Además de gérmenes, el COVID-19 ha transmitido temores, ansiedad y depresión a muchos hogares. En el caso de los pacientes de cáncer y de otros que enfrentan crisis de salud e incluso para los sobrevivientes de un cáncer, el estrés puede resultar especialmente dañino. La evidencia nos demuestra que el estrés crónico exacerba la inflamación en el organismo, lo cual puede causar síntomas físicos y emocionales, tales como insomnio, cansancio, dolores de cabeza y depresión.
“Se trata de una época muy difícil para los pacientes, sus familias y cuidadores” comentó la Dra. M. Beatriz Currier, psiquiatra y directora del Centro de Apoyo al Paciente de Cáncer de Miami Cancer Institute. “Es comprensible que la gente se sienta malhumorada e insegura con respecto al futuro”.
Para la Dra. Currier, la buena noticia es que existen formas comprobadas para combatir algunos de los síntomas emocionales y físicos más comúnmente asociados al estrés que se observan con más frecuencia, tales como insomnio, cansancio y sensación de desasosiego. Para ayudar a los pacientes a hacer frente a la pandemia y sus secuelas, la Dra. Currier sugiere:
Una buena higiene del sueño
De acuerdo con la Dra. Currier, el punto de partida de una buena salud mental es el sueño. Mantenga un horario y una rutina de sueño habitual; no mire televisión, ni lea o use el celular o iPad en la cama; evite el alcohol pues este perturba el sueño; disponga su habitación para que esté en silencio y sea cómoda; y esconda el reloj si tiene tendencia a verlo constantemente.
“Deje el teléfono al otro lado de la habitación si tiene el hábito de mirarlo”, recomienda la Dra. Currier. “Si se despierta en medio de la noche y no puede volver a dormirse, levántese, vaya a la sala y lea un libro o una revista. No revise el teléfono. Cuando tenga sueño, regrese a la cama”.
También sugiere evitar la exposición a pantallas que reflejen luz azul después de las 7 p. m. Si no puede evitarlo, utilice anteojos ámbar que bloqueen esta luz que puede provocar insomnio. Por internet puede pedir pantallas ámbar que se enganchen a los anteojos para leer o anteojos ámbar transparentes. Además, utilice aplicaciones de meditación y relajación para dormir, tales como Calm and Insight Timer. Vea los enlaces que se encuentran más adelante.
Ejercicio
El ejercicio moderado, aproximadamente 25 minutos diarios, brinda verdaderos beneficios. “Esto debe formar parte de su rutina diaria. También puede hacer clases de gimnasia en línea, yoga o caminar por su vecindario, siempre que practique el distanciamiento”, señaló. “Y si tan solo puede hacer 10 minutos diarios, comience con eso. Aumente el tiempo poco a poco”.
Manténgase conectado con los demás
El distanciamiento social no implica aislamiento. “Si bien el distanciamiento social es algo imprescindible y necesario, debemos mantenernos conectados con los demás a través de la tecnología, como por ejemplo por teléfono, Facetime y plataformas en línea”, sugiere la Dra. Currier.
Si su salud lo permite, optimice el tiempo que pasa con su familia. Hable con ellos, disfruten de juegos de mesa, cocinen, caminen o anden en bicicleta juntos. “Muchos pacientes están preocupados porque sus hijos deben comenzar con sus programas de clase en línea. Si está sometido a tratamiento o no se siente bien, hable con el maestro o asesor de su hijo y explíquele cuáles podrían ser sus limitaciones”, afirma. “Esto es algo nuevo para todos y habrá dificultades y dudas a lo largo del camino. Usted no es el único, así que infórmele a la escuela sobre su padecimiento y el impacto que esto podría tener para su hijo”.
Apague el televisor
Pasar horas mirando las noticias aumenta la ansiedad y el miedo, y no aporta nada positivo, comenta la Dra. Currier. Limite el bloque de noticias por televisión a dos veces al día: brevemente en la mañana y en la noche. Esto debería ser más que suficiente para mantenerse al tanto de las recomendaciones de higiene o de las normas más actualizadas en su ciudad.
Practique técnicas de conciencia plena (meditación)
“Podemos disminuir la angustia y las preocupaciones catastróficas mediante la práctica de la conciencia plena en la meditación ya que cuando aprendemos a controlar nuestra atención, podemos detener los pensamientos invasivos y obsesivos”, afirma.
La meditación es una habilidad que se desarrolla con la práctica diaria. La Dra. Currier recomienda empezar con dos minutos, dos veces al día, a la misma hora y en el mismo lugar. Aumente dos minutos cada día hasta que pueda meditar al menos 10 minutos dos veces al día.
Miami Cancer Institute ha observado una mejoría estadísticamente importante en la depresión y la ansiedad de los pacientes que han participado en talleres de conciencia plena y meditación de ocho semanas de duración. “Para muchos de mis pacientes ha sido una experiencia transformadora”, asegura la Dra. Currier. “Pero no tiene que tomar un curso. Puede aprender a hacerlo. Comience con pequeñas metas todos los días y considere usar una de las aplicaciones de meditaciones guiadas para empezar”. Vea los enlaces que se encuentran más abajo.
Únase al programa virtual
Muchos grupos de apoyo, clases de ejercicio y programas educativos de Miami Cancer Institute se encuentran ahora en plataformas virtuales. Hay charlas impartidas por médicos, demostraciones de cocina y recetas, grupos de apoyo para pacientes y cuidadores, e incluso una clase de yoga con su perrito. Las clases son gratuitas y se ofrecen para toda la comunidad. Inscríbase en el programa virtual aquí [1]. O visite Miami Cancer Institute [2], baje hasta el final de la página y haga clic en “Subscribe Now” (inscríbase ahora) en el encabezado titulado Join the Community (unirse a la comunidad).
Ya que las circunstancias de cada persona son diferentes, comuníquese con su oncólogo o proveedor de atención médica para recibir respuestas a sus preguntas específicas relacionadas con su atención del cáncer. Para conocer las noticias más actualizadas de Baptist Health South Florida y Miami Cancer Institute sobre la COVID-19 haga clic aquí [3].