Con las inquietudes comunes acerca de la salud, la seguridad y las finanzas combinadas con los titulares noticiosos las 24 horas acerca de la última agitación política o social, no es sorpresa que la ansiedad en los Estados Unidos esté rompiendo récords.
Casi un 40 por ciento de los adultos quienes respondieron a una encuesta nacional durante el mes de marzo, reportaron sentirse más ansiosos de lo que se sentían hace un año, poniendo la ‘puntuación de ansiedad del país’ en 51, basada en una escala de 100 puntos, según las investigaciones realizadas por la American Psychiatry Association. Eso es un incremento de cinco puntos desde el 2017.
Junto con el creciente número de estadounidenses que experimentan ansiedad viene otra inquietante estadística. Sólo un 40 por ciento de los 43.8 millones de estadounidenses que experimentan enfermedad mental en un año dado están recibiendo ayuda médica para su condición.
El estigma usualmente es el motivo por el cual uno de cada cinco estadounidenses afectados por condiciones de salud mental, no buscan atención para éstas, según la National Alliance on Mental Illness (NAMI). Las personas que experimentan una condición de salud mental usualmente son acosadas, rechazadas o se discrimina contra ellas. Los médicos, los investigadores y los especialistas en salud del comportamiento han estado abogando por la necesidad de eliminar el estigma para lograr que las personas entiendan la importancia de tratar un trastorno de salud mental al igual que cualquier otra condición médica.
Rachel Rohaidy, M.D. [1], psiquiatra con Care & Counseling [2] de Baptist Health South Florida, está de acuerdo.
“Los trastornos de salud del comportamiento tales como la ansiedad, la depresión y el estrés postraumático verdaderamente afectan la manera en la cual el cerebro funciona”, afirmó la Dra. Rohaidy. “Existe una verdadera ciencia detrás del componente neurológico de la enfermedad mental. Las hormonas del cuerpo y los neurotransmisores del cerebro fluctúan cuando responden a un factor estresante o a una amenaza percibida, creando desequilibrios que pueden interferir con la capacidad de una persona para funcionar normalmente en la vida diaria”.
Al igual que un diagnóstico de híper o de hipotiroidismo denota un desequilibrio de la tiroides, un diagnóstico de ansiedad o depresión está basado en la ciencia neurológica y en el gran cuerpo de investigación y los estudios sobre la salud mental, añade la Dra. Rohaidy.
“Las personas con diabetes, asma o presión alta que necesitan medicamentos regularmente o siguen ciertas dietas para mantenerse saludables son juzgadas o humilladas por causa de su enfermedad”, dice ella. “Buscar atención para la depresión, la ansiedad o cualquier otra enfermedad mental merece el mismo entendimiento”.
Los avances en la educación pública y en la tecnología están ayudando a sacar a la luz los temas de enfermedad mental. Los fórums en la internet y los programas de televisión con personajes luchando en contra de la enfermedad mental están entre los cambios positivos que ve la Dra. Rohaidy.
“Hay temas que nunca antes se habían discutido y que ahora están comenzando a formar parte de las conversaciones de todos los días”, dijo ella.
El abuso de sustancias y la salud mental
Mientras que la depresión y la ansiedad están entre las condiciones de salud mental más conocidas, el aspecto de salud mental de la adicción es algo menos conocido. Poco más de un 50 por ciento de los 20.2 millones de adultos en los Estados Unidos que tienen algún trastorno de abuso de sustancias en cualquier año dado tienen una enfermedad mental co-ocurrente, según el National Survey on Drug Use and Health [3].
“La búsqueda de alivio está en la naturaleza humana. El cerebro está programado para buscar cosas que reduzcan los sentimientos de incomodidad, y ese placer puede derivarse de cualquier cosa, desde la pizza y el helado hasta los medicamentos recetados y el alcohol”, dice la Dra. Rohaidy, quien completó una beca de investigación en la psiquiatría de la adicción. “El problema con el alcohol y las drogas y otros sedantes, es que éstos funcionan para calmar el cerebro y hacer que la persona se sienta mejor – temporalmente. Sin embargo, esto no resuelve el problema subyacente que está causando que la persona se automedique. Las personas deben encontrar métodos más positivos para manejar los motivos que los llevan a la automedicación”.
Rompiendo barreras para el tratamiento de la salud mental
Ya sea el abuso de sustancias, la depresión, la ansiedad o cualquier otra de las muchas condiciones de salud mental, dar ese primer paso para buscar tratamiento puede ser uno de los retos más difíciles.
“Muchas personas sienten miedo, no saben lo que les va a pasar y desafortunadamente también son juzgadas”, dijo la Dra. Rohaidy. “Es importante explicar ese sentimiento como parte del proceso de sanación”.
Además de los medicamentos y de la terapia de salud del comportamiento, el apoyo de la familia es clave para vencer el abuso de sustancias o un trastorno de salud mental. “La familia no necesariamente tiene que ser la madre, el padre o los hermanos”, explica la Dra. Rohaidy. “El apoyo familiar puede ser por parte de un cónyuge, un amigo y hasta de un grupo de apoyo de la comunidad” [4].
“Cuando hablamos de ‘apoyo’, queremos decir comprensión, estar ahí para ayudar con las actividades diarias, escuchar y ofrecer refuerzo positivo”, dijo ella. Inclusive el apoyo comunitario como el que coordina NAMI, puede ser muy beneficioso.
El estigma también puede tener un impacto negativo cuando el paciente tiene una recaída.
“Las personas con diabetes, asma o presión alta tienen una tasa de recaída similar a la de las personas con trastornos de abuso de sustancias. Sin embargo, no son juzgadas o avergonzadas cuando no se toman sus medicamentos o cuando dejan de seguir sus dietas saludables como han sido prescritas”, dice la Dra. Rohaidy, “Las personas que tratamos los trastornos de salud mental usamos el mismo enfoque. No juzgamos a los pacientes ni los echamos del programa. El poder continuar con el tratamiento es a menudo un asunto de reeducación.”
Además de tratar cualquier deficiencia médica, lograr que los pacientes rompan las barreras del estigma y se apoyen en la fuerza de su equipo de apoyo son las claves para tratar a las personas con trastornos de salud mental y de abuso de sustancias, añade la doctora.
“El tratamiento más exitoso se enfoca en la aceptación, en la reeducación y en sanar a la persona”, dijo la Dra. Rohaidy. “Sólo porque algo no se puede ver, no quiere decir que no existe”.