Si el viejo refrán “Eres lo que comes”, es cierto, los estadounidenses (y su función cerebral) pueden estar en aprietos.
Un estudio [1] publicado la pasada semana en la revista Neuroscience sugiere que existe una relación entre las bacterias que residen en nuestros intestinos y la manera en la cual funciona nuestro cerebro. En el estudio, los ratones que fueron alimentados con dietas altas en grasa y en azúcar demostraron aumentos en ciertos tipos de bacterias intestinales y reducciones en otras, en comparación con los ratones que fueron alimentados con una dieta normal. Los ratones que consumieron una dieta alta en azúcar, demoraron más tiempo en desarrollar su memoria a largo a corto plazo. Estos y los ratones que fueron alimentados con dietas altas en grasa, tuvieron dificultad en adaptar su comportamiento para enfrentar nuevas situaciones. El estudio concluyó que las dietas altas en grasa o en azúcar parecen alterar la composición de las bacterias en nuestros intestinos y por eso las señales que vienen de nuestros intestinos causan que nuestros cerebros funcionen de manera distinta que con dietas saludables normales.
“Hace tiempo que sabemos que cualquier cambio al microbioma, o los organismos vivientes en nuestro vientre, puede tener un efecto negativo en la salud general de una persona”, dijo Coren Menendez, M.D. [2], doctora de Baptist Health Medical Group [3] con Baptist Health Primary Care [4] “Pero estamos comenzando a entender cómo y por qué estas bacterias son tan vitales para tantas funciones distintas en nuestros cuerpos”.
Como ejemplo, ella señala como los antibióticos, los cuales generalmente destruyen las bacterias buenas y malas, pueden causar efectos secundarios del conducto digestivo como diarrea, cólicos estomacales y nausea. Pero este último estudio parece ir aun más lejos en sugerir que cuando ciertas bacterias son reducidas, eliminadas o aumentadas, los químicos que llegan al cerebro por parte de estos organismos tienen efectos que varían.
“Los investigadores han creído por más de 30 años, que las bacterias liberan neuroquímicos que cruzan a través de la barrera de la sangre hasta el cerebro y afectan la forma en que funciona el cerebro”, dijo Brad Herskowitz, M.D. [5], neurólogo con Baptist Health Neuroscience Center [6]. Como resultado del Human Microbiome Project [7], que comenzó en 2008, hay un cuerpo de investigación emergente e intrigante que parece indicar que estos organismos que viven en nuestros cuerpos pueden impactar a nuestros cerebros debido a los químicos que estos emiten”.
El Dr. Herskowitz señala que a través de estudios anteriores del Human Microbiome Project, los investigadores han descubierto que las bacterias beneficiosas, tales como aquellas que se encuentran en los probióticos, han disminuido la ansiedad y los comportamientos depresivos en los ratones. Pero él señala que no se han realizado ensayos clínicos en los humanos así que es demasiado temprano para llegar a una conclusión verdadera.
La Dra. Menendez nota que definitivamente existe una relación entre la nutrición y el comportamiento. “Las personas que no comen bien generalmente actúan lenta y depresivamente, pero no entendemos toda la complejidad involucrada”, dijo ella. “Los estudios como este y otros que están siendo realizados, pueden ofrecer algunas respuestas pero probablemente no el panorama completo de lo que sucede entre nuestro sistema digestivo y nuestra función cerebral”.
Sin embargo, ella y el Dr. Hershkowitz creen que este descubrimiento probablemente conducirá a nuevas maneras de tratar la decaída en la función cerebral y algunas condiciones del comportamiento.
“Es muy temprano en las etapas de investigación”, dijo el Dr. Herskowitz. “Pero lo que estamos descubriendo puede cambiar la manera en la cual pensamos en el tratamiento de los trastornos del cerebro en el futuro”.
La Dra. Menendez está de acuerdo en que las investigaciones no son concluyentes en este momento, pero le recomienda a la gente a que siga la ciencia que ha sido comprobada hasta ahora.
“Sabemos que comer alimentos nutritivos conduce a una mejor salud en general”, dijo la Dra. Menendez. “Por eso, si se remplaza la grasa y el azúcar en la dieta con frutas, vegetales, granos enteros y proteínas magras, es muy probable que usted note una mejoría en su función cerebral”.