Cuando Ethicon, una división de Johnson & Johnson, voluntariamente retiró del mercado en julio un instrumento que los cirujanos ginecológicos habían estado usando para extirpar fibromas uterinos, tanto los médicos como las mujeres lo tomaron en cuenta.
El retiro de Ethicon de sus morceladores electrónicos, usados por cirujanos desde el 1998 para pulverizar los fibromas antes de extirparlos del cuerpo de una mujer por medio de pequeñas incisiones, fue en respuesta a un creciente número de informes de que la pulverización del tejido, en algunos casos, estaba diseminando un tipo de cáncer mortal uterino, que no había sido detectado previamente en algunas mujeres, a través de la cavidad pélvica.
En un comunicado [1] enviado a Reuters acerca de el retiro voluntario de los dispositivos, la compañía dijo que quería darle tiempo a la Administración de Medicamentos y Alimentos de los EE.UU. (FDA por sus siglas en inglés) y a la comunidad médica a interpretar todos los reportes que salían a relucir y a establecer otras directrices y tecnología para reducir los riesgos a los pacientes. Es importante tener en cuenta que otros fabricantes de morceladores similares, aun no han seguido a Ethicon.
Cuando la FDA convocó un panel especial de asesoría en julio, los médicos, los estadísticos y los pacientes presentaron evidencia que parecía indicar que la morcelación durante la cirugía de fibromas era mucho más riesgosa de lo que se había pensado anteriormente.
“Lo que descubrió el panel asesor fue que el riesgo de 1 en 1,000 casos que pensábamos que era sólido, era más bien 1 en 350 casos”, dijo Nicholas Lambrou, M.D. [2], ginecólogo oncológico y director médico de cirugía ginecológica de invasión mínima de South Miami Hospital [3]. “Eso causó que la incidencia de estas ocurrencias fuera más alta que antes y señaló que debíamos mirar más de cerca nuestra manera de llevar a cabo las cirugías de fibromas de invasión mínima”.
En una reunión de especialistas de cáncer que ocurrió la semana pasada en el MD Anderson Cancer Center en Houston, Ricardo Estape, M.D. [4], ginecólogo oncológico y director médico de Baptist Health Center for Robotic Surgery [5], escuchó evidencia nuevamente publicada que pone en riesgo a una de cada 7,450 mujeres con fibromas, que tendrán cáncer uterino que no había sido detectado previamente, diseminado a través de la morcelación.
El Dr. Lambrou advierte en contra de crear pánico entre las mujeres que han pasado por la cirugía o entre aquellas que necesitan la cirugía de fibromas para tratar los síntomas severos o la infertilidad.
“Las mujeres con factores mínimos de riesgo para el cáncer del útero y que deseen proteger su fertilidad aun pueden tener cirugía de fibromas de invasión mínima con morcelación, sin que aumente su riesgo de cáncer uterino”, dijo el doctor.
También diferenció entre los fibromas individuales extirpados después de la morcelación y una histerectomía, donde el útero – que no ha sido afectado por fibromas – es morcelado o pulverizado para hacer más fácil su extirpación. El segundo procedimiento no plantea los mismos riesgos.
“El tejido de los fibromas y esta forma mortal de cáncer uterino llamado leiomyosarcoma, no pueden diferenciarse excepto a través de exámenes patológicos”, dijo. “Eso hace que el argumento en contra de la morcelación en las poblaciones de alto riesgo, sea bastante fuerte”.
También señala que la morcelación no causa el cáncer uterino. Es que ese tipo de cáncer imita a los fibromas, por eso no se puede estar seguro de que lo que se está pulverizando sea estrictamente un fibroma o células cancerosas también.
El Dr. Estape dice que algunos exámenes antes de la cirugía muestran alguna promesa en la detección de leiomyosarcoma, de manera que la morcelación pueda ser evitada. Estos incluyen una biopsia del tejido uterino para detectar células cancerosas y un examen de imágenes de resonancia magnética (MRI), el cual puede mostrar anormalidades.
Congelar el tejido en un entorno quirúrgico y que este sea mirado por un patólogo bajo un microscopio para determinar la presencia de células cancerosas, también puede ayudar al cirujano a determinar si la morcelación puede ser llevada a cabo, dijo el Dr. Estape.
“La evidencia discutida durante la reunión de la pasada semana en Texas sugiere que estos exámenes pueden reducir el riesgo de diseminar el leiomyosarcoma a través de la morcelación por un 80 a 90 por ciento, pero esta evidencia es muy precoz”, reportó el Dr. Estape.
Desde que salió la noticia, el Dr. Lambrou ha contestado muchas preguntas por parte de pacientes preocupados. Y mientras apoya la extirpación asistida por robot de los fibromas que afectan la calidad de vida de sus pacientes, también ofrece una alternativa a la morcelación – una incisión más pequeña a lo largo de la línea de bikini para extirpar los fibromas intactos de sus pacientes.
“La morcelación evolucionó a través del uso de la cirugía de invasión mínima”, dijo. “Los pacientes tienden a recuperarse mejor y a tener mejores resultados de fertilidad cuando hay menos trauma quirúrgico al tejido abdominal. De modo que al igual que adaptamos técnicas quirúrgicas para obtener acceso a los fibromas, ahora tenemos que adaptar nuestras técnicas para extirparlos”.
El Dr. Lambrou dice que la discusión acerca de la morcelación ayudará a la evolución de mejores tecnologías. Sistemas de contención que previenen que el tejido pulverizado sea regado a otros tejidos en la pelvis están siendo adoptados, así como también herramientas de diagnóstico para detectar el leiomyosarcoma y otros tipos de cáncer del útero.
Por ahora, el sugiere que las mujeres tengan una conversación franca con sus médicos acerca de sus inquietudes y sus historiales médicos.
“La mejor prevención para difundir cualquier tipo de cáncer uterino es el diagnóstico precoz”, dijo el doctor. “Esto creará conciencia entre los pacientes y los médicos al igual y puede salvar vidas”.