica” ha sido una especie de misterio para los médicos y una carga frustrante para los que sufren de este.
Pero ahora existen nuevos estudios que indican que pudieran haber disfunciones fisiológicas asociadas con el síndrome de fatiga crónica (CFS por sus siglas en inglés), proporcionando nuevos descubrimientos potenciales para los pacientes y para sus médicos.
En el estudio más reciente, publicado por la revista Radiology, los investigadores de Stanford University compararon imágenes del cerebro de 15 pacientes con CFS con aquellas de 14 personas saludables. Los investigadores encontraron diferencias tanto en la materia blanca – las estructuras nerviosas que transmiten señales entre las distintas partes del cerebro – y la materia gris, donde son procesadas estas señales.
En otro estudio del cerebro, publicado en Marzo por el Journal of Nuclear Medicine, los investigadores de Osaka City University, utilizaron imágenes de PET funcionales para demostrar que los niveles de inflamación neurológica, o inflamación del sistema nervioso, son más altos en pacientes con el síndrome de fatiga crónica que en las personas saludables. Estos reportaron amplia inflamación cerebral en los pacientes. También encontraron que aquellos con la enfermedad más severa tenían más inflamación.
Para personas que han sido diagnosticadas con el síndrome de fatiga crónica, los estudios pueden dar legitimidad a una condición que a menudo se dice es causada por los problemas psicológicos o de estrés emocional, especialmente después de determinar que no es por causas fisiológicas.
El síndrome de fatiga crónica es dos veces más común en las mujeres. CFS puede ser debilitante para muchas personas y se caracteriza por una fatiga profunda que no mejora con el descanso y que puede empeorar con la actividad física o mental.
Según los Centros Para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), los síntomas afectan varios sistemas del cuerpo y pueden incluir debilidad, dolores musculares, falta de memoria y/o falta de concentración mental, e insomnio, los cuales pueden resultar en menos participación en las actividades diarias.
“Lo más importante es asegurarse de que no hayan causas orgánicas, utilizando análisis extensos de laboratorio y un historial familiar completo, además de pruebas para cualquier trastorno relacionado con el azúcar en la sangre, la tiroides y el sistema inmunológico”, dijo Patricia Feito, M.D. [1], una especialista en medicina familiar afiliada con Baptist Health.
Un programa de mejor nutrición y ejercicio también será parte de cualquier tratamiento, dijo la Dra. Feito, para determinar si hay alguna reducción en la severidad o en la frecuencia de los síntomas.
Un diagnóstico de CFS puede ser difícil porque la fatiga es un síntoma de muchas otras condiciones, incluyendo varios trastornos pulmonares, inmunológicos y cardiovasculares.
Si la fatiga es fuera de lo ordinario, no tiene explicación y dura semanas, los pacientes deben ver a su médico primario, dijo la Dra. Feito.
“Usted puede estar pensando: ‘Yo era muy activo pero ahora no puedo cuidar a mis hijos o subir las escaleras o montar bicicleta’. La fatiga usualmente es lo suficientemente severa como para disminuir las actividades diarias por un 50 por ciento o más”, dice ella.
El síndrome de fatiga crónica tiene ocho señales y síntomas oficiales, además del síntoma central que le da al nombre a la condición”